El triunfo de todos
Espa?a ha sido una selecci¨®n con muchas ¡°estrellitas¡±, pero coral y con los egos dominados
La hinchada espa?ola lo reclam¨® de manera espont¨¢nea por los campos polacos y ucranios. Hasta el mismo d¨ªa de la final. ¡°?Del Bosque, saca a Llorente!¡±, le cantaron sin ¨¦xito al seleccionador espa?ol. Tras un excelente curso en el Athletic, el delantero riojano se march¨® de la Eurocopa sin saborear un solo minuto. Ten¨ªa razones para sentirse molesto. Y, sin embargo, fue uno de los m¨¢s felices en la noche del domingo, tras proclamarse campe¨®n de Europa en el Estadio Ol¨ªmpico de Kiev. Pesaba m¨¢s el orgullo de pertenecer a una generaci¨®n irrepetible que la rabia por no haber sido protagonista. Lo hab¨ªa sido dos a?os antes: en los octavos de final del Mundial de Sud¨¢frica ante Portugal. Esta vez Del Bosque lo vio demasiado cansado. Y ¨¦l entendi¨® su papel en una selecci¨®n que reescribe la historia en cada trazo.
Pese a no jugar ni un minuto, Fernando Llorente estaba feliz por estar en esta generaci¨®n
Una sensaci¨®n compartida por Mata, campe¨®n de Europa con el Chelsea un mes antes, relegado a apenas cinco minutos en el torneo, los ¨²ltimos de la final, premiado con el cuarto tanto de Espa?a y su participaci¨®n en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos, en Londres. All¨ª estar¨¢ tambi¨¦n Javi Mart¨ªnez, que solo jug¨® un cuarto de hora frente a Irlanda. Lo mismo podr¨ªa decirse de Cazorla, capit¨¢n general en el M¨¢laga, limitado a un vibrante final ante Francia. M¨¢s relevantes se sintieron los extremos Navas y Pedrito, agitadores en las fases m¨¢s espesas de La Roja. Autor el primero del gol final ante la complicad¨ªsima Croacia; vital el segundo para acabar de descerrajar a Francia. Casi todos disfrutar¨ªan de estatus de figura en cualquiera de las otras selecciones de la Eurocopa. Encantado Juanfran pese a no haberse estrenado, solidarios Albiol, Vald¨¦s y Reina para poner por delante los intereses del grupo, Del Bosque logr¨® incluso el milagro de encajar a Torres y a Negredo aun sin querer jugar con delantero. El primero acab¨® con tres tantos, uno en la final, y una rehabilitaci¨®n personal tras una campa?a tormentosa en el Chelsea. Y el sevillista, sin brillar ante Portugal, desgast¨® a sus centrales: Bruno Alves fall¨® el penalti decisivo de la dram¨¢tica rueda final.
En la maestr¨ªa de Del Bosque para manejar los egos, no cabr¨ªan gestos como el de Balotelli: empuj¨® a un t¨¦cnico italiano que pretend¨ªa frenar su marcha del estadio de Kiev sin felicitar a los campeones espa?oles; o el de Nasri, insultando a un periodista despu¨¦s de la derrota en cuartos de final. As¨ª como Portugal depende demasiado de Cristiano Ronaldo o Italia de Pirlo, Espa?a es, desde hace cuatro a?os, esencialmente coral. Un conjunto de ¡°estrellitas¡±, como lo defini¨® Casillas. A aquella campeona en Viena con Luis Aragon¨¦s la sostuvo la fuerza de Senna, jubilado hace dos a?os de la selecci¨®n. En el Mundial de Sud¨¢frica irrumpieron Piqu¨¦ y Busquets (el centrocampista que Del Bosque hubiese so?ado ser). El hilo conductor lo han mantenido en los tres torneos Casillas, Xavi e Iniesta. Pero han ido surgiendo nuevas estrellitas, algunas inesperadas. Todo el once titular de la final ha entrado en la plantilla ideal de la UEFA salvo uno: Arbeloa. Pero incluso este, tan criticado en la primera fase, ha acabado como el m¨¢s castigado en el torneo por las faltas (20), una m¨¢s que Pirlo, se?al de que todos han sido audaces con el bal¨®n.
Designado por la UEFA mejor jugador de la Eurocopa, Iniesta no juega para ganar Balones de Oro, sino para ser feliz
Designado por la UEFA mejor jugador de la Eurocopa, Iniesta no juega para ganar Balones de Oro, sino para ser feliz. Cuando gana algo, Casillas se acuerda de la alegr¨ªa proporcionada a los paisanos de Navalacruz. Su serenidad bajo palos la ha proyectado a todo el equipo. Mientras, su amigo Xavi parece haberse reservado para firmar una obra de arte en la final de Kiev. Los tres merecen acaparar galardones, pero tambi¨¦n Xabi Alonso, Sergio Ramos, Jordi Alba y Cesc. El mediocentro donostiarra ha sido el m¨¢s estable: capital en el arranque del juego y en la recuperaci¨®n posicional, inspirado en los dos tantos ante Francia. El central sevillano empez¨® revolucionado (un penalti no pitado a Mandzukic ante Croacia), pero acab¨® sobrado, intimidando primero a Cristiano y despu¨¦s a Balotelli en una exhibici¨®n de poder¨ªo f¨ªsico y coraje. Su penalti a lo Panenka a Portugal es el segundo de m¨¢xima intensidad emocional de la Eurocopa. Le dio a Espa?a el atrevimiento para ir disparada hacia la triple corona. El descaro del novato lo personific¨® Jordi Alba, un ejemplo de la renovaci¨®n natural de Del Bosque. La evoluci¨®n constante la representa Cesc F¨¤bregas, triunfador como falso nueve por encontrar los espacios de sus compa?eros hacia el gol. Dos de ellos de Silva, adem¨¢s de tres asistencias, iluminado al principio y al final del torneo, mantenido por Del Bosque en los momentos de confusi¨®n. Cada uno de los 23 elegidos tiene derecho a sentirse due?o pedazo del trofeo m¨¢s repartido. Es el triunfo de todos.
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