Mourinho rectifica al Madrid

Media hora le bast¨® al Real Madrid para superar un mal trago y sumar una victoria que tapa agujeros, los de un equipo que cuando no se han arrancado todas las hojas del calendario de febrero semeja transitar por la Liga como si lo hiciera por un amargo viaje, un periplo que puede virar a suplicio si no resuelve los envites coperos que le aguardan el pr¨®ximo martes en Barcelona y despu¨¦s en Manchester. En Riazor remont¨® al Deportivo, tan esforzado como olvidado por la fortuna, dign¨ªsimo en la derrota, que se firm¨® al final, s¨®lo cuando Mourinho repar¨® una alineaci¨®n fallida.

De inicio lo ¨²nico excepcional fue esa decisi¨®n del t¨¦cnico portugu¨¦s. El Deportivo le cedi¨® la iniciativa y el mando recay¨® en Modric. Por all¨ª andaba Kak¨¢, a la espera de su en¨¦sima resurrecci¨®n, pero ni siquiera amag¨® con recoger el generalato. Lo asumi¨® el croata, que pront¨® entreg¨® las armas, tibio, sin entidad para imponerse. Con ¨¦l y al paso de los minutos el Madrid se cay¨®. Apenas encontr¨® argumentos cuando el Deportivo le concedi¨® alguna contra, pero fue entonces cuando not¨® la ausencia de sus velocistas. Cristiano Ronaldo aguardaba en el banquillo. Tambi¨¦n ?zil, su mejor suministrador. Todo el plan del Madrid se limit¨® a explotar las rupturas de Higua¨ªn y, sobre todo, de Callej¨®n, que explot¨® un carril donde el Deportivo tuvo que improvisar con un lateral postizo, ?lex, tras tempranera lesi¨®n de Silvio.

Atribulado como anda con sus penas clasificatorias, el equipo de Fernando V¨¢zquez creci¨® en cuanto se afianz¨® atr¨¢s. La inacci¨®n del Madrid le dio la vidilla que necesitaba, el aliento, la confianza. Encontr¨® su espacio porque el recuperado t¨¦cnico gallego encontr¨® un lugar para Valer¨®n. Entre el destape de Oltra y la manta n¨®rdica de Domingos, V¨¢zquez se visti¨® de fiesta para regalar nuevos minutos para el genial flaco. ?ste respondi¨® ejerciendo de entrenador en el campo, parando y tocando, lanzando a sus delanteros. Que nadie le pida un sprint, pero con ¨¦l en la mediapunta el Deportivo, en el que sobran jugadores de f¨²tbol, tiene un futbolista. Y no parece tan descabellado que un colectivo de once hombres pueda permitirse uno as¨ª.

El t¨¦cnico local encontr¨® un lugar para Valer¨®n, que reparti¨® caramelos

Valer¨®n reparti¨® caramelos, le dio salida al Deportivo, gest¨® el gol de Riki, premio a una primera parte en la que el colista acab¨® desarbolando al Madrid, al que le llegaron por todos los flancos, por el de Pizzi y por el de Bruno Gama, por supuesto por el de Riki, que tiene un ca?¨®n en la zurda y al que le sobra hambre. Pudo hasta golear el Deportivo antes del descanso, codicioso, pero sin punter¨ªa. Dej¨® pasar su momento sin alcanzar mayor renta y se aboc¨® al sufrimiento porque Mourinho cort¨® por lo sano. O por lo insano. Retir¨® a sus irrelevantes piezas de la medular, Essien y Modric. Tambi¨¦n a Marcelo, que sigue sin llegar tras su lesi¨®n. Se rearm¨® de un golpe con Khedira, ?zil y CR, as¨ª como quien tira la chequera encima de la mesa en casa de un club en proceso concursal. Justo en ese instante el Deportivo perdi¨®, tambi¨¦n por lesi¨®n, a su segundo zaguero de la noche, su Kak¨¢, y todo el mundo en Riazor sinti¨® que el teatrillo cambiaba de decorado, que ya Valer¨®n se hab¨ªa desconectado y el partido ya s¨®lo ir¨ªa en una direcci¨®n.

Su agon¨ªa convirti¨® en eterno el partido para el Deportivo. Empat¨® Kak¨¢ en su ¨²nica aparici¨®n desde la frontal, breg¨® Cristiano Ronaldo y pidi¨® la pelota ?zil. Intimid¨® el Madrid, se junt¨® el Deportivo, pero se le par¨® el reloj, perdi¨® la referencia de Riki, agotado y sustituido por Oliveira, que no es precisamente un fajador. Casi sobre la bocina el punta luso no pele¨® con fe un bal¨®n en la medular y propici¨® la r¨¢pida respuesta de Cristiano para fabricar el gol de Higuain, el segundo triunfo blanco en Riazor desde 1992.