¡°Que le abran expediente ya¡±

Por segunda vez en menos de una semana, el Consejo Superior de Deportes (CSD) ha exigido p¨²blicamente a la Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo que le abra expediente al atleta ?ngel Mullera, a lo que la federaci¨®n ha respondido que no puede hacer nada, ya que su Comit¨¦ de Disciplina Deportiva, un ¨®rgano independiente, no considera que pueda suponer infracci¨®n el hecho de que un atleta mantenga correspondencia sobre el uso de sustancias dopantes con un an¨®nimo preparador-proveedor. Esta reducci¨®n al absurdo que choca con el sentido com¨²n ¨Cla federaci¨®n de atletismo emiti¨® un comunicado que deja patente su perplejidad, pues sus dirigentes consideran que, en efecto, las acciones de Mullera, si probadas, no deber¨ªan quedar sin castigo--, deber¨ªa resolverse siguiendo los procedimientos disciplinarios, con un pr¨®ximo recurso del CSD al Comit¨¦ Espa?ol de Disciplina Deportiva. ¡°Hemos pedido que le abran expediente ya, y si nos contestan que no lo hacen, recurriremos a nuestro comit¨¦, ya que de entrada no podemos ser nosotros quienes le abramos expediente, ya que tenemos delegada en las federaciones la funci¨®n disciplinaria¡±, dice Miguel Cardenal, presidente del CSD.

En su comunicado, hecho p¨²blico el lunes por la noche, el CSD termina se?alando, en un p¨¢rrafo que parece una acusaci¨®n directa a la federaci¨®n: ¡°Lamentamos que en el mundo del deporte existan personas que no consideren que las informaciones de referencia incluyen hechos que constituyen vulneraciones de calado de la actitud exigible a un deportista¡±. En v¨ªsperas del comienzo de los Juegos Ol¨ªmpicos, la principal federaci¨®n ol¨ªmpica y la m¨¢s alta autoridad deportiva espa?ola siguen enfrentadas en cierta forma en la b¨²squeda de una soluci¨®n a un problema que socava la credibilidad de la lucha contra el dopaje. ¡°Pero yo nunca dir¨ªa que hay un enfrentamiento, sino todo lo contrario, y ese p¨¢rrafo se refiere en todo caso al comit¨¦ disciplinario no a la federaci¨®n¡±, dice Cardenal. ¡°He hablado con el presidente de la federaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola, y ¨¦l me ha dicho que est¨¢ de acuerdo conmigo en que en la actuaci¨®n de Mullera hay alg¨²n tipo de il¨ªcito, y que ese il¨ªcito debe dar lugar a un expediente para que, incluso, el propio atleta pueda defenderse. Pero si el comit¨¦ disciplinario de la federaci¨®n toma una decisi¨®n no se les puede pedir que la cambien¡±.

Otro caso en el que hubo discrepancia entre la federaci¨®n y su comit¨¦ de disciplina fue en el del atleta Bezabeh, por la Operaci¨®n Galgo

¡°No es la Real Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo la que opina o toma partido en los temas que requieren la actuaci¨®n de su Comit¨¦ de Disciplina¡±, se?ala en su comunicado la federaci¨®n. ¡°Incluso puede discrepar, y lo ha hecho en m¨¢s de una ocasi¨®n, de las decisiones que dicho ¨®rgano colegiado tome. Pero no puede interferir en sus decisiones ni coartar su independencia. Esto es lo que ha ocurrido en el reciente caso del atleta ?ngel Mullera¡±. Otro caso en el que hubo discrepancia entre la federaci¨®n y su comit¨¦ de disciplina fue en el del atleta Alemayehu Bezabeh, por la Operaci¨®n Galgo, quien, absuelto por la federaci¨®n fue finalmente sancionado por el Comit¨¦ Espa?ol de Disciplina Deportiva. El mismo d¨ªa, la semana pasada, en que se public¨® en los medios el contenido de los emails enviados por Mullera al an¨®nimo preparador, el presidente Odriozola recibi¨® en su despacho al atleta, quien entre l¨¢grimas, seg¨²n testigos, vino a reconocer que hab¨ªa ¡°metido la pata¡±.

Aunque la mera curiosidad por el conocimiento de t¨¦cnicas de dopaje para evitar dar positivo y los efectos de las sustancias prohibidas en el rendimiento ya podr¨ªa ser considerado tentativa de dopaje, Cardenal, quien antes de asumir la presidencia del CSD fue miembro del comit¨¦ de competici¨®n de la federaci¨®n de f¨²tbol, considera que el ¡°il¨ªcito¡± en el que ha podido incurrir Mullera no tiene por qu¨¦ ser de dopaje. ¡°Puede entenderse como una actitud antideportiva, y, por lo tanto, sancionable¡±, dice. ¡°Se supone que un deportista no tiene por qu¨¦ enviar esos correos¡±.