?Por qu¨¦ no un canadiense?
Ryder Hesjedal, un corredor muy suyo surgido de un pa¨ªs sin ciclistas
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
![Hesjedal levanta la Copa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z2757EQHHPZQTS4XVA3SSLMXJI.jpg?auth=b1861b18bd01fdb27cc9691c540220c0c83920fdedd86a7fdcfe88083be27f57&width=414)
Si al Santo Padre que vive en Roma, cuyo enorme retrato sobre la puerta del Duomo saludaba alegremente a los que sub¨ªan al podio, tiene un mayordomo que vende sus privacidades, si el Giro lo ha ganado un irland¨¦s, un luxemburgu¨¦s, tres rusos, tres suizos, un estadounidense que no se llama Armstrong sino Hampsten, alg¨²n franc¨¦s, tres belgas y hasta dos espa?oles, aparte de decenas de italianos, ?por qu¨¦ no iba a ganarlo un canadiense alto como un arce, feliz y sonriente como la hoja de arce de su bandera, que blande atada a un palo de hockey, improvisada asta? De ciclistas canadienses solo se hab¨ªa hablado hasta ahora, y no muy bien, de Steve Bauer, el ¨²nico que ha ganado una etapa en el Tour pero que se hizo famoso por tirar a Claude Criquielion en el sprint final del Mundial de 1988, cuando el belga iba a ganar ante su p¨²blico. Gan¨® un canadiense el Giro y por primera vez desde 1995 no hubo ni un italiano en el podio de Mil¨¢n. Y decepcionado, el organizador, Michele Acquarone, constat¨®: ¡°El Tour es la Champions y el Giro la Europa League¡±.
Tiene 31 a?os, una casa en Girona y otra en la isla de Maui, donde hace surf
El primer canadiense que gana el Giro, Ryder Hesjedal, de 31 a?os, naci¨® en una isla, Victoria ¡ªen la frontera con Estados Unidos, a dos pasos de Seattle¡ª, que est¨¢ llena de bosques por los que pedaleaba libre de ni?o; tiene una casa en Girona y otra en la isla de Maui, donde en el invierno europeo se va a hacer surf con su chica, Ashley, una rubia a la que dio el primer beso terminada la contrarreloj; le gusta la vida tranquila, sin ambiciones obsesivas, tanto que quien no le conoce le toma por pasota, y, adem¨¢s, no es mal ciclista, aunque hasta ayer era m¨¢s importante su palmar¨¦s como especialista en bicicleta de monta?a que como ciclista de ruedas finas, pues el Giro es solo la cuarta victoria de su carrera (tambi¨¦n tiene una etapa de la Vuelta). Y, por si fuera poco, era el ¨²nico que habr¨ªa apostado por ¨¦l a la salida en Dinamarca. ¡°Y desde el primer d¨ªa en que vest¨ª la maglia rosa [tras la subidita a Rocca di Cambio, por un d¨ªa, gracias a que su equipo hab¨ªa ganado la contrarreloj por equipos] supe que podr¨ªa ganar esta carrera¡±, dijo. ¡°Pero conseguirlo de verdad es un sue?o hecho realidad¡±.
En la contrarreloj final, Hesjedal corri¨® despatarrado, como si la entrepierna no ajustara bien en el sill¨ªn, pero con tremenda seguridad en las curvas, que tom¨® pedaleando como un absoluto virtuoso del alambre llevando la bici sin salirse sobre la estrecha raya amarilla que se?ala el carril bus de las calles de Mil¨¢n, pues la pintura tiene menos adherencia que el asfalto bruto.
No tiene ambiciones obsesivas, tanto que quien no le conoce le toma por pasota
En un Giro tan sumamente igualado, fue la ¨²ltima la etapa en que m¨¢s diferencia hubo entre Purito y Hesjedal: 47s. En las dem¨¢s ocasiones en que no llegaron juntos ¡ªAs¨ªs, Cervinia, Pian dei Resinelli, Pampeago y Stelvio¡ª, y sin contar las bonificaciones, la diferencia mayor fueron los 26s que sac¨® Hesjedal a Purito en Cervinia, cuando el espa?ol tir¨® de frialdad esperando que Basso cerrara el ataque del canadiense y sali¨® tarde y mal a por ¨¦l. ¡°Ah¨ª perdi¨® el Giro Purito¡±, dice su compa?ero de habitaci¨®n, ?ngel Vicioso. Pero Purito no quiere ni o¨ªr hablar de ello. ¡°Si mi abuela no se hubiera muerto estar¨ªa viva, claro. Y si llevamos el Giro de otra forma a lo mejor lo gana Basso¡¡± Pero no, lo gan¨® el canadiense desconocido.
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