La maldici¨®n de Messi
El argentino, que no le ha marcado nunca al Chelsea, simboliza como nadie la derrota por su penalti fallado
Los jugadores del Chelsea se abrazaban celebrando el gol de Torres, que les aseguraba el viaje a M¨²nich, mientras los del Barcelona asum¨ªan la crueldad del momento y Messi, manos en las rodillas, fijaba la mirada en el c¨¦sped, en el centro del campo, buscando consuelo a su desesperaci¨®n. No lo encontr¨®. Se lo trag¨® la sinraz¨®n del futbol, a ¨¦l y a sus compa?eros, en un vestuario silencioso como pocas veces se recuerda.
Messi, que con el de ayer lleva disputados ocho partidos contra el equipo ingl¨¦s y a¨²n no le ha marcado un gol, estrell¨® anoche dos balones en los palos. Uno, el primero, en el minuto 49, en el lanzamiento del penalti. Ivanovic pisote¨® antes el punto fat¨ªdico ¡ªse gan¨® la tarjeta amarilla¡ª y La Pulga le peg¨® arriba, tanto que el larguero escupi¨® la pelota. Casi al final, cuando se consum¨ªa el tiempo y la angustia se apoderaba del estadio, cuando un gol eliminaba al Chelsea, remat¨® otra vez y esta vez fue la base del palo izquierdo la que rechaz¨® el cuero. Ocho encuentros y ni un gol al Chelsea. Ayer fall¨® el tercer penalti de la temporada de los 13 que ha tirado (despu¨¦s de los errados ante el Valencia, en la ida de semifinales de la Copa del Rey, y ante el Sevilla, en Liga) y el octavo desde que lleg¨® al primer equipo de los 34 que ha lanzado.
Dispuesto a remontar, Guardiola no se cort¨® un pelo y fue m¨¢s Guardiola que nunca desde la mism¨ªsima charla, especial por corta e intensa. Guardiola cerr¨® con tres defensas; abri¨® el campo con Cuenca, otro de sus ni?os; llen¨® la zona ancha con los cuatro mosqueteros (Cesc, Iniesta, Xavi y Busquets), puso a Alexis a fajarse con Terry y Cahill, y dej¨® que Messi revoloteara seg¨²n su intuici¨®n. Y apareci¨® La Pulga, tan pronto que solo iban dos minutos de partido y muchos aficionados segu¨ªan atascados sin poder llegar al campo porque los Mossos cerraron la Travessera de Les Corts, la v¨ªa principal de acceso al Camp Nou, por una pelea entre aficiones que finalmente se sald¨® con algunos contusionados, pero sin heridos de consideraci¨®n y sin que se produjera ninguna detenci¨®n.
Sin consuelo, Messi felicit¨® a los rivales por su gesta, agradeci¨® al p¨²blico su ayuda, pact¨® el cambio de la camiseta con Lampard y, cabizbajo, enfil¨® el vestuario
El primer disparo, con la derecha, tras una excelente combinaci¨®n con Alexis, abri¨® una lista de remates sin fin: 23 se le contaron al Barcelona, seis a puerta, y dos a Messi, los dos a la madera. A diferencia del ¨²ltimo partido en el Camp Nou, ante el Madrid el pasado s¨¢bado, Messi jug¨® mucho y bien, pero percutiendo contra un muro que result¨® inexpugnable por dentro y por fuera. Como Guardiola ¡ªno ha ganado nunca a los blues aunque les eliminara de las semifinales hace dos a?os¡ª, Messi ya no sabe qu¨¦ inventarse para doblegar a los de The Bridge. Tampoco para marcar en una semifinal en su estadio: lleva cuatro ¡ªManchester United, Real Madrid y Chelsea dos veces-¡ª y nunca ha logrado firmar goles.
¡°Est¨¢ hundido, como todos en el vestuario, pero no vamos a reprochar nada a Leo, ?no?¡±, planteaba Cesc. ¡°Estamos aqu¨ª gracias a Messi y m¨¢s que nunca quiero agradecerle lo mucho que nos da. Mi admiraci¨®n para ¨¦l es insuperable por su coraje. Es un ejemplo para todos por su competitividad. No tengo duda de que pasar¨¢ unas horas malas, pero eso es lo bonito del deporte. A veces lloras y a veces toca re¨ªr¡±, dijo Guardiola.
Sin consuelo, Messi felicit¨® a los rivales por su gesta, agradeci¨® al p¨²blico su ayuda, pact¨® el cambio de la camiseta con Lampard y, cabizbajo, enfil¨® el vestuario encabezando la hilera de futbolistas del Bar?a, a los que el cuerpo t¨¦cnico hizo el pasillo camino del t¨²nel que lleva a las entra?as del estadio.
El sue?o de la final de M¨²nich se hizo a?icos para Messi en la porter¨ªa del Gol Norte. Despu¨¦s de 47 remates, el Bar?a meti¨® dos goles. El Chelsea, con tres en siete, es finalista. El futbol, ya se sabe, es as¨ª.
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