¡°El futuro no sabe de ¨¦xitos pasados¡±
El presidente del balonmano espa?ol, Juan de Dios Rom¨¢n, reflexiona sobre las ¡°infinitas dudas¡± de un deporte que enfila el ¡®amateurismo¡¯ pese a los logros de las ¨²ltimas d¨¦cadas
Vitrinas llenas, gradas vac¨ªas es el titular de un reportaje sobre los ¨¦xitos del balonmano espa?ol, que entonces (1996) acaba de ganar una medalla de bronce en los Juegos de Atlanta. Un art¨ªculo en el que directivos instan a ¡°vender el producto, a pesar de la neurosis futbol¨ªstica¡±, en el que se advierte que las medallas ¡°son una excelente tarjeta de visita, pero hay que venderla con habilidad¡±. Una informaci¨®n que data de octubre de aquel a?o ol¨ªmpico y que, seguramente, dentro de dos meses seguir¨¢ siendo igual de actual. Los dos ¨¦xitos ba?ados en bronce, el de entonces, la primera medalla ol¨ªmpica del balonmano, en Atlanta, y el de ahora, la presea de Londres de la selecci¨®n femenina, su m¨¢s grande logro, son las mayores alegr¨ªas, entre decenas, que le ha dado el balonmano a Juan de Dios Rom¨¢n (M¨¦rida, 1942), una desde el banquillo, como seleccionador, otra desde la grada, como presidente de la Federaci¨®n. Una vida dedicada al balonmano que no quiere o¨ªr hablar de pesimismo. Bastante mala es la situaci¨®n ya de por s¨ª. ¡°Agachar la cabeza y mirar hacia atr¨¢s son meses perdidos de trabajo. El futuro no sabe de ¨¦xitos pasados¡±.
Ahora se descubre que hay un gran equipo, pero esto no puede pasar solo cada cuatro a?os¡±
El ¨²ltimo ha sido el cosechado hace poco m¨¢s de una semana, cuando la selecci¨®n femenina se subi¨® al podio en su tercera participaci¨®n en unos Juegos. La repercusi¨®n que han tenido las guerreras ol¨ªmpicas, muchas ya concentradas con sus equipos, la mayor¨ªa extranjeros, es inversamente proporcional a la situaci¨®n del balonmano en Espa?a, deporte ya de por s¨ª de poca hucha, que sin las ayudas de las instituciones ve c¨®mo enfila el camino de vuelta al amateurismo sin freno alguno. Pero no es algo que ocupe, y preocupe, solo al balonmano. ¡°Es un problema del deporte espa?ol en general¡±, recalcaba Juan de Dios antes de la cita ol¨ªmpica e insiste ahora, unos d¨ªas despu¨¦s de regresar de Londres. ?Servir¨¢ entonces de algo la medalla de bronce? ¡°Las dudas son infinitas¡±, responde tajante, a la vez que reflexiona: ¡°Ha pasado una semana y ya se ha dejado de hablar de los Juegos. La estructura, la organizaci¨®n en el deporte espa?ol, est¨¢ sobre un alambre. Sacar rendimiento a este ¨¦xito va a ser casi imposible. Solo cabe esperar que se mantenga el ADO, para que nos d¨¦ un poco de tranquilidad¡±.
El colapso econ¨®mico actual es algo de lo que no se escapa nadie. Pero el hecho de que aquel art¨ªculo de 1996 tenga vigencia denota que tambi¨¦n algo se ha hecho mal. ¡°No se ha sabido acertar con la tecla de lo que ha sido el desarrollo del deporte profesional. En su d¨ªa se debi¨® iniciar un proceso en el que se hubiese dicho: ¡®Si gano x, invierto x m¨¢s y, en promoci¨®n, en desarrollo del producto¡¯. Pero no se hizo¡±, lamenta Juan de Dios, que desde que dejase sus estudios de Filosof¨ªa all¨¢ por los sesenta ha sido profesor, entrenador, seleccionador, comentarista de televisi¨®n, ahora presidente de la Federaci¨®n... Todo ello acompa?ado de la palabra balonmano.
Hay que dignificar los esfuerzos que se han hecho durante tantos a?os, y seguir en esa l¨ªnea"
Lo mismo que las malas noticias perduran con el tiempo, tambi¨¦n lo hacen los ¨¦xitos. ¡°Somos un deporte en el que el afecto, y el trabajo de entrenadores, jugadores, ha mantenido unos ¨¦xitos que no se corresponden con la realidad estructural. Por eso hay que dignificar los esfuerzos que se han hecho durante tantos a?os, y seguir en esa l¨ªnea. El deporte base no tiene por qu¨¦ saber de crisis, eso puede ser medianamente bueno¡±, resalta Juan de Dios, quien destaca que el p¨²blico de balonmano es ¡°fiel y noble¡±. ?Y minoritario? ¡°No, gusta a muchos, pero el problema es que hay otros muchos que no lo descubren, y ah¨ª reside el problema. Para televisar la Liga femenina, por ejemplo, hay que pagar, y no hay dinero. Ahora se ha descubierto que hay un gran equipo, pero esto no puede aparecer solo cada cuatro a?os¡±, lamenta.
Un gran equipo con el que ha sufrido mucho. Llegado el momento, la situaci¨®n fue similar a la que vivi¨® en Atlanta. Entonces, desde el banquillo, pod¨ªa controlar todos los movimientos, ser part¨ªcipe de los ¨¢nimos de los jugadores. Ahora ha vivido una peque?a contradicci¨®n: ¡°A Jorge [Due?as, el seleccionador] solo le dec¨ªa ¡®tranquilo, va todo bien, procura que las chicas est¨¦n calmadas¡¯. Pero la verdad es que todo me transmit¨ªa una sensaci¨®n equ¨ªvoca; al estar en la Villa no ten¨ªa contacto directo, como ocurre en otros campeonatos. Y se sufre, porque siempre est¨¢s pendiente de que tu deporte est¨¦ a la altura, en cuanto imagen y resultados¡±. Por eso ha trabajado m¨¢s de cinco d¨¦cadas. Y lo har¨¢, al menos, unos meses m¨¢s, hasta que concluya el Mundial de 2013, que se celebra en Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.