¡°Nos sacaron dos rev¨®lveres¡±
Los argentinos del Tigre denuncian agresiones en el vestuario y no acaban la final Sudamericana ante el S?o Paulo
El Tigre es un municipio de las afueras de Buenos Aires de apenas 30.000 habitantes. Su equipo se hab¨ªa metido por primera vez en un trofeo continental y ten¨ªa el sue?o de ganar la Copa Sudamericana a doble partido contra el S?o Paulo, brasile?o, con dos Intercontinentales y un Mundial de Clubes. En el primer partido, disputado la semana pasada en La Bombonera, empataron a cero, aunque el S?o Paulo fue muy superior. Y en el partido de ayer, los brasile?os llegaron al descanso ganando por dos a cero. Ah¨ª es cuando termina la cr¨®nica deportiva y comienza la de sucesos.
Los jugadores del Tigre denunciaron agresiones por parte de los servicios de seguridad del S?o Paulo y se negaron a salir al campo en el segundo tiempo. El vestuario del visitante qued¨® manchado de sangre. ¡°Nos hicieron una emboscada en el vestuario y nos pegaron por todos lados¡±, declar¨® el entrenador del Tigre, N¨¦stor Pipo Gorosito. ¡°A Dami¨¢n Albil le pusieron un rev¨®lver en el pecho. Fue una locura. Nos pegaron con palos y hay varios jugadores ensangrentados, como Gast¨®n D¨ªaz, Rub¨¦n Botta, Dami¨¢n Albil y Mat¨ªas Escobar¡±, aunque ¡°ninguno de gravedad¡±. Y remat¨®: ¡°Nos sacaron dos rev¨®lveres. Encima son cagones, porque mano a mano no se atreven. No se juega m¨¢s¡±.
La versi¨®n de un directivo del S?o Paulo, Jos¨¦ Francisco Mansur, sin embargo, era opuesta. ¡°Ellos rompieron el vestuario de los visitantes, agarraron pedazos de palos y muebles e intentaron invadir el vestuario de nuestros jugadores. Los custodios trataron de impedirlo¡±. El entrenador del S?o Paulo, Ney Franco, dijo que todo lo armaron los jugadores del Tigre. ¡°No tienen l¨ªmites ni educaci¨®n. Fuimos merecedores de la Copa¡±. Y el presidente del club brasile?o, Juvenal Juvencio, afirm¨® que si los jugadores del Tigre no salieron solo fue por miedo a una goleada. ¡°Ellos ya estaban con la lengua afuera. (¡) Y en el segundo tiempo, iban a sufrir una goleada. Y resolvieron irse. Festejamos doblemente: la fuga de los argentinos es nuestra mayor victoria¡±, indic¨®.
El ¨¢rbitro chileno Enrique Oss¨¦s aleg¨® que no vio nada. ¡°Escuchamos ruidos y vimos algunas lesiones en los jugadores, pero no sabemos qui¨¦n se las provoc¨®¡±. Y el vicepresidente de la Confederaci¨®n Sudamericana de F¨²tbol, Eugenio Figueredo, tampoco vio nada: ¡°Tratamos de convencer a Tigre, pero no quisieron seguir. No vimos qu¨¦ pas¨®. No se puede hablar de sanciones ni nada hasta tener los informes¡±.
Mientras en S?o Paulo la final quedaba marcada por la violencia, en Buenos Aires tambi¨¦n se vivieron momentos cr¨ªticos asociados al f¨²tbol. Era el d¨ªa de los hinchas del Boca Juniors y unos 50.000 seguidores salieron a celebrar su d¨ªa en la c¨¦ntrica avenida 9 de Julio. Pero la fiesta degener¨® en el destrozo de varios comercios, agresiones a la polic¨ªa, m¨¢s de 30 detenidos... Al d¨ªa siguiente, Enrique Capdevila, jefe de la Polic¨ªa Federal, present¨® su dimisi¨®n y se acept¨®. Los directivos del Boca emitieron un comunicado donde precisaban que no tuvieron nada que ver con la organizaci¨®n de la fiesta.
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