Un cruyffista en casa de Beckenbauer
Guardiola, heredero del ideario del holand¨¦s, aterriza en el club de su mayor rival en la dec¨¢da de los setenta
La mayor¨ªa de decisiones que ha tomado Guardiola en su carrera han provocado controversia y una doble lectura. Tiene quien le adula sin condiciones y tambi¨¦n difamadores que se manifiestan con m¨¢s o menos disimulo en funci¨®n de los resultados y, a veces, del trato personal que les ha dispensado. Ocurre con los periodistas y con los aficionados desde su ¨¦poca de jugador. Algunos le consideran patrimonio barcelonista y como tal le exigen que act¨²e en funci¨®n de los intereses del club, sin que se sepa muy bien cu¨¢les son, y tambi¨¦n se cuentan quienes le tienen por un gur¨² que se gan¨® el derecho a decidir sobre todo, y mucho m¨¢s sobre su vida.
La discusi¨®n ahora mismo est¨¢ en si su elecci¨®n en favor del Bayern M¨²nich, m¨¢s all¨¢ del d¨ªa ¡ªmalo porque jugaba el Bar?a contra el M¨¢laga¡ª y del desmentido previo a un periodista alem¨¢n en la ceremonia del Bal¨®n de Oro ¡ªigualmente reprobable¡ª, ha sido la m¨¢s f¨¢cil y c¨®moda que pod¨ªa tomar, o por el contrario se puede considerar inteligente y futurista, una dial¨¦ctica a fin de cuentas muy guardiolesca, como cuando se debat¨ªa sobre su ascenso del Miniestadi al Camp Nou, momento en que todav¨ªa se hablaba de nu?ismo sociol¨®gico y de cruyffismo como religiones opuestas en el Barcelona. Las cosas con Guardiola son desde siempre as¨ª de complejas y dif¨ªciles de interpretar, y si no que se lo pregunten al director deportivo Andoni Zubizarreta desde que nombr¨® entrenador a Tito Vilanova.
Hoy se puede defender con una cierta facilidad que a Guardiola le ha faltado valor para enfrentarse a la Premier, un torneo abierto, democr¨¢ticamente salvaje y cuya selecci¨®n es tan tribal que al final triunfa el m¨¢s fuerte. El impacto medi¨¢tico es incomparable y su llegada hubiera garantizado mucho ruido y hasta puede que alg¨²n tiro, sobre todo si tambi¨¦n vuelve Mourinho. A Guardiola le encanta la m¨ªstica del f¨²tbol ingl¨¦s y se tiene prometido pisar alg¨²n d¨ªa aquella tierra desde que fue rechazado por varios clubes en su etapa de jugador. Ahora, sin embargo, desconf¨ªa de los amos del negocio, sobretodo del City.
El fichaje por el club ingl¨¦s de Txiki Begiristain y Ferran Soriano se hubiera podido interpretar adem¨¢s en clave azulgrana, como si en Manchester estuvieran construyendo una r¨¦plica opositora al Bar?a. A Guardiola, que curiosamente pas¨® su tiempo en Catar, le preocupa que el f¨²tbol en Inglaterra haya ca¨ªdo en manos de jeques y millonarios rusos o norteamericanos. Hay una notable recesi¨®n del juego y se extiende la sensaci¨®n de que un equipo se construye con dinero f¨¢cil. No se trata de justificar tampoco la decisi¨®n de Guardiola a costa de renegar de la Premier, sino de ponderar las ventajas de la Bundesliga.
La Liga alemana es un torneo estable, saneado econ¨®micamente, bien organizado y en plena evoluci¨®n futbol¨ªstica. Mandan los exfutbolistas, se cuida a las canteras, los fichajes son razonables y los clubes no solo compiten sino que se permiten licencias como que el Borussia Dortmund felicite al Bayern por el fichaje de Guardiola. Hay buenos horarios y los precios de las entradas son asequibles, de manera que los campos se llenan y se impone la militancia activa de los aficionados en lugar de la cultura del telespectador. El l¨ªder del producto es precisamente el Bayern M¨²nich.
Y tanto el Bayern como la Bundesliga precisan de figuras para poner el foco futbol¨ªstico sobre Alemania. A falta del glamour y la liturgia de la Premier, reducida la jerarqu¨ªa alemana al pulso Borussia Dortmund-Bayern, como si se tratara del Barcelona-Madrid de la Liga, se impone un ejercicio que combine el realismo financiero con el idealismo futbol¨ªstico.
Nada mejor para el proyecto que una personalidad como la de Guardiola, un cruyffista radical en su concepci¨®n del juego, convencido ahora de que no hay mejor escenario para dejar huella que la casa de Beckenbauer, el gran rival del holand¨¦s en los setenta, ahora igualmente seguro de que el desarrollo de su equipo pasa por mirar al Bar?a. Beckenbauer qued¨® fascinado por el Barcelona el 8 de abril de 2009, cuando el Bayern encaj¨® cuatro goles en el Camp Nou en la vuelta de los cuartos de final de la Champions. Y los t¨¦cnicos alemanes se pasaron 15 d¨ªas en la ciudad deportiva para saber sobre el funcionamiento del f¨²tbol base del Bar?a. As¨ª que el inter¨¦s de ambas partes es de hace tiempo.
A fin de cuentas, Guardiola es un rom¨¢ntico al que fascina m¨¢s la historia del Bayern y su infraestructura futbol¨ªstica que la fortuna del Chelsea o del City. La decisi¨®n que ha tomado, por tanto, es tan opinable como consecuente con la manera de ser y entender el juego del t¨¦cnico. No se trata de inventar nada, ciertamente, ni tan siquiera de montar un equipo, pues la plantilla que le deja Jupp Heynckes es de f¨¢bula. El objetivo es dar credibilidad y dimensionar internacionalmente al Bayern con el entrenador que m¨¢s t¨ªtulos ha ganado en cuatro temporadas ¡ª14 sobre 19¡ª con un f¨²tbol que cautiv¨® al mundo.
A Guardiola, que hoy cumple 42 a?os, siempre le preocup¨® envejecer siendo joven. M¨²nich puede ser un buen sitio para progresar como persona y entrenador, despu¨¦s de Nueva York y Barcelona. Los retos, en cualquier caso, siempre se los ha puesto el propio Guardiola, tambi¨¦n en el Bar?a.
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