¡°Nadal es un cero en ego¨ªsmo¡±
El tenista catal¨¢n, n¨²mero 19 del mundo, tiene la herc¨²lea tarea de sustituir al manacorense sobre la hierba de Wimbledon
Al poco de anunciar que no va a los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012, que renuncia a ser al abanderado de Espa?a, que no defender¨¢ su medalla de oro porque no se lo permiten sus rodillas, Rafael Nadal escribe unas breves letras: ¡°Una de las cosas que m¨¢s siento es no jugar contigo. Gracias por todo y a por la hierba en Londres¡±.
Marcel Granollers (Barcelona, 1986) es el hombre que recibe esas palabras, el que tambi¨¦n escucha esa voz rota de tristeza por el tel¨¦fono y el que hereda la herc¨²lea tarea de devorar el c¨¦sped de Wimbledon durante la cita ol¨ªmpica. El tenista, que es el n¨²mero 19 del mundo en la clasificaci¨®n individual, es muchas m¨¢s cosas que el competidor que iba a disputar el dobles con Nadal en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres. Es, por ejemplo, uno que puede decir que vio al mallorqu¨ªn recoger trofeos bailando la conga con sus compa?eros ¡ª ¡°as¨ª en fila todos, agarrados de la cintura, cosas de ni?os¡±¡ª; que recuerda aquellos d¨ªas en los que Nadal se conjuraba para ganar a doblistas japoneses porque en el pa¨ªs nip¨®n mataban delfines; y que presenci¨® su ascenso desde la catacumba de los torneos de formaci¨®n hasta el Olimpo de sus 11 t¨ªtulos grandes, incluido el s¨¦ptimo Roland Garros de r¨¦cord que conquist¨® el n¨²mero tres este verano, superando la marca del sueco Bjorn Borg, el Hombre de Hielo.
¡°Su baja me sabe muy mal¡±, arranca Granollers. ¡°Que haya decidido no ser el abanderado, no competir porque no se encontraba en forma, demuestra mucho: compa?erismo, deportividad... todos los valores que llevaron a que le eligieran para ese puesto¡±, prosigue el catal¨¢n, que se alinear¨¢ con Marc L¨®pez tras la baja de Nadal. ¡°Renunciando ha demostrado que es un cero en ego¨ªsmo. Luego, para m¨ª, la parte mental es lo m¨¢s impresionante que tiene Rafa. En ese sentido, es un superdotado, el mejor en ese apartado con diferencia¡±, asegura Granollers.
¡°A por la hierba en Londres¡±, le escribi¨® el tenista lesionado al renunciar a los Juegos
Enfrentado de nuevo al fantasma de las lesiones, Nadal vuelve a poner a prueba esa fortaleza, a rebuscar en esa personalidad de hierro que llev¨® un d¨ªa a sus amigos a uniformarse con camisetas que reproduc¨ªan una de sus frases favoritas: ¡°Lo que para ti es un infierno, para m¨ª es un para¨ªso¡±, de John Rambo.
Granollers conoce bien esa cabeza. La ha visto funcionar desde el otro lado de la red, como contrario en los partidos. La ha visto en acci¨®n desde el banquillo, anim¨¢ndole como compa?ero de selecci¨®n en la Copa Davis. La ha visto tal y como es, desnuda de cualquier adjetivo y cualquier hip¨¦rbole, cuando han competido juntos, en el dobles, formando una pareja que habr¨ªa sido temible en los Juegos.
¡°Es importante que nos conozcamos de hace tanto tiempo¡±, explica Granollers para detallar el origen de su complicidad, que les llev¨® a ganar juntos la Copa Davis junior. ¡°La buena amistad ayuda a compenetrarse, a ayudarse mutuamente. Intentamos que el ambiente del equipo sea concentrado pero relajado, para que luego fluya el juego sin tensiones¡±, contin¨²a. ¡°Cuando cometemos errores, intentamos quitarles hierro. ¡®?Vaya cagada que he pegado!¡¯, le digo. ?l, lo mismo. Tenemos la confianza de expresar lo que sentimos. ?l es muy de esa filosof¨ªa, capaz de hacer una broma de un fallo¡±.
Todas esas conversaciones se quedan en papel mojado el d¨ªa que Nadal anuncia que necesita 15 d¨ªas m¨¢s de descanso, que con su esfuerzo no ha sido suficiente, que no est¨¢ al nivel y el dolor sigue a¨²n presente en sus rodillas. Londres se queda sin Nadal. Pau Gasol, su amigo, hereda la bandera para el desfile. Granollers pierde a un compa?ero con estrella. ¡°Mucho ¨¢nimo¡±, le desea el catal¨¢n al mallorqu¨ªn. ¡°Es una l¨¢stima. Para ¨¦l era muy importante. Se merec¨ªa ser el abanderado¡±.
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