El Zaragoza est¨¢ hecho

Respira al fin el Zaragoza sosiego y f¨²tbol, lejos de la zozobra y batahola deportiva que le aprision¨® en los ¨²ltimos cursos, solo solventados a ¨²ltima hora de chiripa. Subida la cremallera en su ¨¢rea, tiene el equipo blanquillo recursos e ingenio en los metros concluyentes, capacidad para desmadejar a los rivales. Bien lo comprendi¨® el Sevilla, tan c¨®modo en el Pizju¨¢n como desconocido esta temporada a domicilio, aunque estupendamente revolucionado por Bab¨¢ cuando sonaba la bocina. As¨ª, Postiga y Sapunaru confirmaron la evoluci¨®n futbol¨ªstica del Zaragoza, un triunfo que subraya la condici¨®n de equipo, algo ignoto en el ¨²ltimo lustro.

El duelo se redujo durante buena parte a una banda. Lacerante y profundo con la sociedad de Navas y Cicinho por la derecha, el Sevilla persigui¨® el ataque por el costado, siempre a la carrera, con la intenci¨®n de pisar la l¨ªnea de fondo para sacar centros a las llegadas pertinaces de Negredo y ocasionales de Rakitic. No se sali¨® airoso el conjunto andaluz, sin atender a la capacidad de desborde de Manu del Moral por el ala opuesta, empecinado en volcarse por ese flanco. Justo la parcela que m¨¢s protegi¨® y utiliz¨® el Zaragoza, inclinado hacia la izquierda, proponiendo un duelo en espacios reducidos. Las ayudas del astuto V¨ªctor Rodr¨ªguez, las incorporaciones por sorpresa de Monta?¨¦s y las dobladas de Abraham se reprodujeron con persistencia, todo un quebradero de cabeza para Cicinho, que debi¨® preocuparse del retrovisor y no pudo atornillarse en campo ajeno como gusta.

Con un lateral tan abotargado, los mediocentros de ambos equipos pretendieron dar aire a su equipo con cambios de orientaci¨®n. Pero su participaci¨®n en el juego era reducida y sus pies, quiz¨¢ fr¨ªos o torcidos, expresaron por qu¨¦ desde alevines los t¨¦cnicos siempre insisten que en defensa no se dan pases horizontales para sacar la pelota. Primero fue Movilla el que trat¨® de oxigenar el f¨²tbol del Zaragoza con una circulaci¨®n desastrosa, con un regalo a Negredo, que recogi¨® el esf¨¦rico en el balc¨®n del ¨¢rea y que solt¨® un latigazo con la zurda que le hizo cosquillas al poste. Pero por fuera. Luego fue Medel el que pretendi¨® ventear al Sevilla, aunque el cuero, impreciso, fue a la testa de Zuculini y de ah¨ª, a los pies de H¨¦lder Postiga, que se marc¨® un baile precioso. Control¨® el cuero con un autopase ante la embestida de Bot¨ªa para descontarlo y luego enga?¨® a Palop con una bicicleta para salir al lado contrario del que insinu¨®. Remate a puerta vac¨ªa, gol.

V¨ªctor Rodr¨ªguez es un espect¨¢culo; absorbe el cuero para dar sentido al f¨²tbol, tiene recorte, pase y disparo, un poco de todo, que es mucho

Ha logrado el Zaragoza formar al fin un equipo, al menos para no mirar hacia atr¨¢s como en los ¨²ltimos ejercicios. Y lo ha hecho con futbolistas an¨®nimos, tan noveles en la categor¨ªa como hambrientos y talentosos, como lo son Monta?¨¦s, Jose Mari y sobre todo V¨ªctor Rodr¨ªguez, que es un espect¨¢culo, que absorbe el cuero para dar sentido al f¨²tbol, que tiene recorte, pase y disparo, un poco de todo, que es mucho. Prob¨® fortuna V¨ªctor con un disparo lejano y lo mismo hicieron Monta?¨¦s y Apo?o, atajados todos por Palop. No se repon¨ªa el Sevilla, contra¨ªdo en la zona de creaci¨®n, sin r¨¦plica, sin ideas, sin nada m¨¢s all¨¢ de problemas, como ese penalti ingenuo y no se?alado de Fernando Navarro a Zuculini. Nada nebuloso para el Zaragoza, que encontr¨® a bal¨®n parado el mejor de los premios, un remate de Sapunaru a la red.

Descompuesto el Sevilla, M¨ªchel azuz¨® la banda izquierda con la entrada de Perotti. El intervencionismo y lectura del t¨¦cnico bast¨® para abrir el encuentro y encajonar al Zaragoza, s¨ªntoma de que el equipo todav¨ªa debe madurar. Pero fue Bab¨¢, un rematador nato, el que agit¨® el duelo, sobre todo porque provoc¨® desajustes con sus arrastres. Un testarazo suyo salud¨® al poste y otro asust¨® a Roberto, tanto que no vio el rechazo de Medel, al fondo de las mallas. Pero no perdi¨® la intensidad el Zaragoza, atento a los posibles desarreglos, solvente en las encrucijadas. Menos en esa galopada de Bab¨¢, que se plant¨® ante Roberto con las fuerzas justas, interrumpido en su remate. Y se acab¨® lo que se daba. Lleg¨® tarde y mal el Sevilla a un partido que resolvi¨® el Zaragoza con juego al principio y con oficio despu¨¦s.