Condenados por el repliegue
Mourinho orden¨® en el descanso que el Madrid no presionara arriba y que conservara energ¨ªas
Los jugadores del Madrid pasaron una mala noche recordando la eliminatoria perdida contra el Bayern. ¡°Hemos desperdiciado una ocasi¨®n hist¨®rica de ganar la Copa de Europa¡±, se lamentaban, hablando entre ellos. Los espa?oles compararon la semifinal de la Champions con la semifinal de la Copa del Mundo de 2010, jugada contra una Alemania en la que tambi¨¦n se destacaban los b¨¢varos Schweinsteiger, Badstuber, Neuer, Lahm y M¨¹ller. En aquella ocasi¨®n llegaron al descanso con un 0-0. Frente al Bayern se encontraron en la misma situaci¨®n porque el 2-1 equival¨ªa a un empate (tras el 2-1 de la ida). El discurso de Del Bosque en Sud¨¢frica les estimul¨® a ir a buscar el resultado sin reparar en gastos. El mi¨¦rcoles, las palabras de Mourinho en el descanso estuvieron impregnadas de advertencias que invitaron a la precauci¨®n. A esa vocaci¨®n de c¨¢lculo y control atribuyen la mayor¨ªa de los futbolistas del Madrid la eliminaci¨®n en una noche que exig¨ªa heroicidad. Observan que mientras que en Durban el seleccionador espa?ol propuso un partido de jugadores, en el Bernab¨¦u, como en el Allianz Arena, el t¨¦cnico portugu¨¦s plante¨® una semifinal con sello de entrenador.
No son pocos los futbolistas que creen que en los cuatro cruces decisivos su jefe tom¨® alguna medida contraproducente
En M¨²nich, seg¨²n fuentes de la plantilla, Mourinho orden¨® un repliegue tras el 1-1, para preservar un resultado que crey¨® suficiente. Ayer hizo lo mismo. La orden de partida fue jugar en lo que el t¨¦cnico suele llamar ¡°bloque medio¡±, adelantando la l¨ªnea de cobertura a 20 metros del ¨¢rea de Casillas y acudiendo a apretar al Bayern cuando sacaba de porter¨ªa o cuando sacaba de banda en su campo. Tras la ebullici¨®n inicial, con el 1-0 en el marcador, aseguran que Mourinho se sobresalt¨® cuando Alaba dej¨® solo a Robben ante Casillas. ¡°Mou prefiere que creemos una ocasi¨®n clara por ninguna del rival a que hagamos tres claras por una del rival¡±, explic¨® ayer uno de los pupilos del portugu¨¦s. Nervioso como estaba, con el 2-0 de Cristiano el entrenador no esper¨® a ordenar un repliegue en ¡°bloque bajo¡±. Bajo esta consigna el equipo se coloc¨® por detr¨¢s de la l¨ªnea del bal¨®n cada vez que el conjunto alem¨¢n tuvo la posesi¨®n, pero se mantuvo la presi¨®n en todo campo cuando Neuer sacaba de porter¨ªa o en los saques de banda. La medida no evit¨® el 2-1. Pero el penalti de Robben tampoco cambi¨® las cosas. Mourinho esper¨® al descanso para dar nuevas indicaciones.
La mayor¨ªa de los jugadores acudieron a la caseta convencidos de que el t¨¦cnico preparaba un plan de reacci¨®n, porque con el 2-1 no estaban en la final. Dicen los presentes que las caras del personal reflejaron la desconfianza mientras Mourinho desplegaba su oratoria. ¡°Hay que ser inteligentes¡±, le oyeron decir, ¡°tenemos que reservar energ¨ªa¡±. El entrenador puso el ¨¦nfasis en lo delicado de la situaci¨®n. Les advirti¨® de que el resultado entra?aba una complicaci¨®n muy grande y de que si derrochaban su energ¨ªa acabar¨ªan sufriendo. Les recomend¨® permanecer en su campo a la espera del Bayern, en bloque bajo, pero sin acudir a presionar los saques de porter¨ªa y banda. Luego les imparti¨® indicaciones sobre c¨®mo ir sumando gente a los contragolpes. Subray¨® que las jugadas deb¨ªan iniciarse saltando l¨ªneas de presi¨®n, en largo, ahorrando la elaboraci¨®n en el centro del campo. El discurso contrast¨® con el de Del Bosque en 2010, cuando el seleccionador les anim¨® a salir respet¨¢ndose a s¨ª mismos antes que al adversario, sin escatimar esfuerzos, como si no tuvieran nada que perder y todo por conquistar. El efecto de ambas arengas fue igualmente distinto. Como los jugadores del Madrid no se parecen a los del Oporto, ni a los del Chelsea, ni a los del Inter, el equipo sali¨® a disputar el partido sin demasiada confianza en sus posibilidades. Con una vaga sensaci¨®n de amenaza.
La consigna fue colocarse por detr¨¢s del bal¨®n y atacar en largo, sin elaboraci¨®n
¡°?Cu¨¢ndo volveremos a tener estos grupos, estos cruces¡?¡±, se preguntaban los jugadores tras repasar la trayectoria del Madrid en Liga de Campeones: Ajax, Lyon, Dinamo de Zagreb, CSKA, Apoel y Bayern. Algunos repensaron los dos a?os con Mourinho y concluyeron que el t¨¦cnico no hab¨ªa estado brillante en ninguna de las cuatro eliminatorias disputadas contra rivales grandes: semifinales de Champions contra el Bar?a en 2011, Supercopa de Espa?a, semifinales de Copa en 2012 y semifinales de Champions contra el Bayern. No son pocos los futbolistas que, con sentido retrospectivo, creen que en los cuatro cruces su jefe tom¨® alguna medida contraproducente. Unas veces dispuso un trivote, como en la Copa y en la Champions contra el Bar?a, otras veces inculc¨® v¨¦rtigo e imprecisi¨®n a la hora de elaborar, como en la Supercopa, y otras se mostr¨® excesivamente conservador en la creencia de que podr¨ªa controlar el marcador a su antojo, como contra el Bayern.
El Madrid se fue al descanso con un 2-1. Al cabo de los 180 minutos el marcador segu¨ªa igual. Solo el capit¨¢n, Casillas, el hombre con m¨¢s autoridad en el club, se atrevi¨® a manifestar en p¨²blico algo de lo que sent¨ªa la mayor¨ªa de la plantilla cuando dict¨® sentencia tras la eliminaci¨®n: ¡°Pecamos de aguantar el resultado¡±.
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