El mayor rey de la arcilla

¡°Cuando Bjorn Borg jugaba en mis tiempos, era como una muralla humana¡±, explica en Par¨ªs el estadounidense John McEnroe, coronado ayer en el dobles de leyendas junto a su hermano Patrick. ¡°Sobre tierra era m¨¢s r¨¢pido que nadie, estaba m¨¢s en forma que nadie, no pod¨ªas ganarle una pelota. Hab¨ªa tenistas que acababan exhaustos tras jugar un set contra ¨¦l. Lo mismo pasa con Nadal. Es incre¨ªblemente duro ganarle¡±.

Desde hoy, el espa?ol y el sueco se miran desde una perspectiva diferente: Nadal ya tiene m¨¢s t¨ªtulos de Roland Garros (siete por seis, el r¨¦cord) y m¨¢s victorias en Par¨ªs que Borg (52 por 49), posee el mismo n¨²mero de grandes (11) y ha alcanzado los 50 trofeos en sus vitrinas. Un balance inimaginable cuando se produjo el primer encuentro, en Suecia, antes de 2005, el a?o en el que Rafael Nadal empez¨® a pisar la tierra con pies de fuego.

¡°Conoc¨ª a Bjorn probablemente en 2004, en Bastad, Suecia, y despu¨¦s le he visto varias veces en Wimbledon¡±, record¨® el mallorqu¨ªn en Par¨ªs. ¡°Este a?o nos hemos visto en Montecarlo, donde me dese¨® suerte y tuvimos tiempo de hablar un poco¡±, a?adi¨® antes de la final de Par¨ªs, ya un poco escamado de que le preguntaran tanto por los r¨¦cords. ¡°Este torneo es lo suficientemente importante en s¨ª mismo, no porque tenga seis t¨ªtulos y pueda lograr el s¨¦ptimo. Tengo mucho m¨¢s de lo que habr¨ªa so?ado¡±.

As¨ª fue el encuentro. El mallorqu¨ªn, entonces un desconocido en los grandes escenarios, jugaba los cuartos del torneo de Bastad. Fue un momento significativo, aunque ninguno de los protagonista tuvo consciencia de ello. El sueco, sentado en la grada, vio por primera vez a alguien que ya es m¨¢s que su heredero. Nadal vio al hombre que habr¨ªa de marcar los primeros a?os de su carrera, someti¨¦ndole a una comparaci¨®n constante en los tres pilares que sustentan su biograf¨ªa deportiva: la tierra batida, el doblete Roland Garros-Wimbledon y los r¨¦cords de precocidad. Aquel d¨ªa, Borg y Nadal cruzaron sus miradas por primera vez. Desde entonces, siempre se miraron de reojo. Pocas veces se enfrentaron dos contrarios a trav¨¦s del tiempo, persigui¨¦ndose en un duelo imaginario con decenas de r¨¦cords de por medio.

¡°De Nadal me impresiona todo¡±, le explic¨® a este diario el m¨ªtico sueco en 2010, nada m¨¢s ver c¨®mo el espa?ol volv¨ªa a conseguir el doblete Roland Garros-Wimbledon, ese que fue su m¨ªtico sello, porque obliga a una adaptaci¨®n radical, de la arcilla a la hierba, de la que solo pueden presumir en tiempos recientes ¨¦l, Nadal y el suizo Roger Federer (2009). ¡°Me impresiona su concentraci¨®n, su capacidad para fijarse objetivos, que cada punto que juega sea como un punto de partido¡±, dijo. ¡°Por eso es un campe¨®n. No es solo su movimiento, que es incre¨ªble, sino que gana todos los puntos importantes, todas las pelotas cruciales. Eso es lo que hace de ¨¦l un campe¨®n¡±.

Con su triunfo, Nadal sum¨® 11 grandes. Ya solo tres tenistas en la historia han ganado m¨¢s que ¨¦l: Federer (16), el estadounidense Sampras (14) y el australiano Emerson (12). A los 26 a?os y 7 d¨ªas, solo otros dos jugadores lograron alcanzar esa cifra siendo m¨¢s j¨®venes: Borg (25 a?os y 1 d¨ªa) y Federer (25 a?os y 334 d¨ªas). Y ya van 50 t¨ªtulos de Nadal.