El Bal¨®n de Carb¨®n
¡°Agresi¨®n es lo m¨ªo. La guerra. No se compite en un partido con un estado de ¨¢nimo razonable¡±.
Roy Keane, excapit¨¢n del Manchester United
Pese a los valientes esfuerzos de la prensa deportiva de inyectarle suspense al tema, el resultado de la contienda por el Bal¨®n de Oro, anunciado ma?ana en Z¨²rich, es tan previsible como el desenlace de una pel¨ªcula de James Bond. El nombre del ganador ser¨¢ Messi, Lionel Messi. Entonces, ya que hoy es Reyes y queremos emoci¨®n, busqu¨¦mosla por otro lado. Propongamos otro premio, el Bal¨®n de Carb¨®n. No al peor jugador (eso para otro d¨ªa), sino al jugador m¨¢s odioso.
Espa?a brilla hoy en la cima del f¨²tbol mundial pero lamentablemente en este terreno no pinta mucho. (Ojo, estamos hablando de jugadores, no de entrenadores). Donde hay que buscar es en Inglaterra, tan lejos en la disputa por el Bal¨®n de Oro pero tan competitivo en la del Carb¨®n.
Algunos nombres vienen inmediatamente a la mente: Craig Bellamy, Ashley Cole, Rio Ferdinand, Joey Barton, El Hadji Diouf. Todos han exhibido a lo largo de sus carreras comportamiento inusualmente borde. Desde escupir a los rivales en el campo a amenazar a un compa?ero de equipo con un palo de golf, a disparar y herir con un rifle de aire comprimido a un estudiante, a dar una paliza tan salvaje a un desconocido durante una noche de copas que le cayeron 77 d¨ªas de c¨¢rcel. Este ¨²ltimo caso fue el de Barton, del QPR, hoy cedido al Marsella. Barton ocupa una categor¨ªa especial, desde luego, pero lo que une a los aqu¨ª nombrados es una espectacular ausencia de humildad y una noci¨®n internalizada de que la fama y el dinero les coloca fuera de las reglas m¨¢s elementales de decencia y convivencia social.
Sin embargo, ninguno de ellos puede competir en cuanto a trayectoria con Mario Balotelli y John Terry. Balotelli, del Manchester City, tuvo que ser apartado por sus compa?eros esta semana cuando estuvo a punto de darle un pu?etazo a su entrenador, Roberto Mancini. La lista de sus locuras ya es leyenda. El d¨ªa en que provoc¨® un incendio en su casa con fuegos artificiales y tuvieron que venir los bomberos a apagarlo; su visita no anunciada a una prisi¨®n de mujeres en Italia; su supuesta alergia a la hierba, por la cual pidi¨® ser sustituido durante un partido de competici¨®n europea; la vez que lanz¨® dardos desde una venta a jugadores del equipo juvenil. Pero, para ser justos con el italiano, sus fechor¨ªas lo mismo pueden provocar indignaci¨®n que risa. Ser¨¢ detestable para algunos, pero para otros es meramente un payaso. Y por eso, igual que Cristiano Ronaldo no puede seriamente competir con Messi por el Bal¨®n de Oro, Balotelli no es un digno rival de Terry para el de Carb¨®n. No hay nada redimible en el excapit¨¢n de la selecci¨®n inglesa y actual capit¨¢n del Chelsea.
Balotelli tiene una larga lista de locuras, pero el campe¨®n de la groser¨ªa es Terry
?Por d¨®nde empezar? Quiz¨¢ con un incidente en un hotel cerca del aeropuerto de Heathrow el d¨ªa despu¨¦s de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos. Mientras viajeros estadounidense ve¨ªan im¨¢genes de los atentados en la televisi¨®n del bar del hotel y lloraban, Terry y otros tres jugadores del Chelsea, semidesnudos y borrachos, se mofaban de ellos. El gerente del hotel describi¨® su comportamiento como ¡°absolutamente repelente¡±. Terry recibi¨® una multa de su club pero no aprendi¨® ninguna lecci¨®n. Borracho en serie, se le conoce por la costumbre de alegremente hacer pis en lugares p¨²blicos, como por ejemplo la vez que lo hizo en un vaso que despu¨¦s tir¨® al suelo de un club nocturno.
En otro orden de cosas, un peri¨®dico lo pill¨® cobrando 10.000 libras (12.000 euros) por un tour personalizado del estadio del Chelsea y hubo el famoso incidente cuando aparc¨® su Bentley en una plaza para minusv¨¢lidos mientras disfrutaba de una comida de dos horas con su mujer y sus ni?os. Hubo el caso de la relaci¨®n sexual que tuvo con la madre del hijo de un amigo y compa?ero de equipo y este a?o la Football Association lo suspendi¨® por dirigir un insulto racista a un rival negro.
Mire por donde uno mire, Terry es el campe¨®n de la groser¨ªa y, como tal, incuestionable merecedor del Bal¨®n de Carb¨®n. Hay que reconocerlo: el f¨²tbol espa?ol no siempre est¨¢ a la altura.
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