El¨¦ctrico y guerrillero Atl¨¦tico

Hay partidos que piden primero m¨²sculo y despu¨¦s pelota. Futbolistas dispuestos a soportar el choque, la reducci¨®n de espacios, la intensidad brutal de dos equipos que saben que de esa batalla de la colocaci¨®n y el otro f¨²tbol hay uno que cae por demolici¨®n. Gan¨® el Atl¨¦tico, apison¨® al Sevilla, porque antes de nada se erigi¨® en vencedor de ese juego que empezaron liderando Arda y Falcao. El turco tuvo un efecto contagioso sobre el resto de sus compa?eros, que vieron c¨®mo fue el primero en arrastrar el trasero por la hierba para recuperar un par de pelotas. El 10, el virtuoso, con el mono de trabajo y ensuci¨¢ndolo. No era una pose, era el cumplimiento a rajatabla del primer mandamiento de Simeone: recuperaci¨®n tras perdida. El segundo en erigirse en el rey de esa medici¨®n de fuerza f¨ªsica fue Falcao. Entr¨® en ese partido para gobernarlo. Interpret¨® el papel de nueve duro. Indesmayable a los saltos, a las rodillas del central en las costillas, a moverse y a girarse. Hubo en todo lo que hizo Falcao ese aroma a las viejas cuentas entre delanteros y centrales. No hay nada que desconcierte m¨¢s a un central que salir perdedor de esas guerras por la imposici¨®n. Acostumbrados a ganarlas, Fazio y Spahic salieron derrotados. Abrumados por un nueverocoso, que aguant¨® todo fuera del ¨¢rea y cuando pudo golpe¨® con fuerza dentro. Como en ese control en la frontal con el pecho, el giro y la provocaci¨®n de un doble penalti, primero a ¨¦l, no se?alado, y a continuaci¨®n sobre Koke, ya s¨ª admitido, que supuso la expulsi¨®n de Fazio.

Ejecut¨® el penalti acorde con toda esa energ¨ªa que desprend¨ªa el partido. Revent¨® la pelota por el medio, incontestable y contundente. No hab¨ªa existido apenas el Sevilla hasta el desenlace que acab¨® por derribarle. No se hab¨ªa visto nada de Navas ni de Cicinho y casi nada de Reyes. No se levant¨® ya el equipo de M¨ªchel. Se quedaron sus futbolistas noqueados, conscientes de que el golpe del gol y la expulsi¨®n hab¨ªa sido definitivo.

No se detuvo ya el Atl¨¦tico en contemplaciones. Se puso el¨¦ctrico, enchufado a todas las virtudes que su entrenador pretende. Segu¨ªa recuperando la pelota, pero tambi¨¦n manej¨¢ndola a pocos toques y asoci¨¢ndose para hacer da?o. Apareci¨® el mejor Diego Costa, socio de Falcao en la tarea de moverse, de pegarse y de salir ganador de los balones largos. Y tambi¨¦n aparecieron las mezclas que demandaba Simeone en la previa. Combinaciones r¨¢pidas por las bandas, donde por primera vez en un mes no se vio a Filipe Luis y a Juanfran como aventureros solitarios. Tuvieron ambos laterales hasta tres y cuatro opciones de pase. Se les arrimaron Falcao, Diego Costa, Arda y Koke, a veces todos, a veces un par de ellos. Suficiente para deslavazar al Sevilla, que fue cazado por segunda vez cuando Falcao control¨® un bal¨®n largo en la media, se gir¨® y encauz¨® la contra para Arda, cuyo centro que parec¨ªa tener buen destino fue desviado en propia puerta por Spahic.

Todo lo que hizo el colombiano tuvo ese aroma a viejas cuentas entre puntas y centrales

Con el Calder¨®n entregado, en una de esas noches que se ponen a la altura de su historia, fue Koke el que termin¨® de fundir al Sevilla. La jugada naci¨® de una pelota peleada por Diego Costa, que mezcl¨® ese esp¨ªritu guerrillero que enfervoriza al Calder¨®n ¡ªle despidi¨® en pie¡ª con algunas acciones t¨¦cnicas de primera como el pase al segundo palo que Koke enganch¨® a la carrera, en uno de esos remates que tronan en un entrenamiento con la esperanza de que salga en un partido y as¨ª fue. Golpe¨® con fiereza la pelota llegando desde atr¨¢s, elevando esa virtud que tanto ha trabajado Simeone: la llegada desde la segunda l¨ªnea. El 3-0 al borde del descanso finiquit¨® el partido, si es que ya no lo estaba.

El turco, el virtuoso, se puso y ensuci¨® el mono de trabajo como exige el t¨¦cnico argentino

Sigui¨® en sus trece de la desconexi¨®n el Sevilla, como expres¨® Rakitic, tambi¨¦n expulsado y dejando al equipo con nueve a falta de diez minutos. Y sigui¨® el Atl¨¦tico empujando en la segunda mitad, pero ya con un par de revoluciones menos ¡ªpor m¨¢s que Miranda hiciera el cuarto a ultima hora¡ª, quiz¨¢ pensando en el derbi frente al Real Madrid de la pr¨®xima semana al que llega con ocho puntos de ventaja, toda una extra?eza en los ¨²ltimos a?os, pero sobre todo llega como un equipo duro de pelar. Muy convencido de que sabe a qu¨¦ juega y de que si ejecuta su plan es complicado batirle l¨ªnea por l¨ªnea. De que si al Bernab¨¦u sale ese Atl¨¦tico el¨¦ctrico, guerrillero y contundente, se ha ganado el derecho a so?ar en grande.