Grandes viajeros
A los que somos viajeros, ya sea de cuerpo o de esp¨ªritu -o de ambos-, se nos suele olvidar que en todo gran viaje siempre hay d¨ªas de simple tr¨¢nsito. D¨ªas de esos que con el tiempo se disuelven en la memoria y quedan como recuerdos rutinarios, el d¨ªa que fui del punto tal a este otro. Pero si nos fijamos en el detalle, tambi¨¦n esos d¨ªas pasan cosas interesantes, y adem¨¢s en ocasiones, en esos d¨ªas en los que nada se espera, donde precisamente nos espera la mejor de las sorpresas. Por cierto, no est¨¢ de m¨¢s recordar que tambi¨¦n para los corredores, el Tour es un gran viaje de nada menos que tres semanas.
As¨ª fue para Millar, el ganador de la etapa que desped¨ªa a los Alpes y se encaraba a los Pirineos. Exactamente igual que hace 10 a?os en B¨¦ziers, en una etapa que desped¨ªa a los Pirineos y rumbo Norte se dirig¨ªa hacia los Alpes. Dos etapas con un perfil similar; una primera mitad quebrada -lo ideal para que cuaje la fuga- y una segunda mucho m¨¢s favorable. La diferencia estaba en que hace diez a?os los puertos eran simples cotas, mientras que este a?o tienen que superar dos puertos de primera categor¨ªa. Tan exigentes que obligaron a permanecer atentos -y a sufrir m¨¢s de la cuenta- a los propios favoritos. Pinot y Rolland, primero y segundo el d¨ªa anterior, perdieron contacto por all¨ª con el grupo cabecero, as¨ª de violento fue el comienzo. Pero tras la tormenta lleg¨® la calma y nada volvi¨® a pasar entre los que disputan la general, a excepci¨®n del calent¨®n que debieron darse en los repechos que preced¨ªan al kil¨®metro final de Annonay.
Hace diez a?os la presencia de un brit¨¢nico como Millar era la excepci¨®n. Hoy en d¨ªa en cambio, estamos asistiendo a la toma de poder brit¨¢nica sobre el Tour de Francia. El Sky es qui¨¦n pone orden, quien manda y qui¨¦n, salvo sorpresa, mandar¨¢ en Par¨ªs. Pero Millar sigue siendo una excepci¨®n. Hace diez a?os el lema de sus seguidores era "It?s Millar time", el figura hab¨ªa llegado para quedarse. A eso le sigui¨® su detenci¨®n en una investigaci¨®n contra el dopaje, su posterior confesi¨®n y la consiguiente suspensi¨®n de dos a?os. Hoy Millar vende que es un nuevo hombre, al demostrar que por el camino, en el tr¨¢nsito, no perdi¨® el instinto ganador.
La 12? etapa, la m¨¢s larga de esta edici¨®n, es a la vez la menos l¨®gica; aunque seguramente necesaria para los organizadores a la hora de dise?ar el salto de una cordillera a otra. Al menos nos pusieron sobre la mesa unos ¨²ltimos cuatro kil¨®metros en ligera ascensi¨®n que sirviesen de juez para la previsible -y tambi¨¦n aqu¨ª necesaria- escapada. Por lo tanto coger la fuga no era tarea sencilla, pues todos sab¨ªan que ser¨ªa buena. De los cinco escapados, cuatro salieron seleccionados de un grupo que se form¨® en los proleg¨®menos del Grand Cucheron, mientras que el otro, Egoi Mart¨ªnez, atac¨® al pelot¨®n tras el descenso, y alcanz¨® a la cabeza de carrera en la ascensi¨®n al Col de Granier gracias al trabajo de su compa?ero Rub¨¦n P¨¦rez.
La 12? etapa, la m¨¢s larga de esta edici¨®n, es a la vez la menos l¨®gica
Una vez formada la fuga buena -cinco corredores, cuatro equipos que a¨²n no hab¨ªan ganado nada, y tan s¨®lo un antiguo ganador de etapa en el Tour, el propio Millar- el pelot¨®n se dedic¨® a sestear al ritmo del Sky. Por delante, la probabilidad de victoria se repart¨ªa te¨®ricamente a un 20% por cada uno de ellos, pero este porcentaje ser¨ªa bien diferente en la cabeza de cada uno de los 5 protagonistas seg¨²n se aproximaban al final. Tras estudiar lentamente y al detalle a cada uno de sus compa?eros de aventura durante tantos kil¨®metros -que empe?o pone cada uno en los relevos, de que longitud los hace, c¨®mo ha llegado a la fuga, c¨®mo sube los repechos, etc...-, la balanza se mostraba m¨¢s inclinada para unos que para otros. Egoi lo dijo tras la meta: "Millar era el m¨¢s fuerte, trabaj¨® mucho en la escapada y desde el comienzo se le ve¨ªa un pedaleo muy fino".
La gloria para Millar, el tr¨¢nsito para todos los dem¨¢s. Para Millar el tr¨¢nsito fue doble, f¨ªsico y emocional, pero esa es otra historia.
Ahora, m¨¢s cansados, casi agotados y con la mente puesta en el segundo d¨ªa de descanso, que nadie mire atr¨¢s que el viaje contin¨²a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.