Bicis, contaminaci¨®n y furor antijapon¨¦s
La segunda Vuelta a Pek¨ªn pone de nuevo a prueba los l¨ªmites del poder de la UCI
Como condenando su car¨¢cter de alianza contra natura, una maldici¨®n, los intentos de negocio en China de la Uni¨®n Ciclista Internacional?(UCI), vestida con su traje de organizadora de carreras, no hacen m¨¢s que tropezar con obst¨¢culos insospechados, generadores de consecuencias inesperadas y represalias. Casi un efecto mariposa o los peligros de la globalizaci¨®n.
Por ejemplo, cuenta La Gazzetta dello Sport que el que el 2 de agosto el equipo de persecuci¨®n femenino de China fuera descalificado tras ganar el oro ol¨ªmpico en el vel¨®dromo de Londres signific¨® que el Gobierno chino anulara la prevista Vuelta de Hangzhou, una carrera de cinco d¨ªas que no solo iba a dar sentido al desplazamiento de los mejores equipos del mundo para disputar la Vuelta a Pek¨ªn, sino tambi¨¦n a generar un negocio de un mill¨®n de euros para la UCI.
Pocas semanas despu¨¦s, el furor antijapon¨¦s desatado en China por la adquisici¨®n de unas islas ignotas tuvo como consecuencia que no solo se prohibiera a sus equipos respectivos que acudieran a la Vuelta a Pek¨ªn con los corredores nipones Arashiro y Beppu, sino que se borr¨® de la lista de equipos participantes al Argos-Shimano, holand¨¦s, cuyo segundo patrocinador es una empresa japonesa.
En la primera etapa, victoria al sprint del italiano Viviani en el estadio ol¨ªmpico de 2008
Pese al perjuicio causado al Argos de Degenkolb, el espr¨ªnter que gan¨® cinco etapas en la Vuelta a Espa?a, pues se le priv¨® de luchar por conseguir puntos, ning¨²n otro equipo ni ninguna autoridad protest¨® por una exclusi¨®n ¡ªun hecho ins¨®lito que en otras condiciones habr¨ªa generado un boicot: ?c¨®mo se puede permitir una competici¨®n internacional oficial en un pa¨ªs que proh¨ªbe participar a otro?¡ª que resume tanto el poder de la UCI sobre el ciclismo como la necesidad de la federaci¨®n de plegarse a los deseos de quien quiera financiarla.
Una vez en Pek¨ªn, adonde los equipos llegaron hace unos d¨ªas para una carrera que se inici¨® ayer (victoria al sprint del italiano Viviani en el estadio ol¨ªmpico de 2008), un nuevo peligro: la contaminaci¨®n consustancial a la megal¨®polis. ?ndices disparados de micropart¨ªculas venenosas, avisos de las autoridades a los ciudadanos para que no salieran de casa y ciclistas europeos, australianos y americanos lanzados al asfalto y tuiteando con fruici¨®n sus experiencias: coches cubiertos de polvo en suspensi¨®n, sol y luna entrevistos borrosamente m¨¢s all¨¢ de la cortina de la contaminaci¨®n.
Pese a ello, la UCI no suspendi¨® la carrera ¡ªcomo tampoco el COI suspendi¨® los Juegos de 2008, iniciados en condiciones casi irrespirables tambi¨¦n¡ª, lo que, sin embargo y por una vez, no condujo al desastre. Ayer al mediod¨ªa, en la plaza de Tiananm¨¦n, cerrada al tr¨¢fico pero abierta a los aficionados y los ciclistas bajo el retrato de Mao para el comienzo de la primera etapa, luc¨ªa un sol espl¨¦ndido sobre un fondo de cielo azul, barrido el polvo por una inesperada brisa del norte: todos pudieron respirar y... en todos los sentidos.
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