La impotencia de Cristiano
El capit¨¢n de Portugal tir¨® cuatro veces a puerta, m¨¢s que nadie, pero dobl¨® de nuevo la rodilla con su selecci¨®n
El mismo d¨ªa que Messi logr¨® un triplete con Argentina ante Brasil, acallando las voces que ensalzan su escaso rendimiento con la selecci¨®n, Cristiano Ronaldo era incapaz de despejar una de las escasas cr¨ªticas que se le pueden poner a este sensacional futbolista: su escaso protagonismo con Portugal. Es el fado casi perpetuo que acompa?a al madridista en los duelos con su selecci¨®n, esa expresi¨®n de la m¨²sica lusa fatalista y melanc¨®lica que se asemeja, casi a la perfecci¨®n, a la figura errante que Cristiano volvi¨® a ser frente a Alemania. Ni los cuatro disparos a puerta que realiz¨® ante la meta de Neuer (mayor registro del torneo hasta el momento), tres en el tramo final del partido, donde por fin se atrevi¨® a encarar a Boateng, sirvieron para que Cristiano ganara con Portugal. Durante buena parte del partido jug¨® escorado en la banda izquierda, sin participar en el juego, una pieza m¨¢s en el disciplinado engranaje de Portugal. Sin protagonismo, su papel se limit¨® al de un delantero de un equipo menor, honesto en la presi¨®n al rival, sin jerarqu¨ªa para pedir el bal¨®n y conducir a su equipo a la victoria, como los grandes capitanes. Solo en los ¨²ltimos 15
minutos se rebel¨® para ponerle las cosas complicadas a Boateng, al que rebas¨® en una gran jugada con pase de la muerte incluido a Nani. Badstuber salv¨® a los germanos. En esa jugada record¨® al futbolista que bate registros en el Madrid, indomable y certero, siempre dispuesto a golpear al rival.
Su rostro era el de la desilusi¨®n de Portugal a la finalizaci¨®n del partido. ¡°Estamos frustrados y creo que merecimos, como m¨ªnimo, el empate. No creo que el problema de Portugal sea de eficacia, quiz¨¢s nos falt¨® un poco de suerte. Creo que eso cambiar¨¢ y que ganaremos los dos pr¨®ximos partidos. En la Eurocopa de 2004 perdimos el primer partido (ante Grecia, 1-2) y llegamos a la final¡±, se?alaba Cristiano, quien en su papel de capit¨¢n intentaba levantar el ¨¢nimo recordando lo sucedido en la Eurocopa que se celebr¨® en su pa¨ªs.
La vida de Cristiano con el Madrid es otra historia. En el equipo de Mourinho, rodeado de talentos, siendo m¨¢ximo protagonista, explota. Sus 46 goles solo en la Liga as¨ª lo demuestran. Ante Dinamarca y Holanda, Cristiano tiene la oportunidad de variar el sino que le acompa?a con Portugal. Todo un pa¨ªs espera esa capacidad para destrozar al contrario tan conocida en el Madrid.
¡°Vi que Klose iba a entrar en el terreno de juego a sustituirme. Pens¨¦ que iba a tener una oportunidad m¨¢s y de repente el bal¨®n, desviado, aterriz¨® en mi cabeza. Es mi especialidad, por lo que no fue demasiado complicado marcar¡±. De esta forma explic¨® Mario G¨®mez la jugada del gol de Alemania, un remate de ariete cl¨¢sico que desnivel¨® un partido de un acusado perfil t¨¢ctico. Con los focos puestos en jugadores como Cristiano, ?zil, M¨¹ller, Nani o Podolski, la figura del encuentro acab¨® siendo este poderoso delantero que ya sabe lo que es aguarle la fiesta a Pepe, central de Portugal. En las semifinales de la pasada Liga de Campeones, su gol en el ¨²ltimo partido de la ida ante el Madrid, en M¨²nich, acab¨® siendo decisivo en la serie. Contra Portugal solo remat¨® dos veces a puerta, ambas con la cabeza. Uno de esos remates acab¨® en gol. Luego, se faj¨® lo suyo ante dos centrales de la envergadura de Pepe y Alves. Recibi¨® tantas faltas, cinco, como cometi¨®, incansable en el desgaste. Entre tanta seda, este delantero de origen espa?ol reclam¨® su protagonismo.
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