Pat Ewing, tan cerca y tan lejos

Un concurso de mates en la Liga Universitaria (NCAA), elegido en el puesto 43 del draft de 2008 por Sacramento Kings, siete partidos en la NBA con Nueva Orleans en 2011, un peregrinaje de cuatro a?os en la Liga de Desarrollo con equipos de ciudades como Reno, Iowa o Sioux Falls, y una reciente aventura en el baloncesto europeo con el Telekom Bonn, alem¨¢n, formar¨ªa uno m¨¢s de los cientos de curr¨ªculos de jugadores estadounidenses que se pasan media vida pugnando por triunfar en la plantilla de alg¨²n equipo de la NBA. Pero su caso es especial. Acaba de fichar por el Blancos de Rueda Valladolid y se llama Pat Ewing, como su padre, el que fuera legendario jugador de los Knicks y dejara una enorme huella en el planeta al que cada vez parece m¨¢s dif¨ªcil que llegue su v¨¢stago.

Talento y condiciones al margen, tampoco f¨ªsicamente tiene mucho que ver Pat Ewing hijo con su mastod¨®ntico padre. Nacido en Kingston, Jamaica, Ewing padre mide 2,13 metros y cuando jugaba pesaba 116 kilos. N¨²mero uno del draft de 1985, jug¨® 15 de los 17 a?os que estuvo en la NBA en los Knicks antes de hacerlo una temporada en Seattle y, la ¨²ltima, en 2002, con 39 a?os, en Orlando. Fue rookie del a?o en 1986 y 11 veces All Star, la figura indiscutible de los Knicks donde todav¨ªa sigue siendo el m¨¢ximo anotador y reboteador de la franquicia; entr¨® en el pante¨®n de los elegidos, el Sal¨®n de la Fama, y gan¨® dos medallas de oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1984 y de 1992. La ¨²nica espina clavada es que no consigui¨® ganar el anillo de campe¨®n y perdi¨® las dos finales que jug¨®: en 1994, ante Houston, y en 1999, contra San Antonio.

Patrick Ewing hijo naci¨® en Boston tras un embarazo no deseado por su padre, que cedi¨® una cantidad de dinero para que ¨¦l y su madre, Sharon Stanford, salieran adelante. Apodado Trixie, el ya nuevo jugador del Blancos de Rueda Valladolid es un alero de 2,03 metros y 28 a?os. En Bonn fue cortado por problemas de adaptaci¨®n, tras haber promediado 21 minutos, 11,5 puntos, con un 43% de acierto en el tiro, 6,1 rebotes y 1,8 asistencias. El Valladolid lo ha fichado para suplir la ausencia del alero Ian O¡¯Leary, baja por una fractura del quinto metacarpiano de la mano derecha y, seg¨²n afirm¨® el director deportivo, Eduardo Pascual, para dar descanso a Nacho Mart¨ªn, el m¨¢ximo anotador del equipo vallisoletano, 14? en la tabla con seis victorias y 10 derrotas.

¡°No soy una estrella en nada, pero puedo hacer muchas cosas bien, aunque tendr¨¦ que hablar con el entrenador [Roberto Gonz¨¢lez] para ver lo que quiere de m¨ª y salir a la pista a hacerlo lo mejor posible¡±, afirma Pat Ewing. Preguntado por la influencia de su apellido, afirm¨®: ¡°Nunca me he sentido presionado por ser hijo de quien soy, ya que siempre he trabajado duro para llevar mi propio camino y hacerme un hueco en el mundo del baloncesto. Todo lo que he conseguido ha sido con mi trabajo¡±.

¡°Nunca me he sentido presionado por ser hijo de quien soy, siempre he trabajado duro¡±

El hijo de Ewing no es el ¨²nico apellido ilustre en el equipo pucelano. En el Valladolid B de f¨²tbol juega Andrea Mancini, hijo del exfutbolista y entrenador del Manchester City Roberto Mancini. A lo largo de la historia del club jugaron en ¨¦l los hijos de Wayne Brabender, Clifford Luyk, Pepe Laso ¡ªPablo, actual t¨¦cnico del Madrid¡ª, y de dos jugadores hist¨®ricos como Mart¨ªn de Francisco y Fernando Garc¨ªa, as¨ª como el hijo del exfutbolista Pepe Mor¨¦.