¡°Las lesiones no me dejaron mostrar mi cien por cien¡±
A los 32 a?os, Ferrero, ex n¨²mero uno mundial, cierra una carrera que le vio ganar la primera Copa Davis de Espa?a y Roland Garros
¡°Lo que m¨¢s echar¨¦ de menos ser¨¢ la competici¨®n¡±, se emociona Juan Carlos Ferrero cuando anuncia que en octubre jugar¨¢ en Valencia el ¨²ltimo torneo de una carrera que le vio conquistar la primera Copa Davis del tenis espa?ol (2000), Roland Garros (2003) y el n¨²mero uno mundial. ¡°Con el tiempo me di cuenta de lo importante que fue aquella Davis¡±, contin¨²a el tenista, de 32 a?os, y con esas palabras va echando el tel¨®n a una biograf¨ªa que tiene mucho de rompedora, pionera y casi revolucionaria. Espa?a siempre fue un pa¨ªs de tenistas de tierra. Hoy sus jugadores han celebrado el Abierto de Estados Unidos y el de Australia (ambos ganados por Rafael Nadal), en cemento, se han paseado por sus semifinales con frecuencia (David Ferrer y Fernando Verdasco) y han hecho un h¨¢bito de celebrar un t¨ªtulo que antes fue quimera, la Ensaladera. En medio, dos competidores terminaron con los complejos y abrieron fronteras al alcanzar objetivos que entonces parec¨ªan imposibles: Ferrero, que jug¨® la final del Abierto de Estados Unidos (2003) y Carlos Moy¨¤, que lo hizo en Australia (1997).
Palmar¨¦s
- 2 Copa Davis con Espa?a (2000 y 2004).
- 1 Roland Garros (2003).
- 2 Masters 1000 de Montecarlo (2002 y 2003).
- 1 Masters 1000 de Madrid (2003).
- 1 Masters 1000 de Roma (2001).
- 1 Masters 500 de Valencia (2003).
- 1 Masters 500 de Dubai (2001).
- 1?Masters 250 de Estoril (2001).
- 1 Conde de God¨® (2001).
¡°Las lesiones fueron parte de mi carrera y no me dejaron mostrar mi cien por cien¡±, dijo hoy en una rueda de prensa en Valencia. ¡°Los problemas, con 32 a?os, pesan mucho¡±, le contin¨²a por tel¨¦fono Antonio Mart¨ªnez Cascales, su entrenador de toda la vida, mentor y segundo padre m¨¢s que t¨¦cnico. ¡°Su ambici¨®n, su talento, su supercompetitividad, no admite la derrota, el perder¡±, prosigue. ¡°Las derrotas de este a?o, que en muchos caso fueron l¨®gicas, no le valieron: quiere estar al cien por cien de f¨ªsico y no ha podido ser. Tiene que pensar en su futuro, en su felicidad¡±.
Hace tiempo que el valenciano reneg¨® del apodo de ¡®El Mosquito¡¯. Se reclamaba como hombre, hu¨ªa del ni?o prodigio, que lider¨® la conquista de la primera Copa Davis con 20 a?os. Convertido en propietario del torneo de Valencia junto a David Ferrer y en el due?o de una academia y un hotel de lujo, sus ¨²ltimos a?os en el circuito estuvieron cargados de tensiones enormes: dotado de una calidad natural a la altura de los mejores, consegu¨ªa buenos resultados a la misma velocidad que el cuerpo le enviaba se?ales de despedida. Hubo veces que Ferrero pareci¨® maldito, mirado por un tuerto, el ep¨ªtome de la mala suerte: le dol¨ªan una mu?eca y una rodilla; se recuperaba y cog¨ªa una salmonelosis; descansaba y se lesionaba jugando al v¨®ley playa¡ ¡°Seis o siete enfermedades en un a?o. Una detr¨¢s de otra¡±, dec¨ªa con gesto desesperado. ¡°Lesi¨®n solo ha habido una este a?o, problemas, muchos", dice Cascales. "Todo empez¨® en el Abierto de Australia, con un partido a cinco sets y unos problemas con las zapatillas. A las 23.00, David Ferrer tuvo que ir corriendo al vestuario a buscarle unas suyas. A¨²n as¨ª, acab¨® con las u?as negras y un dedo dormido. Casi sin entrenar, fue a la Copa Davis, gan¨® un partido a cinco sets y se hizo una rotura de fibras. ?Cu¨¢ntos tenistas se retirar¨¢n en el mismo a?o en el que a¨²n les llaman para el equipo nacional?¡±.
Ferrero solo disput¨® 16 partidos en 2012. Martirizado por una mu?eca y una rodilla, los vivi¨® con sabor a despedida (¡°Es de lo poco que me queda por vivir¡±, dijo cuando fue el primero en pisar la central de Wimbledon porque jugaba contra el campe¨®n, Djokovic en primera ronda), pero sin perder nunca la mirada acerada y el deseo de victoria. La mezcla de esa personalidad hipercompetitiva, esa calidad y ese cuerpo dolorido le hicieron sufrir. Su raqueta alcanzaba m¨¢s que sus piernas. En su cabeza sonaba siempre la voz de Cascales: ¡°Volver¨¢s¡±, le dijo en junio; ¡°acompa?ando a otros jugadores, como entrenador, y tendr¨¢s que hacer como yo: sentirte dentro de la pista estando fuera¡±.
A eso se dedicar¨¢ ahora Ferrero, uno de los tres n¨²meros uno que ha dado el tenis espa?ol, con Moy¨¤ y Nadal: a jugar ¡°m¨¢s relajado¡±; a los negocios que ha creado en los alrededores de su pueblo, Villena, lo que le llena de orgullo; a seguir aconsejando a Nicol¨¢s Almagro y a Tita Torr¨®, a la que ya ha acompa?ado a un torneo este a?o (¡°Le gusta de siempre ayudar y aconsejar a los j¨®venes¡±, dice Cascales); a dirigir el torneo de Valencia; y a seguir aplicando desde el banquillo la fiereza, la constancia y la intensidad que hicieron de ¨¦l El Mosquito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.