Un Giro bajo control
Purito recupera la ¡®maglia¡¯ rosa con un ataque a kil¨®metro y medio de la meta
Con un milagro vale, con haber permitido volar a Pedro Horrillo y volver a vivir, es suficiente, debi¨® de pensar San Pedro, el santo al que est¨¢ advocado el Culmine de San Pietro, una sombra sobre B¨¦rgamo, el tercer puerto, el pen¨²ltimo de la jornada m¨¢s dura de Giro, donde los sue?os de Damiano Cunego chocaron con la realidad, lluvia, fr¨ªo, niebla, peligro, dolor y c¨¢lculo.
Hace tres a?os, bajando el Culmine, un d¨ªa de sol espl¨¦ndido entonces, en el que el peligro no se reflejaba en el ambiente, Pedro Horrillo se cay¨® por un barranco de 70 metros. Sali¨® vivo y su fuerza de voluntad, su fortaleza y su tenacidad le permitieron poco despu¨¦s recuperar una movilidad total que los m¨¢s optimistas le negaban al principio. Por all¨ª, por donde ¨¦l vol¨®, subi¨® una escapada hermosa. Iban gentes sin miedo y sin c¨¢lculo. Iba por delante, solo, Matteo Rabottini, un chaval al que llaman Rambo porque, explic¨® su director, Lucca Scinto, ¡°es un guerrero, uno que no se rinde, que osa a desafiar el destino, que no tiene miedo¡±; iban detr¨¢s, en grupo de asalto, Amets Txurruka, que en el nombre ¨Cen euskera, Amets significa sue?o- lleva el destino; iba Bruseghin, otro so?ador, un viticultor que produce prosecco en el v¨¦neto y lo etiqueta con el nombre de Amets; iban unos cuantos m¨¢s, iba, otra vez, Andrey Amador, el m¨¢s bruto entre mil, iba, sobre todo, Cunego, que hace ocho a?os, cuando era casi un ni?o al que llamaban el Principito, gan¨® el Giro con un ataque parecido, lejano. Llegaron a tener cinco minutos de ventaja sobre el pelot¨®n de los grandes que marchaba en procesi¨®n cauta, llegaron a so?ar con vivir un gran d¨ªa, llegaron a hacer so?ar a los aficionados, pero bajando el Culmine de San Pietro, tan resbaladizo que quien arriesgaba derrapaba, quien no controlara los frenos con llantas de carbono heladas, todos, ellos y los que miraban, llegaron a la misma conclusi¨®n desolada: el ganador del Giro no estaba entre ellos. Ni tampoco ser¨¢ Fr?nk Schleck, que, aburrido, se retir¨® para disgusto y preocupaci¨®n de su patr¨®n Johan Bruyneel, que hab¨ªa intentado hacer con ¨¦l lo que hizo con Contador hace cuatro a?os, sacarle de vacaciones y hacerle ganar el Giro.
Basso estaba feliz, sereno tras su buena defensa porque bajando el Culmine no se hab¨ªa descompuesto
El ganador saldr¨¢ con toda seguridad de los que marchaban detr¨¢s, controlando, calculando, midiendo los esfuerzos, al ritmo, tran tran, de los compa?eros de Ivan Basso, generosos con todos, tan medido al adaptar su marcha a las capacidades de su l¨ªder del que, como elogio supremo, tierra del calcio convertido en catenaccio, todos los d¨ªas los especialistas destacan lo bien que se defiende. De ¨¦l, que, podr¨ªa decirse, es un delantero con obligaci¨®n de marcar goles, se destacan sus capacidades defensivas como arma perfecta para ganar el Giro, as¨ª de esquizofr¨¦nica est¨¢ la carrera, dominada por el miedo, en la que Purito Rodr¨ªguez volvi¨® a alcanzar, por la m¨ªnima, tal como lo hab¨ªa perdido, el jersey rosa de l¨ªder.
Basso estaba feliz, sereno tras su buena defensa, dijo, porque bajando el Culmine, ¨¦l, tan miedoso en los descensos, no se hab¨ªa descompuesto tras el tremendo ataque lanzado por el Astana de Tiralongo, el traidor, dicen en su equipo, y Kreuziger. Fue un momento de p¨¢nico pasajero, que resolvi¨® su equipo, que tan bien le arropa y tan elegante luce en cabeza, o tan devorador, como cuando su tremendo passista ¨Cser¨ªa, en ciclismo, como un tractor todoterreno al que no le frena nada y puede pasarse horas y horas infatigable tirando al mismo ritmo- polaco Sylvester Szmyd, ya en el ¨²ltimo puerto, la subida final al Pian dei Resinelli tom¨® las responsabilidades depredadoras en cabeza de la procesi¨®n. ¡°Ha sido una buena jornada para m¨ª¡±, dijo Basso, lo que no es sorprendente que diga, pese a que est¨¢ m¨¢s lejos del l¨ªder, a 1m 22s exactamente, en tercera posici¨®n, que la v¨ªspera. ¡°Pelda?o a pelda?o se sube la escalera. Quedan las tres etapas m¨¢s duras del Giro y conf¨ªo totalmente en mis posibilidades¡±.
Fr?nk Schleck se retir¨® para disgusto de Bruyneel, que hab¨ªa intentado hacer con ¨¦l lo que hizo con Contador hace cuatro a?os, sacarle de vacaciones y hacerle ganar el Giro
Y, sin embargo, a Basso no se le vio muy vivo ¨C¡°ten¨ªa piernas de madera¡±, explic¨®-, cuando, a dos kil¨®metros de la cima, pasado lo m¨¢s duro, un ataque de Michele Scarponi, uno que cuando habla despu¨¦s de las etapas tose como un t¨ªsico, as¨ª de cansado llega , hizo explotar la procesi¨®n, el control, el miedo. Su ataque, muy duro, desnud¨® al l¨ªder, Ryder Hesjedal, que no pudo reaccionar ¨C¡°ha sido un d¨ªa horrible¡±, dijo el canadiense, ¡°estoy feliz por haber perdido tan poco¡±-, y encendi¨® a Purito, quien, el m¨¢s fuerte de entre todos, contraatac¨® a 1.500 metros, su especialidad, se fue solo, alcanz¨® a su compa?ero Losada, que llevaba fugado todo el d¨ªa, se tom¨® un respiro, volvi¨® a arrancar, alcanz¨® a Rambo Rabottini, de Pescara, que aguantaba la escapada por un suspiro, sigui¨® para adelante con el italiano a su rueda y, finalmente, elegantemente, cedi¨® la preferencia en la ¨²ltima curva a Rabottini para que este culminara feliz y victorioso una aventura ¨²nica, un sue?o. ¡°Tem¨ªa la lluvia, ten¨ªa much¨ªsimo fr¨ªo y pensaba que estar¨ªa peor, que ser¨ªa un d¨ªa para olvidar. Y mira, ha sido lo contrario¡±, dijo el catal¨¢n, que recuper¨® el liderato por 30s. ¡°Llega mi terreno, la monta?a, y estoy en rosa. Esto es un sue?o¡±.
Domingos en rosa del ciclismo espa?ol
A cualquier despistado, al que se lo cuenten, el presente del ciclismo espa?ol le parecer¨¢ de color rosa, como la maglia del Giro que ayer recuper¨® Purito Rodr¨ªguez en los montes lombardos sobre Lecco, consiguiendo con ello que por tercer a?o consecutivo y por cuarta vez en los ¨²ltimos cinco, un espa?ol est¨¦ de rosa el pen¨²ltimo domingo del Giro: en 2008 y en 2011 fue Alberto Contador, vencedor de ambas ediciones; en 2010, David Arroyo, segundo al final tras Ivan Basso. Es una imagen, claro; la realidad es otra.
Cualquier entendido al que se le pregunte por el futuro del ciclismo espa?ol hablar¨¢ de un deporte de negro porvenir como el asfalto, como el presente, como la realidad econ¨®mica espa?ola, pese a los domingos en rosa.
No hay equipos, o muchos menos que hace 10 a?os, por ejemplo: solo dos en el ProTour, la Champions del ciclismo, el Euskaltel y el Movistar, l¨ªder del Giro. No hay carreras, ni en la categor¨ªa profesional ¡ªpara no tener a los ciclistas parados en casa, los dos equipos espa?oles de segunda, el Caja Rural y el Andaluc¨ªa, no admitidos en el Giro ni tampoco en la Vuelta a California, la semana pasada debieron irse a correr a lugares tan gloriosos y tan ciclistas como Azerbay¨¢n, cuya vuelta gan¨® el andaluz Ram¨ªrez Abeja, y Noruega¡ª ni, lo que preocupa m¨¢s, en la amateur, donde han desaparecido, faltas de patrocinador, casi todas las vueltas del calendario. No hay corredores j¨®venes que disputen el pedestal a los treinta?eros que dominan la ¨²ltima d¨¦cada. Valverde, Contador (ya har¨¢ 30 en diciembre), Freire, Samuel, Purito¡ Los campeones de ahora y de entonces, sus victorias, su ¨¦xitos, sus expectativas, a¨²n parecen ser nada m¨¢s que los ¨²ltimos retazos, los flecos, de un pasado m¨¢s glorioso que las primicias de un futuro que no se ve.
Clasificaciones. Etapa: 1. Matteo Rabottini (ITA/Farnese) 5:15:30. 2. JOAQUIM RODRIGUEZ (ESP/Katusha) m.t. 3. ALBERTO LOSADA (ESP/Katusha) a 23 segundos. General: 1. JOAQUIM RODRIGUEZ (ESP/Katusha) 65:11:07. 2. Ryder Hesjedal (CAN/Garmin) a 30 segundos. 3. Ivan Basso (ITA/Liquigas) 1:22. 4. Paolo Tiralongo (ITA/Astana) 1:26. 5. Roman Kreuziger (RCH/Astana) 1:27. 6. Michele Scarponi (ITA/Lamper) 1:36. 7. BE?AT INTXAUSTI (ESP/Movistar) 1:42.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.