El Raikkonen de siempre

A los 32 a?os, Kimi Raikkonen parece haber recuperado su juventud. En el circuito de Shakir se le vio tan agresivo como siempre, como si el tiempo transcurrido desde que abandon¨® la F-1 al final de 2009 hubiese desaparecido de su mente. El piloto finland¨¦s corri¨® como un poseso, mostr¨¢ndose tan r¨¢pido y seguro como en sus mejores a?os y atacando a cualquier veh¨ªculo que se le pusiera delante. No perdon¨® a nadie, ni a Fernando Alonso, ni a su compa?ero de equipo, Romain Grosjean, ni a Felipe Massa ni a Jenson Button. Y cuando tuvo a Sebastian Vettel a tiro en las ¨²ltimas vueltas, intent¨® tambi¨¦n superarle y luchar por la victoria. Pero ah¨ª, sucumbi¨®.

Concluy¨® segundo, un resultado excelente e impensable tras haber partido en la 11? posici¨®n de la parrilla del Gran Premio de Bahr¨¦in. Un podio que, unido a la tercera posici¨®n de Grosjean, acredita el potencial de los Lotus y de los motores Renault, que los equipan tanto a ellos dos como al ganador de la carrera, Vettel. Raikkonen recupera de esta forma el testigo que dej¨® latente cuando decidi¨® marcharse de la F-1 y pasarse a los rallies en 2009, tras subirse al podio por ¨²ltima vez en Monza y ganar la carrera de Spa Francorchamps aquella misma temporada.

El finland¨¦s mostr¨® sus cualidades de pilotaje en los karts, pero se subi¨® tarde, a los 20 a?os, a los monoplazas. Sin embargo, su ascensi¨®n fue mete¨®rica. Entr¨® en la F-Renault en 1999 y un a?o m¨¢s tarde gan¨® 7 de las 10 carreras que compon¨ªan el campeonato de F-Renault brit¨¢nica. Aquel ¨¦xito le sirvi¨® para que Peter Sauber le ofreciera, sin pens¨¢rselo dos veces, uno de los volantes de Sauber para la temporada 2001. Y Raikkonen no decepcion¨® a nadie porque en la primera carrera, en Australia, ya logr¨® puntuar.

Su podio y el de Grosjean acredita el potencial de los Lotus y de los motores Renault, que los equipan tanto a ellos dos como al ganador, Vettel

Un a?o m¨¢s tarde, fich¨® por McLaren para sustituir a su compatriota Mika Hakkinen. Su paso por la escuder¨ªa brit¨¢nica tuvo altos y bajos, pero concluy¨® de mala manera, cuando tras una temporada aciaga en la que no logr¨® ni una victoria (2006), acept¨® la oferta de Ferrari, despidi¨¦ndose de McLaren con estas palabras: ¡°Este es el coche que va a encontrarse Alonso cuando llegue a esta casa; ¨¦l sabr¨¢ lo que hace¡±.

Si se miran las estad¨ªsticas, Raikkonen acert¨® porque solo un a?o m¨¢s tarde, en 2007, se coron¨® como campe¨®n del Mundo en su nuevo equipo. Pero analizando los resultados de aquella temporada, se descubre que su t¨ªtulo fue m¨¢s el producto de la guerra interna que se vivi¨® en McLaren entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton, que el de los m¨¦ritos de Raikkonen y Ferrari. El finland¨¦s concluy¨® el Mundial con seis victorias y 12 podios. Pero a falta de tres carreras, Hamilton lideraba el campeonato con 107 puntos, por delante de Alonso, 95, y Raikkonen, 90. Sus dos victorias finales, en China y Brasil, le valieron la corona. Pero en Brasil, segu¨ªa siendo quien menos opciones ten¨ªa. Sin embargo, el planteamiento de Ron Dennis buscando una estrategia que favoreciera a Hamilton en detrimento de Alonso, dio alas a los Ferrari que hicieron el doblete.

En 2009, Ferrari se hab¨ªa ya hartado de las actitudes de Raikkonen, poco amable con los empleados y los clientes de la marca y poco comunicativo con los ingenieros y mec¨¢nicos, y le abri¨® la puerta para que se fuera. La escuder¨ªa ten¨ªa ya contratado a Fernando Alonso para 2010. El finland¨¦s no se hizo rogar. Quer¨ªa cambiar de aires, probar con los rallies y olvidarse de la presi¨®n de la F-1. Pero se march¨® con un tal¨®n de 40 millones de euros bajo el brazo, como indemnizaci¨®n. Tal vez fue m¨¢s feliz. Pero su experiencia en los rallies fue nefasta. Y, competitivo como es, decidi¨® volver a la F-1 si ten¨ªa una buena oferta y un coche que le permitiera luchar por las victorias. Las dos cosas las encontr¨® en Lotus. Raikkonen est¨¢ de regreso y es el de siempre, agresivo y r¨¢pido. Sigue aspirando a ganar carreras y, de paso, un segundo t¨ªtulo.