La confianza conquistada

La Italia que se esperaba, no la que la mayor¨ªa preve¨ªa. Mejor as¨ª. Un bonito acercamiento al torneo, una prueba de seguridad contra los campeones del Mundo y de Europa. Un empate b¨¢sicamente justo, por lo que hicieron los azzurri en la primera parte y los espa?oles en la segunda.

Del Bosque ten¨ªa una sorpresa preparada para Prandelli: un equipo sin puntas de verdad. Las puntas verdaderas, todas en el banquillo. En el campo, una cantidad enorme de trequartisti, con Silva y F¨¤bregas entre los m¨¢s solicitados a la hora de ocupar la posici¨®n de delantero y siempre despu¨¦s de acciones largas y elaboradas. As¨ª lleg¨® el gol de Espa?a. Tres minutos despu¨¦s del de Italia. Muy bonitos ambos, gracias a la profundidad de Pirlo y Silva y a los remates de Di Natale y F¨¤bregas. La Italia que jug¨® contra Rusia fue un feo recuerdo. Prandelli, evidentemente, ha hecho un buen trabajo en las cabezas de los jugadores antes incluso que en el juego. Maggio pareci¨® aliviado; De Rossi, un le¨®n, el mejor de los nuestros, a pesar de que algo, inevitablemente, concedi¨® en la segunda parte; Giaccherini, en el que era su debut, positivo, al menos durante una hora; Cassano preciso como pasador y tambi¨¦n como rematador. Sabe moverse a pesar de que todav¨ªa no se mueve much¨ªsimo. Al final, la verdadera decepci¨®n es Balotelli. Quiz¨¢s haya sufrido demasiado la responsabilidad. El caso es que se enred¨® en una serie de golpes improbables, se hizo amonestar, y se comi¨® un gol. Inevitable la sustituci¨®n por Di Natale. Y bien para nosotros que otro delantero que ven¨ªa del banquillo, Torres, lo hiciera mucho peor, fallando dos ocasiones clamorosas. Esta Italia, sinceramente, se merece confianza. Hay que tener en cuenta la fuerza del rival, aunque parece que Del Bosque, m¨¢s que tenderle una trampa a Prandelli, le hizo un favor. En una cancha que frenaba la circulaci¨®n del bal¨®n, la telara?a de los espa?oles, por mucho desgaste que provocara a la larga, pareci¨® menos eficaz, menos punzante. Sigo pensando que guardar en el banquillo a un rematador como Llorente es un lujo que ni siquiera un equipo tan entregado al toque como Espa?a puede permitirse.

En la primera parte, gracias a un pressing eficaz y a mucha atenci¨®n, Italia redujo al m¨ªnimo la peligrosidad de los rivales. Es m¨¢s, estuvo m¨¢s cerca del gol que ellos. No fue exactamente el partido que se esperaba. La defensa de tres hizo un buen trabajo, aunque facilitado por la ausencia de un delantero centro. El medio del campo funcion¨® bien: Pirlo se encendi¨® despu¨¦s de un comienzo titubeante, justo a tiempo para tomar las medidas al campo y al equipo. Marchisio corri¨® much¨ªsimo, Motta se vio menos, excepto el cabezazo bien parado por Casillas. En las bandas, Maggio empuj¨® m¨¢s que Giaccherini, que, en la izquierda, con la entrada de Navas, sud¨® mucho haciendo de terzino.

En cuanto a esp¨ªritu y entrega, Prandelli puede sentirse satisfecho. Este es un empate que da ¨¢nimos: el obst¨¢culo m¨¢s duro ha sido salvado sin da?os. Se pod¨ªa perder, pero con la ¨²ltima galopada de Marchisio tambi¨¦n se pod¨ªa haber ganado. Est¨¢ bien as¨ª. Con tal de no distraerse contra Croacia y la banda del Trap.

? La Repubblica

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