Un Ferrari trot¨®n y un ¡®b¨²falo¡¯ imparable
Alonso pag¨® el estancamiento en el desarrollo de su coche mientras Red Bull afil¨® su b¨®lido en la segunda parte del Mundial
Fernando Alonso y Sebastian Vettel son tan distintos como lo son los caminos que han dibujado esta temporada Ferrari y Red Bull en la evoluci¨®n de sus coches. En el caso del espa?ol, su monoplaza se plant¨® en Australia a un mundo de distancia de los m¨¢s r¨¢pidos, alrededor de dos segundos por detr¨¢s de los McLaren, y ese paup¨¦rrimo rendimiento se mantuvo m¨¢s o menos invariable hasta Montmel¨®, la primera cita europea (13 de mayo), donde la tropa de la Scuderia le inyect¨® revitalizante al F2012 y le hizo ganar m¨²sculo hasta situarle entre los m¨¢s r¨¢pidos. A partir de entonces, las luces se apagaron en Maranello y la inercia que llevaba el desarrollo del prototipo rojo dio un frenazo que le dej¨® clavado mientras los dem¨¢s aceleraban. En contrapunto, si ha habido un constructor que ha sabido afilar su espada a lo largo de la temporada ha sido Red Bull.
La robustez de la apuesta de il cavallino rampante no ha sido tan decisiva como su perezoso ritmo a una vuelta, una combinaci¨®n diametralmente opuesta a la del proyecto de su rival, que convirti¨® su aparato en una flecha y poco le import¨® que aquello pusiera en riesgo su fiabilidad. ¡°No podemos batallar por ganar campeonatos con un coche tan lento como este. Podemos hacerlo con uno que lo sea un poco menos que los dem¨¢s, pero no tanto¡±, consideraba Alonso el domingo. ¡°En 2013 volveremos a intentarlo, y esperemos haber aprendido de nuestros errores¡±, certific¨® Pat Fry, director t¨¦cnico de Ferrari.
A la tropa de Adrian Newey, director t¨¦cnico de la estructura energ¨¦tica, le cost¨® media temporada dar con la f¨®rmula que equilibrara el RB8, pero desde que lo consigui¨®, a partir de Singapur (23 de septiembre), volvi¨® a dominar con una tiran¨ªa que lleg¨® a parecerse a la del a?o pasado. Resulta especialmente significativo que Red Bull incorporara sobre la marcha el Doble DRS (aler¨®n trasero m¨®vil), un dispositivo clave con vistas a las sesiones cronometradas, a la vez que Ferrari lo descart¨® en todo momento al no encontrar c¨®mo hacerlo trabajar.
Los n¨²meros no fallan y menos si son tan claros como los de este 2012. En la primera mitad del curso, Vettel solo logr¨® una victoria (Bahr¨¦in) y tres podios por los seis de Alonso, que gan¨® en Malasia, Valencia y Alemania a pesar de la escasa chicha de su Ferrari. En la segunda, sin embargo, el alem¨¢n ha vuelto a su versi¨®n m¨¢s ca?era, esa que le permiti¨® arrasar en 2011 (11 triunfos y 15 poles para ¨¦l), y acumula siete podios en nueve citas, adem¨¢s de cuatro victorias de carrerilla y una remontada de 20 posiciones, en Abu Dabi, donde arranc¨® el pen¨²ltimo y desde el carril de los garajes, y concluy¨® el tercero. En este mismo periodo (desde Hungr¨ªa), Alonso no se ha impuesto en ninguna pista pero ha logrado siete podios de diez posibles, un bagaje muy positivo si atendemos que en B¨¦lgica y Jap¨®n no pas¨® de la primera curva. El talento del chico de Heppenheim es tan incuestionable como la superioridad de su coche respecto al Ferrari del ovetense. Pero adem¨¢s, entre el programa de evoluci¨®n llevado a cabo por los dos equipos que se han jugado el t¨ªtulo de pilotos hasta el final hay otra diferencia de lo m¨¢s llamativa.
En las primeras paradas del calendario, Mark Webber, vecino de taller de Vettel, se sinti¨® desde el primer momento mucho m¨¢s a gusto que el germano cada vez que salt¨® dentro del RB8, circunstancia que puede explicarse por la mayor experiencia del australiano. A Newey le hicieron falta entre seis y ocho carreras para ensamblar un aparato al gusto de Baby Schumi, pero finalmente dio con la tecla sin que a nadie le importara que aquella decisi¨®n pudiera repercutir de alguna forma en Webber; algo que, por otro lado, no sorprende a nadie. ¡°Mark es menos sensible que Sebastian a los cambios que se le aplican al coche, ¨¦l solo necesita cuatro ruedas¡±, lleg¨® a afirmar Helmut Marko, principal asesor deportivo de Dietrich Mateschitz, el propietario del imperio austr¨ªaco. Si el corredor de Queanbeyan fue por delante de su compa?ero en muchos episodios del a?o, eso se acab¨® a partir de Singapur, cuando los t¨¦cnicos de Milton Keynes encontraron las hechuras adecuadas seg¨²n las caracter¨ªsticas de su estrella m¨¢s preciada, ese que ayer se erigi¨® como el tricampe¨®n m¨¢s joven de todos los tiempos.
En Ferrari ha ocurrido todo lo contrario. Mientras Alonso fue capaz de mantener a flote un monoplaza lleno de costurones e incluso comandar la clasificaci¨®n con un coj¨ªn de 40 puntos al salir de Hungr¨ªa (29 de julio), Massa las pasaba canutas para meterse en la ¨²ltima tanda de las cronometradas (Q3). Hasta que volvi¨® al podio en Suzuka dos a?os despu¨¦s de la ¨²ltima vez, ya en octubre, el brasile?o hab¨ªa completado su peor curso desde que debut¨® vestido de rojo en 2006. A partir de ese momento, Massa se vino arriba y hasta ha habido momentos, como en Austin o Interlagos, en que lleg¨® a sentirse m¨¢s flamenco que el asturiano.
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