Caligraf¨ªa de Espa?a
Alguna de sus intuiciones surrealistas llevaron a Luis Mart¨ªn a introducir en su excelente secci¨®n En tres minutos y medio la pregunta siguiente: ?Tiene buena letra? Con sus respuestas han desfilado por ah¨ª los jugadores de la selecci¨®n espa?ola. El sobrio Andr¨¦s Iniesta, que no se moja ni dentro del agua, le respondi¨® a nuestro veloz compa?ero sobre la calidad de su letra:
¡ªS¨ª, por lo menos se lee bien.
Todos, m¨¢s o menos, han dicho eso. Unos dudan sobre los retoques que el seleccionador se hace en el bigote o sobre el trabajo que hac¨ªa Pedro Picapiedra, pero todos los futbolistas que ha seleccionado Vicente del Bosque responden m¨¢s o menos como el futbolista de Fuentealbilla, que ellos sienten que tienen buena letra.
Me ha parecido muy interesante esa confesi¨®n que es, por otra parte, la m¨¢s personal de todas las respuestas. Uno se hace, en la infancia, tratando de tener buena letra, pues as¨ª se lo piden los padres, los maestros y los hermanos mayores. Luego la vida va inutilizando esa intuici¨®n formidable que es la caligraf¨ªa, o por exceso de confianza, o por falta de confianza o simplemente por falta de entrenamiento. La catedr¨¢tica Adela Cortina, especialista en ?tica, dice que los valores se tienen que apuntalar entrenando, que no se conservan solos. Pues lo mismo pasa con la caligraf¨ªa. Se entrena escribiendo y se entrena leyendo.
Los jugadores est¨¢n orgullosos de su letra, y en ese orgullo se refleja el aplomo con el que juegan
En el caso de los futbolistas que han pasado por el formidable inventario de ocurrencias de Lu me ha parecido sintom¨¢tica esa confianza de todos los futbolistas ¡ªde todos los futbolistas¡ª sobre su letra, de la que se sienten mayoritariamente orgullosos. Significa que se sienten c¨®modos ley¨¦ndose, y que se sienten l¨®gicos, pues la caligraf¨ªa revela, me parece, el nivel de coherencia de la idea que se tiene con la forma de plasmarla.
Eso me ha llevado a pensar que ah¨ª est¨¢ por lo menos una de las claves de ese aplomo (a veces excesivo, lo dicen nuestros nervios m¨¢s que nuestra inteligencia) con que juega la selecci¨®n espa?ola. Una bailarina y profesora de ballet, Violeta Gast¨®n, comentaba que con las evoluciones de los futbolistas espa?oles en el campo se pod¨ªa dibujar una buena ortograf¨ªa espacial del ballet, pues eran l¨®gicas y bellas, y sinuosas, y ten¨ªan todas un desarrollo muy arm¨®nico, como instantes sublimes en medio de una batalla sin sangre.
La selecci¨®n ha llevado a cabo una revoluci¨®n ¨ªntima muy interesante. Ha conseguido que los egos revueltos de futbolistas de ¨¦lite, que provienen de plantillas y de planteamientos distintos, se unifiquen y se pongan a disposici¨®n de una exigencia colectiva de juego. Ese es un estado mental que solo se consigue, me parece, si el maestro les ha ense?ado buena caligraf¨ªa y ellos ejecutan esa ense?anza con valor y con detenimiento. Dice eso Iniesta, que a ¨¦l se le entiende bien. Es la esencia de su juego, y ¨¦l es el alma est¨¦tica de este equipo que ha conseguido, tiene un buen maestro, una caligraf¨ªa extraordinaria.
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