El Sevilla se orienta hacia Europa

Manolo Jim¨¦nez contemplaba su obra en un palco privado del S¨¢nchez Pizju¨¢n. Un Zaragoza hecho a imagen de un entrenador de garra, de mucho car¨¢cter, con una forma de entender el f¨²tbol que no conoce la m¨¢s m¨ªnima diplomacia. Volv¨ªa el andaluz a la que fue su casa y no pudo sentarse en el banquillo, sancionado, muy tocado por el triunfo milagroso del Villarreal y con una idea entre ceja y ceja: no dejar jugar al Sevilla. Intimidaci¨®n, faltas y aglomeraci¨®n de jugadores en el centro del campo fueron las premisas b¨¢sicas de los de Jim¨¦nez, que se jugaban la vida en Nervi¨®n.

El planteamiento del Zaragoza, tan precario como antiguo, se desmoron¨® como un castillo de naipes a los once minutos. Un saque de esquina de Luna lo remat¨® a la perfecci¨®n Fazio. El gol desmont¨® al Zaragoza y lo dej¨® sin ideas, aunque no por ello dej¨® de emplearse con contundencia, en especial con Navas y Negredo. El remate del central argentino sent¨® las bases del triunfo del Sevilla, m¨¢s pr¨¢ctico que bonito, que le pone con 45 puntos y con los puestos europeos al alcance de la mano. En esta progresi¨®n del conjunto de M¨ªchel se hace indispensable destacar, una vez m¨¢s, la aportaci¨®n de Navas, incansable, perseverante, r¨¢pido y eficaz. Su cat¨¢logo de aportaciones al juego del Sevilla se hace interminable. Dio el tercer gol local y busc¨® siempre el suyo, aunque, desgraciadamente, se perder¨¢ por acumulaci¨®n de amonestaciones el duelo del pr¨®ximo lunes en Getafe. Pablo ?lvarez, pasado de peso, sufri¨® una barbaridad ante la insistencia del internacional.

M¨ªchel asisti¨® con tranquilidad a la demostraci¨®n de eficacia de su equipo, que se fue gustando con el paso de los minutos a medida que el Zaragoza, m¨¢s relajado en sus demostraciones guerreras, enarbol¨® la bandera blanca. No le hizo falta mucho m¨¢s. El equipo ma?o apenas se expres¨® en ataque. Solo Apo?o pudo marcar, c¨®modo ante Palop, en una mala cesi¨®n de Manu del Moral. Decidi¨® reservarse para futuras batallas, aunque la guerra que mantiene por lograr la permanencia se antoja m¨¢s que complicada. Siete puntos le separan del Villarreal.

El Sevilla, mientras, se prepara para la suya a medida que Negredo recupera la senda del gol y el equipo exhibe cierto brillo, apenas conocido en la era de Marcelino en el banquillo. M¨ªchel, que se orienta bien, ha sabido recomponer la figura del Sevilla, un equipo que poco tiene que ver con el de su reciente ¨¦poca gloriosa, pero con argumentos suficientes a¨²n como para ser un candidato para pelear incluso por la cuarta plaza. A Marcelino lo devor¨® el entorno y su incapacidad para gestionar un vestuario complicado. M¨ªchel, al que avalan 20 a?os de futbolista, se ha limitado a poner a los mejores en el campo y a no complicarse jam¨¢s en una rueda de prensa. Gana los partidos que tiene que ganar, como el de ayer, ante un Zaragoza rendido desde el segundo gol, y tiene al Sevilla con opciones s¨®lidas de volver a participar en competiciones europeas por novena temporada consecutiva. Si lo logra, tendr¨¢ muchas opciones de seguir entrenando en la capital de Andaluc¨ªa. Solo la clasificaci¨®n para la Liga de Campeones, mucho m¨¢s complicada, se lo asegura de forma autom¨¢tica, seg¨²n su contrato.