Respirar antes de sufrir

Era tiempo de parar. De descansar. De saludar a la familia por las c¨¢maras de televisi¨®n, como Nairo Quintana saludando a su gente en Colombia. De mear con toda la calma del mundo en los campos de Segovia. De transitar entre Valladolid y La Lastrilla con el alma de un cicloturista. Ya vale de circular a 50 km/h, debi¨® pensar la muchachada, y los ciclistas se inventaron su particular jornada de descanso. Y el retraso crec¨ªa y crec¨ªa, y creci¨® y creci¨® porque los ciclistas ten¨ªan por cabeza una Bola del Mundo que ocupaba todas las neuronas, todas las inquietudes, todo el nerviosismo. As¨ª que a coger la bici de paseo para ir a coger el pan, el peri¨®dico y la leche.

Valverde se qued¨® sin la victoria pero ara?¨® tres segundos y la bonificaci¨®n

Bueno, antes que nadie madrugaron Gald¨®s y Toribio, del Caja Rural y el Andaluc¨ªa, respectivamente. A los 2 kil¨®metros, se fueron a por el pan y el peri¨®dico, a¨²n calentitos. Si hoy se va a sestear, quiz¨¢s nadie tenga ganas de venir a reprendernos, a dejar la calma calentita del pelot¨®n, las charletas con los colegas, los orines tranquilos, la comida placentera. Y as¨ª fue. Hasta 10 minutos de ventaja acumularon los fugados y so?aron con el cielo azul, antes de que un aguacero, acerc¨¢ndose a Segovia, fuera como una ducha fr¨ªa, como la campanilla que anunciaba la etapa real. A los 10 kil¨®metros se dio la salida real. Los minutos de ventaja se convirtieron en segundos y el pase¨ªllo dio paso a la carrera lanzada.

La etapa era un tr¨¢nsito al principio y un v¨¦rtigo exigente al final, llena de peque?os repechos, curvas, descensos. Un cierto galimat¨ªas, un crucigrama para resolver en una lucha entre velocistas de monta?a y velocistas puros. Ah¨ª se mezclaron todos, ansiosos, lanzados como posesos en la ¨²ltima subida que llevaba a la meta. Era un final previsto para tipos como Valverde, Purito o Gilbert. Pero el gran velocista de la Vuelta es Degenkolb, el muchacho corpulento que busca su quinto toro, es decir, su quinto triunfo. Y estaba otro velocista, Swifft, del Sky.

Una mezcla interesante. Pero la cuesta (Pedro Delgado hab¨ªa dise?ado un segundo repecho antes de la meta que la organizaci¨®n anul¨®) impuso su ley. En finales as¨ª, los pron¨®sticos suelen cumplirse. Y Gilbert era el m¨¢ximo favorito y cumpli¨® su palabra. Fue un sprint hermoso, de esos en los que los ciclistas retuercen el cuerpo y zigzaguean la rueda delantera de su bicicleta pareciendo que de un momento a otro van a partir el pedal en dos. Gilbert atac¨® largo hizo un peque?o hueco y sus rivales quiz¨¢s midieron mal la distancia, quiz¨¢s ten¨ªan las piernas relajadas por el pase¨ªllo.

Valverde fue el que m¨¢s se retorci¨®. Sab¨ªa que pod¨ªa sumar su tercera victoria particular y la cuarta de su equipo. Un premio con el que no contaba. Pero o le falt¨® fuerza o le falt¨® visi¨®n de la jugada. A Gilbert le dio tiempo hasta de levantar los brazos un poco antes de la m¨ªtica raya blanca que pone fin a los sufrimientos y principio a las alegr¨ªas. Pero a Valverde al menos le permiti¨® acercarse a Contador en 17 segundos gracias a la suma de los tres que picaron los jueces en el sprint final, los de la bonificaci¨®n por ser segundo y los de una meta volante. Ahora el murciano se encuentra a 1m 35s de Contador y mantiene 46 segundos de ventaja con Purito Rodr¨ªguez. Menos da una piedra y menos una etapa de descanso antes de la batalla de la Bola del Mundo. Una batalla esperada aunque los ciclistas se muestren reservones en sus comentarios y conservadores en su actitud p¨²blica. Pero el paseo de ayer es como el anuncio de la tormenta, el vientecillo que siempre precede a la lluvia. A Gilbert, le da igual. Dos etapas en la Vuelta es un bot¨ªn con el que no so?aba, tras su mala temporada. Lleg¨® triste y se va m¨¢s feliz que un ni?o bien el d¨ªa de Reyes.

Gilbert sum¨® un bot¨ªn con el que no so?aba. Lleg¨® triste y se va feliz como un ni?o en Reyes

1? etapa: Castroviejo, oreja y rabo

2? etapa: El chupinazo alem¨¢n

3? etapa: El contador se pone en marcha

4? etapa: Un abanico tormentoso

5? etapa: El indomable Degenkolb

6? etapa: Froome le tira el guante a Contador

7? etapa: Degenkolb, coleccionista de v¨ªctimas

8? etapa: Supers¨®nico Valverde

9? etapa: Purito asalta Montju?c

10? etapa: Pensando en el tictac

11? etapa: Una contrarreloj muy electoral

12? etapa: Dos reyes en la cuesta del martirio

13? etapa: Golpe de Estado a la dictadura

14? etapa: Purito, la mosca de Contador

15? etapa: Entre puros y piedras

16? etapa: El misterio de la Cobertoria

17? etapa: Contador, un rom¨¢ntico enloquecido

18? etapa: El viento o la vida