A Ferrer le falta un cent¨ªmetro
Tras tener punto para adelantarse por dos sets a cero, el espa?ol, muy luchador, se inclina 6-7, 7-6, 6-4 y 7-6 ante Murray en cuartos
Es un partido salvaje. Mientras sopla el viento, el brit¨¢nico Andy Murray y David Ferrer echan un pulso hecho de coraz¨®n y tripas. Esto no es tenis, es una lucha por la supervivencia con las semifinales de Wimbledon como premio. El duelo tiene vida propia, es como una fiera que espera a que alguien la dome mientras suelta zarpazos: saca el espa?ol por las dos primeras mangas y las dos veces pierde el servicio; se dirimen esos dos parciales en el tie-break y los contrarios se reparten uno cada uno, pese a que Ferrer tiene 5-2 y punto de set en el segundo.
El n¨²mero cinco duda cuando puede culminar la escalada. Murray sobrevive 6-7, 7-6, 6-4 y 7-6 porque la batalla se decide en detalles, y en los detalles le saca al espa?ol un cent¨ªmetro: vuela m¨¢s r¨¢pido su saque (18 aces por seis), m¨¢s variedad tienen sus tiros (61 ganadores por 44), menos le tiemblan las piernas en los momentos decisivos (salva 10 bolas de break por las seis de su rival).
¡°La clave fue el segundo set. Andy jug¨® mejor que yo, m¨¢s agresivo, en los momentos importantes¡±, reconoci¨® el alicantino. ¡°Cuando serv¨ª por esa segunda manga, fue todo un poco demasiado deprisa, deb¨ª haberme parado un poco m¨¢s, pero ¨¦l me llev¨® al l¨ªmite¡±.
Deb¨ª haberme parado un poco m¨¢s, pero ¨¦l me llev¨® al l¨ªmite¡±?
David Ferrer
¡°Fue un partido dur¨ªsimo, largo, con much¨ªsimas cambios¡±, describi¨® Murray. ¡°Ferrer es un gran jugador que no recibe el respeto que se merece¡±.
Son 3h 52m de batalla. Pocas veces queda m¨¢s claro cu¨¢nto pesan la cabeza y el saque en el tenis. Cuando Ferrer sirve para ganar las dos primeras mangas, pierde el servicio. Cuando Murray sirve para ganar la tercera, firma un juego en blanco. Eso libera y da alas al brit¨¢nico, le impulsa hasta recuperaciones imposibles, hace que se rompa en gritos, aplausos y pataleos el p¨²blico de la pista. Es la historia de una transformaci¨®n.
Al principio, Murray compite extremadamente presionado. Con Reino Unido buscando su primer campe¨®n masculino de grandes desde los a?os treinta del siglo XX, Rafael Nadal hab¨ªa atenuado la presi¨®n que el p¨²blico y los medios suelen volcar sobre el brit¨¢nico: tras tres derrotas seguidas en semifinales grandes ante el mallorqu¨ªn en 2011, poco pod¨ªa exig¨ªrsele a Andy Murray con este en su lado del cuadro en Wimbledon 2012. Eliminado el espa?ol, suenan las trompetas. La final es posible, la final se le exige.
Ferrer no recibe el respeto que se merece¡±
Andy Murray
Murray juega dos sets atenazado por los nervios. Ferrer le echa narices, tira y pega, no se amedrenta. Sin embargo, ya no es el tenista intocable del duelo previo contra el argentino Juan Mart¨ªn del Potro. Ya no encuentra siempre un tiro salvador, un golpe m¨¢gico, un pelotazo maravilloso que obnubile a su contrario. Al rev¨¦s, Ferrer duda cuando el partido est¨¢ para que lo haga suyo, y Murray se da cuenta. Peor. El marcador va echando vinagre en heridas abiertas, porque le recuerda al alicantino una ocasi¨®n previa. En 2011, durante las semifinales del Abierto de Australia, tambi¨¦n se adelant¨® Ferrer con set de ventaja y punto para hacer suyo el segundo. En 2012, cuando el luminoso refleja exactamente lo mismo, solo hay una diferencia: Ferrer ha tenido m¨¢s oportunidades y m¨¢s opciones; m¨¢s veces ha parecido suya la victoria; m¨¢s cerca ha estado el alicantino de ser el segundo espa?ol (Rafael Nadal) que juega las cuatro semifinales de los torneos grandes. Nunca le pierde la cara al partido. Chilla el gent¨ªo. ¡°Go Andy!¡±, brama el p¨²blico. Ferrer sigue a lo suyo: llega a tener dos puntos (3-4 y 15-40) para sacar por la cuarta manga, que estira hasta la muerte s¨²bita tras un par¨®n por la lluvia.
Murray, sin embargo, compite con m¨¢s firmeza ese tie-break, y jugar¨¢ ahora contra el franc¨¦s Jo-Wilfried Tsonga (7-6, 4-6, 7-6 y 6-2 al alem¨¢n Kohlschreiber). Murray tiene un objetivo: convertirse en el primer brit¨¢nico que compite en la final de Wimbledon desde 1938 (Bunny Austin) y en el primero que gana el t¨ªtulo desde 1936 (Fred Perry). Una losa de presi¨®n para un tenista excelente y forzado por Ferrer hasta el l¨ªmite. En la otra semifinal, un duelo enorme: se enfrentar¨¢n Roger Federer (6-1, 6-2 y 6-2 al ruso Youzhny) y Novak Djokovic (6-4, 6-1 y 6-4 al alem¨¢n Mayer).
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