A la Real le pesa la conciencia

Ven¨ªa la Real de ganar al todopoderoso Bar?a, de remontarle para m¨¢s inri. Consciente, eso s¨ª, de que la gesta solo se superar¨ªa con otra victoria a domicilio. Una especie de cargo de conciencia que deb¨ªa provocar un entusiasmo desaforado que, sin embargo, le revolvi¨® las intenciones ante un Celta atrevido, al que pronto se le nublar¨ªa la tarde y el partido aunque terminase a salvo de la lluvia.

Y eso que entre medias los equipos se miraron con un gesto similar. Los gallegos con el buen gusto por el demarque y la asociaci¨®n, y la Real, m¨¢s precavida en la contenci¨®n, tratando de explotar la velocidad del Chori Castro como forma de adelantar el paso. Sin prisa, se terciaban los ataques, moviendo el bal¨®n de un lado a otro, no muy lejos del tallo m¨¢s alto del c¨¦sped, sin necesidad de un sopapo largo. Sin embargo, pareci¨® hastiado el conjunto de Herrera al cuarto de hora y sin mayor explicaci¨®n lanz¨® varios balones altos a la espada de la defensa de la Real, bien posicionada, sin demasiado ¨¦xito. La recolocaci¨®n de Bermejo como medio centro junto a Oubi?a solo sirvi¨® para desubicar al delantero y perder un referente en ataque.

Pero en un encuentro terrenal entre Khohn-Delhi y Aspas encontr¨® el Celta lo que buscaba unos metros m¨¢s arriba. Una dejada de tac¨®n del delantero gallego la transform¨® el dan¨¦s en un remate raso que cogi¨® a Bravo con el paso cambiado. Con Ifr¨¢n como ¨²ltimo bolillo en ataque, solo la presencia de Vela unida a la movilidad de Xabi Prieto, m¨¢s alejado de la banda en el dibujo de Montanier, consegu¨ªa fabricar para la Real un agujero por el que desmontar la defensa del Celta. Pero la tarde anunciaba lluvia y lleg¨® en forma de tormenta cuando Aspas se resinti¨® de la espalda. El gallego, con molestias durante toda la semana, fue sustituido en el descanso. Para colmo el ¨¢rbitro expuls¨® a Augusto apenas iniciada la segunda mitad. Cuesta abajo el partido a pesar del marcador la Real aprovech¨® la superioridad en un saque de esquina donde Elustondo no encontr¨® oposici¨®n para colocar el bal¨®n con la cabeza lejos de los guantes de Varas.

Aun as¨ª, el cuadro vasco confundi¨® superioridad y paciencia con parsimonia y por m¨¢s que apret¨® en ataque no sac¨® producto de tanta mezcla. Y es que la misma receta de la semana anterior no produjo el mismo plato.