El Bestia
Es tan excesivo este hombre que a m¨ª me plantea un problema a la hora de contar lo que hace: se me quedan cortos los adjetivos
Peter Sagan; Sagan, como el astr¨®nomo, el famoso divulgador cient¨ªfico, pens¨¦ yo la primera vez que o¨ª este nombre. Lo mismo que me pas¨® con Lance Armstrong en v¨ªsperas de los Juegos de Barcelona. Armstrong, como el astronauta, el primer ser humano en pisar la Luna. Ahora Lance comparte ya notoriedad ¡ªal menos desde el ¨¢mbito del deporte¡ª con su compatriota exastronauta. Y dentro de unos a?os me atrevo a asegurar que con Sagan pasar¨¢ lo mismo. ?Sagan? ?Qu¨¦ Sagan, el escritor o el ciclista?
Son 22 a?itos y dos victorias de etapa en el Tour en su debut en la carrera. Y a¨²n no estamos m¨¢s que en la tercera etapa. No hay dos sin tres, me he cansado de o¨ªr estos d¨ªas a cuenta del f¨²tbol; probablemente en esta ocasi¨®n, y teniendo en cuenta que hablamos de Sagan en su atronadora irrupci¨®n en esta carrera, habr¨¢ que ir un poco m¨¢s lejos para poner el l¨ªmite (?4, 5, 6 incluso?). Recordando nuevamente que en los ¨²ltimos meses se ha llevado para su casa cinco etapas del Tour de California, y cuatro de la Vuelta a Suiza.
Es tan excesivo este hombre que a m¨ª me plantea un problema a la hora de contar lo que hace; un problema sem¨¢ntico. Y es que no es que se me agoten los adjetivos a la hora de calificarlo, sino que se me quedan cortos. Cuesti¨®n de matices. Podr¨ªa encontrar muchos adjetivos para glosar sus exhibiciones, pero en muchos de ellos me faltar¨ªa un plus, ese valor a?adido que separa lo fant¨¢stico de la genialidad.
Son 22 a?itos y dos victorias de etapa en el Tour en su debut en la carrera. Y a¨²n no estamos m¨¢s que en la tercera etapa
La etapa conclu¨ªa en el ascenso a la Ciudadela de Boulogne-Sur-Mer, tras casi 200 kil¨®metros plagados en su tercio final de continuos sube y baja, seis de ellos puntuables para la clasificaci¨®n de la monta?a. Las cifras oficiales de la cota que conduc¨ªa a la meta dec¨ªan que se trataban de 700 metros al 7,4% de media. Yo ve¨ªa la etapa mientras rumiaba el por qu¨¦ me resultaba familiar el nombre de este lugar; y gracias al ataque de Chavanel y a la asociaci¨®n de ideas que este hecho me produjo, ca¨ª entonces en la raz¨®n. Claro, ese es el tremendo repecho en el que gan¨® Moureau en los cuatro d¨ªas de Dunkerque el a?o que gan¨® Chavanel ¡ªme chivaron mis neuronas¡ª. All¨ª ciment¨® su victoria en la general un joven franc¨¦s de tan solo 22 a?os llamado Sylvain Chavanel. El mismo que ayer ¡ª10 a?os despu¨¦s¡ª disfrutaba de unos metros de ventaja sobre el pelot¨®n en la pancarta del ¨²ltimo kil¨®metro. Aquello era un repecho de esos que dan miedo al mirarlos desde abajo. Una calle rectil¨ªnea que se empina m¨¢s y m¨¢s seg¨²n van pasando los metros, y que no ser¨ªan m¨¢s que 400 metros; eso s¨ª, con un desnivel bestial.
Y como no pod¨ªa ser de otra forma, all¨ª que surgi¨® La Bestia vestida de verde con su explosi¨®n de potencia haciendo f¨¢cil lo que al resto les resultaba dif¨ªcil, esto es, mantener la cadencia, la velocidad o el equilibrio ¡ªhubo ca¨ªda en ese mismo punto¡ª. Qu¨¦ demostraci¨®n y qu¨¦ superioridad, con tiempo suficiente incluso para hacer el ganso en la celebraci¨®n imitando a Forrest Gump. ¡°Mi objetivo es el maillot verde y creo que lo voy a ganar¡±, dijo. ?Alguien lo duda despu¨¦s de lo visto? ?l, desde luego, no. El espect¨¢culo sigue asegurado.
Pr¨®logo: Las variaciones Cancellara
Primera etapa: Los domingos generosos
Segunda etapa: Contra la melancol¨ªa, Cavendish
Tercera etapa: La construcci¨®n del personaje Sagan
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