Se va Guardiola, se abre la veda

Al igual que cuando se despidi¨® como jugador, Pep Guardiola se pase¨® el s¨¢bado por el Camp Nou con su familia despu¨¦s de su ¨²ltimo partido en el estadio como entrenador del Barcelona. A¨²n le quedan dos encuentros, uno de Liga, el s¨¢bado en el campo del Betis, y la final de Copa contra el Athletic, el d¨ªa 25 en el Calder¨®n, antes de convertirse en un personaje ¡°an¨®nimo¡± y recuperar durante un a?o sab¨¢tico las ganas de regresar al f¨²tbol. Ahora mismo se ha quedado sin energ¨ªa para dirigir al Bar?a y necesita distanciarse tras ser utilizado como referente de Catalu?a. A algunos les parece una deserci¨®n despu¨¦s de las derrotas contra el Chelsea en la Champions y ante el Madrid en la Liga mientras que otros convienen en que se ha ganado el derecho a decidir por el legado que deja, m¨¢s all¨¢ de la controversia que pueda provocar su figura.

En unos momentos de regresi¨®n, cuando la mayor¨ªa de los entrenadores desplegaban a sus equipos a partir del doble pivote (4-2-3-1), Guardiola evolucion¨® el juego y apost¨® en el Barcelona por el mediocentro y los extremos, elecci¨®n que le permiti¨® descubrir a Busquets y Pedro, Cuenca y Tello, adem¨¢s de liberar a Messi. Aun cuando part¨ªan de la misma idea, el Bar?a de Guardiola ha seguido una trayectoria opuesta al de Johan Cruyff. El dream team empez¨® con Laudrup y acab¨® con Romario. El equipo de Guardiola, por contra, se inici¨® a partir de Eto¡¯o y concluye con Messi. Una cuesti¨®n de nueves, verdaderos o falsos, punto neur¨¢lgico del juego. Ha habido momentos incluso, sobre todo al final de la temporada, en que ha parecido que el Bar?a comenzaba los partidos donde antes los terminaba, sobre todo por la apuesta ofensiva (3-4-3), de manera que, una vez que se renunci¨® al plan B, se qued¨® tambi¨¦n sin el efecto sorpresa.

A Tito Vilanova le tocar¨¢ retomar el hilo y decidir si vuelve a los or¨ªgenes o la idea todav¨ªa tiene recorrido. No es f¨¢cil discernir a veces entre la normalidad o la extravagancia en el Bar?a. Guardiola, de momento, ha dejado dicho: ¡°Os dejo en las mejores manos posibles. El que m¨¢s pierdo soy yo. Tengo que desabrocharme el cintur¨®n, pero vosotros no lo hag¨¢is¡±. El papel de Messi y Cesc, la recuperaci¨®n de Piqu¨¦ y Villa y el grado de participaci¨®n de Xavi son asuntos capitales en la reorganizaci¨®n del plantel azulgrana, que, por otra parte, necesita un par o tres de fichajes si no quiere perder calidad y competitividad, esclavo como es de la cantera.

La figura y obra del de Santpedor, expresada en el c¨ªrculo final, ha sido clave como aglutinadora

Aunque la transici¨®n deportiva se anuncia moment¨¢neamente pac¨ªfica, a expensas de las decisiones que tome Vilanova, la paz social est¨¢ amenazada desde que se anunci¨® la salida de Guardiola, personaje aglutinador, referente y portavoz del barcelonismo por su credibilidad institucional. El expresidente Joan Laporta denunci¨® el mismo s¨¢bado que la actual directiva ¡°est¨¢ obsesionada por destruir cuanto nosotros construimos, incluido Pep¡±. Algunos sectores del barcelonismo parecen dispuestos a medir la fortaleza del presidente, Sandro Rosell, al que se considera presuntamente m¨¢s vulnerable despu¨¦s de que parta Guardiola. La afici¨®n ha madurado y aumentado su autoestima, al punto que acepta las derrotas que significan la p¨¦rdida de un t¨ªtulo, adem¨¢s de aplaudir las jugadas que no acaban en gol, algo impensable hace un lustro. No se sabe c¨®mo responder¨¢, en cambio, si se retoma la pugna Rosell-Laporta y se divide al Barcelona.

Ante la duda, Guardiola dej¨® una imagen clarividente: el c¨ªrculo, a modo de sardana, que formaron como es costumbre los jugadores y el cuerpo t¨¦cnico y los auxiliares. La mejor manera de visualizar la socializaci¨®n del f¨²tbol y combatir las jerarqu¨ªas y los egos.