Susto y triunfo de Federer

?Fue una victoria por 6-3, 5-7 y 6-3, pero debi¨® ser otra cosa, un dulce paseo por la hierba de Londres. El suizo Roger Federer no celebra con grandes aspavientos su victoria en primera ronda ante el colombiano Falla, el mismo que casi le elimin¨® en Wimbledon 2010, porque suya es la culpa de que se haya estirado el duelo, suya es la duda que deja el encuentro, y suya es la ceja levantada de cara al siguiente partido: ah¨ª, una inc¨®gnita, la del franc¨¦s Benneteau, un tenista talentoso que estuvo ocho veces a dos puntos de eliminarle en el ¨²ltimo Wimbledon. Federer es el mejor tenista del mundo. Juega en su mejor superf¨ªcie. Compite con presi¨®n extra: tras conquistar el oro en dobles en 2008, busca su primer oro individual en sus cuartos Juegos. A un paso de los 31 a?os, eso pesa.

La hierba de Londres vuelve a acoger a su campe¨®n, el mismo que levant¨® la Copa en tan sagrado escenario hace menos de un mes, pero lo hace con la cara cambiada. Est¨¢n las vallas moradas que dicen que esto son los Juegos. Est¨¢ el rojo de la camiseta de Federer, que dice que esto no es Wimbledon y que no impera el mandamiento del blanco. Est¨¢n las publicidades por todas partes, otra tradici¨®n rota, y el n¨²mero uno que se fija en un cambio mucho m¨¢s decisivo: se juega al mejor de tres mangas, y no al mejor de cinco, como en los torneos grandes. ¡°Un peligro¡±, que resumi¨® el ganador de 17 grandes.

Esa frontera es infranqueable a la primera para Fernando Verdasco (4-6 y 5-7 ante el uzbeko Istomin), grad¨²a a Nicol¨¢s Almagro, que se rehace pese a perder el saque cuando sirve por el partido (6-4 y 7-6 al serbio Troicki), e inspira, es la magia de los Juegos, a Carla Su¨¢rez, que protagoniza una ¨¦pica remontada: 6-3, 5-7 y 8-10 a la australiana Samantha Stosur, la n¨²mero cinco mundial y vigente campeona del Abierto de Estados Unidos.