Las variaciones Cancellara
Wiggins marca su territorio quedando segundo en el pr¨®logo, que registra la quinta victoria del suizo
Hay j¨²bilos inefables, como, por ejemplo, el que siente quien est¨¢ perdido y atascado con el coche en una Lieja tomada y vallada, cuando de repente, oye que en la radio suenan, las primeras notas del aria de las variaciones Goldberg como ca¨ªdas desde el cielo del clave de Gustav Leonhardt, y, justo en ese momento, divisa a dos metros la flecha que le gu¨ªa salvadora por un hueco inesperado a su destino. O como el que dijo que sinti¨® Fabian Cancellara cuando cruz¨® victorioso la l¨ªnea de meta del pr¨®logo del Tour. No era su primer pr¨®logo ¡ªuna carrera especial porque siempre la victoria lleva aparejado el maillot amarillo¡ª, ni el segundo, ni el tercero de Cancellara, un verdadero especialista, un hombre habituado a ese tipo de orgasmo, sino el quinto (en el Tour solamente: tambi¨¦n ha dejado su sello en Luxemburgo, en Suiza, en California, en la isla de Rodas), lo que convierte su alegr¨ªa en algo m¨¢s que sorprendente, extraordinario. Pero sincero.
¡°Despu¨¦s de las dificultades de este a?o, me he sentido liberado. Ha sido una gran victoria para m¨ª y para mi equipo¡±, dijo el suizo. ¡°Soy feliz¡±. Y luego record¨® todo lo que de malo le hab¨ªa ocurrido a ¨¦l y a la gente de su alrededor este 2012, la rotura de clav¨ªcula el 1 de abril, en el Tour de Flandes, los problemas de la integraci¨®n de su equipo, el Leopard, con el grupo de Johan Bruyneel y la falta de resultados; la decepci¨®n y las ca¨ªdas de sus amigos, los hermanos Schleck y la ausencia de Andy; las cuitas de Bruyneel con el caso Armstrong; las deudas del equipo con algunos corredores¡ ¡°Por eso, porque s¨¦ que no se sabe lo que puede pasar al d¨ªa siguiente, cada d¨ªa salgo a dar el m¨¢ximo, al 100%¡±, dijo Cancellara. ¡°Por eso estoy orgulloso de m¨ª mismo¡±.
El aria de las variaciones Cancellara para pr¨®logo en bicicleta son¨® por primera en el Tour hace ocho a?os y, justamente, tambi¨¦n a orillas del Mosa, en Lieja, no tan lejos de las polvorientas siderurgias y acer¨ªas que la nueva revoluci¨®n industrial ha condenado a la historia. Ejecutada pr¨¢cticamente a la misma velocidad acelerada marca de la casa (53,2 kil¨®metros por hora ayer), le permiti¨® preceder en 2s a Lance Armstrong, quien tres semanas despu¨¦s ganar¨ªa su sexto Tour. Cinco a?os despu¨¦s en M¨®naco, en su tercera variaci¨®n, qued¨® primero y Contador segundo, otro que acabar¨ªa ganado el Tour. Ayer, en la quinta, el segundo fue Bradley Wiggins (a siete segundos: perdidos en la primera parte del rapid¨ªsimo trazado), lo que podr¨ªa interpretarse como un augurio de felicidad final para el ingl¨¦s que agarra el manillar aerodin¨¢mico de su cabra con un grip tan complicado como el de los golfistas con el putter; o tambi¨¦n como un signo ir¨®nico que hace felices a los esc¨¦pticos: el viejo de siempre dirigiendo la sinfon¨ªa del ciclismo nuevo. Una interpretaci¨®n y otra, sin embargo, se resume en un hecho: Wiggins comienza el Tour marcando su territorio y abriendo en poco m¨¢s de seis kil¨®metros (¡°Lieja ha sido un vel¨®dromo de 6,4 kil¨®metros¡±, dijo Cancellara del auditorio) m¨¢s diferencias de las habituales, toda una se?al fuerte para un Tour que, dicen, se resolver¨¢ en las contrarrelojes.
Por su actuaci¨®n en Lieja a los rivales de Wiggins se le podr¨ªa encuadrar en tres grupos. El primero, el de los que mantuvieron el tipo m¨¢s que dignamente: Menchov, sobre todos, que perdi¨® solo 6s con el ingl¨¦s; Froome (9s), Evans (10s), Nibali y Hesjedal (11s), y Kl?den (12s). En el segundo, los que ni fu ni fa: Gesink (18s), Van den Broeck y Leipheimer (21s), Basso (22s).
El tercero, el de los que decepcionaron, el de los espa?oles. Si el primer espa?ol en el pr¨®logo, Rub¨¦n Plaza, solo fue el 26?, a los dos que hablan de podio, Valverde (a 28s, octavo entre los de Movistar) y Samuel S¨¢nchez (33s), hay que buscarlos en las ¨²ltimas l¨ªneas de la clasificaci¨®n, junto al habitual Fr?nk Schleck (33s). ¡°Hemos salvado el d¨ªa¡±, dijo Valverde, feliz, como Samuel, por no haberse ca¨ªdo, lo que puede ser un indicador de c¨®mo afrontan el Tour.
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