Johnny Tapia, un p¨²gil noqueado por la vida
Fue cinco veces campe¨®n mundial en tres categor¨ªas diferentes
Los golpes que la vida propin¨® a Johnny Tapia (Albuquerque, EE UU, 1967) fueron mucho m¨¢s dolorosos que los que recibi¨® en los cuadril¨¢teros, y eso que tuvo una extensa carrera de 23 a?os como boxeador. La desgracia acompa?¨® a Tapia incluso antes de nacer: su padre desapareci¨® cuando su madre estaba embarazada de ¨¦l. Pero lo que marc¨® su vida ¡ªy su carrera deportiva¡ª fue el salvaje asesinato de su progenitora cuando ten¨ªa ocho a?os.
El propio Tapia cont¨® tiempo despu¨¦s que vio a su madre encadenada en la parte de atr¨¢s de una furgoneta despu¨¦s de que los gritos le despertasen. La mujer fue raptada, violada y apu?alada hasta la muerte. El ni?o tuvo que ser criado por su abuelo materno, un exboxeador aficionado que le introdujo en el deporte de las 16 cuerdas. Ya desde ni?o destac¨® por la furia que desplegaba en el cuadril¨¢tero, que seg¨²n Tapia proven¨ªa de imaginarse al asesino de su madre en cada rival.
Su debut como profesional se produjo en 1988 y combate a combate se fue haciendo un nombre en el boxeo. Su ascendente trayectoria fue cortada de ra¨ªz en 1990 cuando dio positivo por coca¨ªna en un test. Estuvo tres a?os y medio apartado del deporte pero regres¨® para proclamarse campe¨®n del mundo por primera vez en 1994. Tapia logr¨® el t¨ªtulo mundial en cinco ocasiones y en tres categor¨ªas distintas (supermosca, gallo y pluma) e incluso Mike Tyson dijo de ¨¦l que era uno de los luchadores m¨¢s grandes que hab¨ªa visto.
Su historial no deja dudas de que fue uno de los grandes del boxeo, pero fuera del cuadril¨¢tero tuvo que luchar contra demasiadas cosas. Su rival m¨¢s duro fue la droga, mucho m¨¢s que cualquier p¨²gil con el que se enfrent¨®. En toda su carrera deportiva Tapia solo fue noqueado una vez; el consumo de coca¨ªna y otras sustancias le tumbaron en cinco ocasiones, las veces que fue declarado cl¨ªnicamente muerto tras una sobredosis. En una de esas ocasiones, en 2007, mientras estaba ingresado en el hospital de Albuquerque, su primo y su cu?ado murieron en un accidente de tr¨¢fico cuando iban a visitarle. Tapia vivi¨® los ¨²ltimos a?os de su vida con un gran sentimiento de culpa por este hecho.
Fuera del 'ring' tuvo que luchar contra la droga, la ley y un pasado tr¨¢gico
Los reiterados ingresos en prisi¨®n y las depresiones tambi¨¦n le marcaron, hasta tal punto que intent¨® suicidarse en varias ocasiones. Su atormentada existencia solo encontraba una v¨ªa de escape en el boxeo. Entre las cuerdas hallaba la paz que nunca tuvo lejos de ellas. Sin embargo, Johnny Tapia se convirti¨® en un ¨ªdolo para los aficionados y los j¨®venes que ansiaban salir de la calle y la pobreza. El n¨²mero que llevaba tatuado en el pecho, el 505 (c¨®digo telef¨®nico de su distrito), se convirti¨® en la marca de muchas bandas callejeras de Albuquerque.
Otro de sus tatuajes era su apelativo, Mi vida loca, que dio nombre a su autobiograf¨ªa. En ella narra una vida m¨¢s destrozada que loca, la de un hombre asaltado constantemente por la desgracia. Un p¨²gil que se resist¨ªa a retirarse definitivamente del boxeo ¡ªde hecho pele¨® y venci¨® en 2011¡ª pero que fue derrotado el 27 de mayo de forma definitiva cuando fue encontrado muerto en su domicilio de Albuquerque. Ten¨ªa solo 45 a?os.
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