La candidatura improvisada de Madrid 72
El CSD edita el informe con el que la capital espa?ola intent¨®, sin muchas ganas, convertirse en ciudad ol¨ªmpica hace 40 a?os
Todo el mundo sabe que Barcelona 92 fueron los primeros, y hasta ahora ¨²nicos, Juegos Ol¨ªmpicos celebrados en Espa?a. Y tambi¨¦n que la ciudad de Madrid ha intentado las tres ¨²ltimas ocasiones albergar el mayor evento deportivo del mundo: en las ediciones de 2012 y 2016, fracas¨®. Para la de 2020, a¨²n sigue en la pelea, junto a Estambul y Tokio: el dossier de la candidatura se entrega ma?ana lunes en Lausana.
Muy pocos saben, sin embargo, que Madrid ya intent¨® organizar los Juegos de 1972. En 1965, Espa?a estaba muy lejos de las potencias ol¨ªmpicas. El a?o anterior el equipo se hab¨ªa vuelto sin una sola medalla de los Juegos de Tokio y probablemente el ciudadano de turno tuviera mucho m¨¢s presente el gol de cabeza de Marcelino que ese mismo a?o dio la primera Eurocopa a Espa?a que las andanzas de los esforzados atletas, nadadores y gimnastas del momento. Pero esas Navidades, Carlos Arias Navarro, el alcalde de Madrid, firm¨® la carta con la que la ciudad se convert¨ªa oficialmente en candidata para organizar los Juegos de 1972. Casi 50 a?os despu¨¦s, un empleado del Consejo Superior de Deportes se ha topado con el informe de esa candidatura olvidada y el organismo ha decidido darle forma de libro.
No se present¨® ni una sola cifra sobre el coste econ¨®mico del proyecto
En este volumen, editado hace unas semanas, se refleja que para presentarle al Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) las bondades de la candidatura madrile?a se recurri¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n, pol¨ªtico y escritor af¨ªn al r¨¦gimen franquista, y a un buen n¨²mero de fotograf¨ªas para retratar la ciudad: una apacible tarde de barcas en el estanque de El Retiro, la Gran V¨ªa salpicada de neones o unos bloques de viviendas ¡°del nuevo Madrid¡± serv¨ªan de reclamo tur¨ªstico de una ciudad con mucha historia que se esforzaba por parecer moderna.
El cuestionario al que las candidaturas se enfrentaban para conseguir los Juegos, que acabar¨ªan recalando en M¨²nich, era mucho menos exhaustivo que ahora y se limitaba a 14 preguntas que, al menos en el caso de la madrile?a, se contestaron de forma gen¨¦rica, sin mucha concreci¨®n. M¨¢s all¨¢ de las fechas ¡ªse propon¨ªa que los Juegos se celebraran del 27 de agosto al 10 de septiembre, para evitar el calor¡ª y de los deportes ¡ªlos 21 aprobados por el COI m¨¢s la pelota vasca¡ª, se optaba por la vaguedad: ¡°Existen en Madrid numerosas instalaciones deportivas, tanto para la competici¨®n como para el entrenamiento, todas ellas de modern¨ªsima construcci¨®n¡±, dec¨ªa la candidatura, que enumeraba hasta 19 de estas infraestructuras: del complejo de la Ciudad Universitaria al Club N¨¢utico, pasando por el Estadio de Chamart¨ªn (con capacidad para 100.000 espectadores), el de Manzanares (80.000), el Gimnasio Moscard¨® y hasta la Plaza de Toros de Las Ventas.
Lo que no aparec¨ªa era ni una sola cifra sobre el coste econ¨®mico del proyecto, que solo aseguraba que los Juegos ser¨ªan ¡°subvencionados¡± por el Gobierno, la Delegaci¨®n Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica y Deportes, el Ayuntamiento y ¡°la iniciativa privada¡±.
¡°En aquella ¨¦poca el COI no exig¨ªa tanta informaci¨®n sobre las candidatas como ahora¡±, explica Fernando Arrechea, miembro de la Asociaci¨®n Internacional de Historiadores Ol¨ªmpicos, que ya analiz¨® en 2007 las dificultades a las que se enfrent¨® esta candidatura espa?ola. ¡°Las inversiones m¨¢s caras habr¨ªan sido la Villa Ol¨ªmpica y el Estadio, para 100.000 espectadores. Tambi¨¦n se hablaba de construir un pabell¨®n, piscinas, un vel¨®dromo, pol¨ªgonos de tiro¡ Y en el plano presentado aparec¨ªa una especie de M-40¡±. Ese plano dibujaba la futura Villa Ol¨ªmpica, que en realidad ser¨ªan dos y albergar¨ªan hasta a 15.000 deportistas y t¨¦cnicos, al Norte de la ciudad, cerca del pueblo de Fuencarral; la mayor¨ªa de las instalaciones quedaban junto a la Ciudad Universitaria. ?Y la plaza de toros? ¡°Es un misterio saber qu¨¦ deporte iba a albergar¡±, reconoce el mismo estudioso.
Dice Arrechea que la candidatura se improvis¨® en pocas semanas, pero que su fracaso fue m¨¢s pol¨ªtico que t¨¦cnico y apunta a la divisi¨®n del Gobierno sobre el proyecto, que se ejemplific¨® cuando Arias Navarro decidi¨® no viajar a Roma para la votaci¨®n. Se acab¨® el sue?o ol¨ªmpico. Hasta Barcelona 92. ¡°Se hicieron las cosas tan mal¡±, a?ade, ¡°que no quedaron ganas de repetir, a nadie se le ocurri¨® presentar candidaturas para 1976 o 1980. Todo qued¨® olvidado hasta que lleg¨® Samaranch¡±. Ahora, Madrid lo intenta de nuevo.
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