El Madrid da un recital

Con los mejores y en su sitio. As¨ª vapule¨® el Madrid al Valencia en una primera parte de dos velocidades. La velocidad punta del conjunto de Mou en contraste con el parsimonioso trote del equipo de Valverde. Recuperado Di Mar¨ªa para la causa, mucho m¨¢s parecido al de la temporada pasada, ?zil gobern¨® el juego con naturalidad. Y el Madrid disfrut¨® tanto de su verticalidad que se permiti¨® descansar en una segunda parte sin ninguna historia. El Valencia retrocedi¨® un mes en solamente media hora. Olvid¨® todas las mejoras incorporadas por Valverde y volvi¨® a la casilla de salida, sin un triste argumento que defendiera su juego ni su prestigio. A la espera del choque de vuelta de Copa del pr¨®ximo mi¨¦rcoles, ya sin ninguna esperanza, dada la sideral ventaja del Madrid tanto en el marcador (2-0) como en el f¨²tbol.

Animado por la derrota del Bar?a en Anoeta, Mourinho aparc¨® las cuitas con Casillas y tampoco se priv¨® del concurso de Cristiano Ronaldo, a pesar de la bronca entre ambos en el reciente partido de Copa en el Bernab¨¦u. El resultado fue un Madrid relajado y poderoso desde el principio, mostrando su inmenso repertorio en ataque. Primero a la contra y despu¨¦s de cualquier manera, zanj¨® la controversia arbitral con un recital de velocidad y precisi¨®n.

Ante la lentitud del centro del campo local, siempre tarde en la presi¨®n, ?zil encontr¨® lo m¨¢s parecido al para¨ªso. Desde all¨ª lanz¨® a un Di Mar¨ªa ahora s¨ª dispuesto a hablar en el campo, con un trepidante cambio de ritmo que rompi¨® todas las cinturas de la zaga valencianista. A la fiesta no pod¨ªa faltar un goleador tan ¨¢vido como Higua¨ªn, a pesar de haber pifiado el primer remate, solo ante la porter¨ªa, tras un centro de Arbeloa desde la derecha. Y, por supuesto, tampoco Cristiano Ronaldo. Situado como extremo izquierdo, el portugu¨¦s se hall¨® en su camino a su paisano Ricardo Costa, una bicoca. Sancionado Jo?o Pereira, Valverde desconfi¨® de Barrag¨¢n para el lateral derecho y reubic¨® al central Ricardo Costa en ese lado. Fracaso total. Ricardo record¨® en esa posici¨®n a cuando se midi¨® a Villa en el Mundial de Sud¨¢frica en 2010.Con el mismo resultado. Cristiano lo hizo a?icos: un recorte por aqu¨ª, otro por all¨¢ y, zas, el centro raso al otro palo, por donde entraba Di Mar¨ªa completamente solo para marcar de nuevo ante Diego Alves. A Costa le crujieron todos los huesos.

Cristiano oli¨® la p¨®lvora y se fue a por ella para explotar Mestalla. Culmin¨® otra escapada poco despu¨¦s y, no contento con eso, remach¨® una dejada de espuela de ?zil con un tiro a bote pronto. Era ya tiempo de exquisiteces. Y en eso el alem¨¢n es insuperable. Antes de acabar la primera parte, con el demoledor 0-5 en contra, la gente se iba yendo de Mestalla, totalmente decepcionada.

El Valencia hab¨ªa sido un cero a la izquierda en defensa y otro en ataque, sin una acci¨®n de m¨¦rito que llevarse a la boca, sin excusas de ning¨²n tipo, ni siquiera arbitrales despu¨¦s de la rid¨ªcula ca¨ªda de Jonas dentro del ¨¢rea ante un leve contacto de Higua¨ªn. La parsimonia del centro del campo valencianista ¡ªformado por Gago, Ever Banega y Tino Costa¡ª fue un regalo demasiado goloso para Khedira, Di Mar¨ªa y ?zil. El tr¨ªo de argentinos en la medular del Valencia fue el mismo que le cost¨® la cabeza en el banquillo a Mauricio Pellegrino, despu¨¦s del 2-5 ante la Real Sociedad, del pasado 1 de diciembre. Gago ven¨ªa de varias semanas de inactividad, pero fue se?alado igualmente por el p¨²blico. Y tambi¨¦n por Valverde: el t¨¦cnico lo sustituy¨® en el descanso. Tan mal vio el panorama el Txingurri que lo sustituy¨® por Barrag¨¢n y adelant¨® al central V¨ªctor Ruiz al medio centro. Un invento improvisado ante las bajas de David Albelda y Parejo.

La segunda parte ya fue un entrenamiento. Mourinho le dio descanso a quien no suele d¨¢rselo: Xabi Alonso. Los siguientes ser¨ªan ?zil y Khedira, todo el centro del campo obtuvo un merecido respiro. El Madrid hab¨ªa saciado su hambre y el Valencia no ten¨ªa manera de recuperar la autoestima, pisoteada en una infame primera parte. Tambi¨¦n Valverde pens¨® en reservar fuerzas de cara a la vuelta de la Copa el mi¨¦rcoles, y a pr¨®ximos encuentros ligueros, retirando a Soldado, aplaudido por la grada a pesar de la humillaci¨®n: la gente entendi¨® que su capit¨¢n poco pod¨ªa hacer dentro de la mediocridad general.

La electricidad del primer tiempo del Madrid hab¨ªa vaciado Mestalla. El poco p¨²blico que quedaba, aburrido y desinflado, se acord¨® entonces de su presidente, Manuel Llorente, y le pidi¨® repetidamente su marcha por en¨¦sima vez.