¡°Ya resucit¨¦ much¨ªsimas veces¡±
Kak¨¢, autor de un gol, se destapa antes de los decisivos duelos con Bar?a y United
Hay jugadores individualistas y jugadores con vocaci¨®n asociativa, y hay jugadores individualistas que se entienden tan bien con otros individualistas que acaban por fundar sociedades cooperativas. Es el milagro de la coincidencia. Dos almas que se re¨²nen. Kak¨¢ y Cristiano. El destino los separ¨® durante casi tres a?os de intermitencias y misterios. El s¨¢bado volvieron a reunirse en Riazor. Bast¨® media hora para que florecieran los pases, las carreras y los goles. Como en la temporada 2009-2010. Como cuando los dirig¨ªa Manuel Pellegrini.
¡°Era importante ganar¡±, repet¨ªa exhausto Higua¨ªn, que fue capit¨¢n. ¡°Esta plantilla es muy larga y puede hacerlo bien. Por suerte hemos podido ganar¡±. Entrevistado a pie de campo por Canal+ el delantero parec¨ªa asfixiado por el esfuerzo. Aliviado tras meter el gol de la victoria (1-2) a pase de Cristiano, que a su vez recibi¨® un pase al espacio de Kak¨¢ dos segundos antes. El entendimiento explosivo que no fue posible entre los jugadores del Madrid mientras no entr¨® Cristiano al campo. La mejor idea t¨¢ctica del m¨¢nager, Jos¨¦ Mourinho, consisti¨® en dar entrada a Cristiano y a ?zil en el minuto 57. Las sustituciones no hicieron que el Madrid jugase mejor colectivamente. El juego fue igual de frontal. Lo que cambi¨® fue la calidad de las acciones individuales: esa clarividencia de ?zil para administrar la pelota, y esos regates, esa fuerza, esa velocidad, esa capacidad de Cristiano para multiplicar incursiones ofensivas. La suma result¨® multiplicadora: ?zil + Cristiano = Kak¨¢.
Si Mourinho me necesita, ah¨ª estar¨¦ Kak¨¢
Hab¨ªa rematado dos veces fuera contra el Rayo la semana pasada y ayer llevaba otro remate desviado. Hasta que recibi¨® un bal¨®n de Di Mar¨ªa en la frontal del ¨¢rea, se lo acomod¨® con la izquierda y lo lanz¨® con la derecha. Con una ligera rosca. Aranzubia meti¨® el guante donde la trayectoria describ¨ªa la panza y el bal¨®n pas¨® de largo hasta incrustarse en la porter¨ªa rozando el palo. Un golazo. El t¨ªpico golazo de Kak¨¢. En el Milan y en el Madrid, en donde, a pesar de la falta de fe de Mourinho, ha podido brillar unas cuantas noches. Unas cuantas veces ha salido del vestuario reci¨¦n duchado y los periodistas, incansables olvidadizos, le han hecho la misma pregunta: ¡°?Ha vuelto el Kak¨¢ del Milan?¡±.
Visiblemente asqueado de escuchar la misma cuesti¨®n, Kak¨¢ replic¨® sin desarmar su sonrisa de yeso: ¡°Ha sido un gol importante para m¨ª y para el equipo. Yo me quedo content¨ªsimo cada vez que puedo aportar algo importante para el equipo. Yo soy feliz. Dijeron que volv¨ªa, que no volv¨ªa¡ Ya resucit¨¦ much¨ªsimas veces. Yo no dir¨¦ que he vuelto. Dir¨¦ que espero seguir jugando. No s¨¦ si saldr¨¦ de inicio en el Camp Nou o en Old Trafford. Yo solo puedo seguir haciendo mi trabajo¡±.
Kak¨¢ espera seguir jugando. Eso es lo ¨²nico que necesita, seg¨²n ¨¦l, para volver a recordar al Bal¨®n de Oro que fue. Es lo ¨²nico que le pide a Mourinho y se lo reclama en el punto culminante de la temporada: a las puertas de dos cl¨¢sicos y una visita a Old Trafford que son como el aro de fuego de toda la campa?a.
La primera parte fue muy mala
¡°Hemos hablado tantas veces de mi regreso que prefiero vivir el d¨ªa a d¨ªa¡±, explic¨® el brasile?o mientras dejaba el estadio de Riazor. ¡°Las cosas est¨¢n mejorando para m¨ª, pero lo ¨²nico que quiero es ayudar al equipo. En el f¨²tbol todo cambia muy deprisa¡±, apunt¨® el mediapunta al que el madridismo espera desde hace casi cuatro a?os. Y se brind¨® a Mourinho. ¡°Si me necesita ah¨ª estar¨¦¡±.
Apocado toda la noche, sin emerger del banquillo donde sigui¨® el partido con gran contrici¨®n, Jos¨¦ Mourinho pas¨® de puntillas por Riazor, el estadio en el que festej¨® una clasificaci¨®n para la final de la Liga de Campeones. La v¨ªspera de aquel partido Mourinho hab¨ªa pasado desafiante por la sala de prensa del coliseo coru?¨¦s. ¡°Est¨¢is muy creciditos¡±, avis¨® tras olfatear el ambiente que se respiraba en aquella semifinal Oporto-Deportivo. Nueve a?os despu¨¦s, Mourinho no consider¨® pertinente ofrecer sus impresiones tras el partido. Deleg¨® en Aitor Karanka. Al auxiliar del portugu¨¦s le preguntaron si Kak¨¢ se hab¨ªa ganado el puesto para el choque del martes en el Camp Nou. ¡°Ya se ver¨¢¡±, contest¨® cr¨ªptico. Luego admiti¨® que el mediapunta va a m¨¢s. ¡°Es importante que muestre un gran nivel, tambi¨¦n por su estado an¨ªmico. Est¨¢ en una buena l¨ªnea¡±.
Marcelo mostr¨® una cara diferente. Recuperado para el once inicial apenas se proyect¨® por su flanco y fue uno de los sustituidos en esa triple decisi¨®n de Mourinho que cambi¨® el partido. ¡°Me encuentro muy bien y tengo muy buenas sensaciones, pero yo no soy el que decide quien juega¡±, explic¨®. Marcelo revel¨® que en el descanso Mourinho les exigi¨® que metieran varias marchas m¨¢s. ¡°Nos dijo que hab¨ªa que cambiar para ganar. Mientras haya posibilidades matem¨¢ticas lucharemos por la Liga¡±.
La victoria final ejerci¨® como b¨¢lsamo en la caseta madridista, tambi¨¦n como espoleta para la autocr¨ªtica por el rendimiento inicial. ¡°Los cambios se hicieron para mejorar, pero no se fue a m¨¢s por eso¡±, resolvi¨® Karanka, que atisb¨® otra faz en su equipo al inicio de la segunda mitad y no despu¨¦s de que Ozil, Cristiano Ronaldo y Khedira entraran al campo.
¡°La primera parte fue muy mala¡±, admiti¨® Kak¨¢. ¡°Est¨¢bamos nerviosos y nos equivocamos mucho, luego mejoramos¡±. Y ah¨ª surge de nuevo el optimismo de Marcelo: ¡°Tenemos buenas sensaciones y queremos ganar en el Camp Nou y en Old Trafford¡±. Esa esperanza hacia el futuro va por barrios. En A Coru?a con el agua al cuello en lo deportivo y en lo institucional, Augusto C¨¦sar Lendoiro llam¨® a celebrar la mejor¨ªa del equipo: ¡°Ser¨¢ dif¨ªcil, pero mostramos que hay opciones de salvarse¡±. La grada lo sinti¨® as¨ª y despidi¨® a grito limpio: ¡°?S¨ª se puede!¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.