P¨¢nico a Cristiano

Las haza?as continuadas de Cristiano en sus visitas al Camp Nou han dejado huella. El atacante portugu¨¦s, a quien no se le daba muy bien este campo, ha terminado por habituarse al ecosistema. La progresiva descoordinaci¨®n del Barcelona en defensa ha ido abri¨¦ndole nuevos horizontes y ¨¦l los ha sabido explorar con eficacia.

CR ha aprendido que situ¨¢ndose en la banda contraria a la que discurre la jugada, contra el Bar?a encuentra siempre espacios interminables

Ayer meti¨® su octavo gol en las ¨²ltimas seis visitas, frecuencia que le eleva por encima de Di St¨¦fano, evocador de una ¨¦poca dorada en la que el Madrid se impon¨ªa por la contundencia de su figura legendaria. No se sabe a ciencia cierta la clase de respuesta ambiental que encontr¨® el argentino hace m¨¢s de medio siglo. Cristiano inspir¨® miedo. Aprensi¨®n en la gente, en las tribunas que le pitaron nerviosas, y tensi¨®n extrema en la defensa del Barcelona, que no encontr¨® el modo de frenarle con solvencia. Cristiano no fue determinante por las ocasiones que gener¨®, que no fueron claras: siete remates, todos desde fuera del ¨¢rea menos el del penalti, el del segundo gol, y un tercero desde la derecha que desvi¨® Pinto. Fue determinante porque con su actividad record¨® permanentemente a sus rivales que estaban amenazados.

¡°Esto da una confianza enorme¡±, dijo Cristiano, con la gorra de b¨¦isbol bien calada sobre el casquete de pelo engominado, tras salir de la ducha. El h¨¦roe de la noche irradiaba felicidad por los ojos. ¡°Queremos seguir as¨ª porque va a ser importante contra el Manchester. Solidarios, compactos, jugando muy bien en defensa y adelante. Marcar tres goles aqu¨ª es algo muy bueno. No s¨¦ por qu¨¦ jugamos mejor los cl¨¢sicos aqu¨ª que en el Bernab¨¦u. Quiz¨¢ tengamos menos presi¨®n¡±.

El luso suma esta temporada 39 goles entre todas las competiciones

Le preguntaron a Cristiano si recordaba las oportunidades que hab¨ªa tenido y se detuvo un momento: ¡°Estoy pensando¡­ lo importante es que el equipo ha ganado. Y que estamos cada vez mejor cuando jugamos contra ellos¡±. Quiz¨¢s cayera en la cuenta de que hab¨ªa metido dos goles sin tener ninguna ocasi¨®n n¨ªtida. El portugu¨¦s ha aprendido que situ¨¢ndose en la banda contraria a la que discurre la jugada, contra el Barcelona encuentra siempre espacios interminables. No necesita un pasador especialmente preciso para quedarse un par de veces mano a mano con un defensa. Tampoco precisa una jugada elaborada. Ayer se las arregl¨® con una falta de Di Mar¨ªa a Messi en el lateral del ¨¢rea de Diego L¨®pez. El Bar?a no explot¨® bien la situaci¨®n, el bal¨®n sali¨® rebotado y cay¨® cerca de ?zil, que pudo maniobrar porque quien deb¨ªa vigilarle se distrajo. El pase de 50 metros fue a parar a Cristiano, que encar¨® a Piqu¨¦. Aceler¨®, fren¨®, hizo un par de bicicletas y provoc¨® el error del defensa y el penalti: 0-1.

Si en el Barcelona cund¨ªa el temor, con el 0-1 se enraiz¨®. Se extendi¨® a todas las l¨ªneas. Se prolong¨® de la primera parte a la segunda. Hasta que otra vez, despu¨¦s de una jugada en el ¨¢rea de Diego L¨®pez, hubo un despeje y una espantada. La pelota vol¨® 60 metros a Di Mar¨ªa, que avanz¨® por la izquierda, recibi¨® con libertad, y desorient¨® con dos quiebros a Puyol antes de rematar. El central y capit¨¢n barcelonista acab¨® en el suelo, despatarrado despu¨¦s de resbalar, met¨¢fora de la aparatosa ca¨ªda azulgrana. Error defensivo, parada de Pinto, despeje y aparici¨®n en el segundo palo. All¨ª estaba Cristiano, que hab¨ªa recorrido el campo para rematar la jugada y la eliminatoria. El 0-2 signific¨® la sacudida mortal. El Bar?a se vio obligado a meter tres goles para no quedar eliminado. El miedo se transform¨® en par¨¢lisis.

¡°He visto un Bar?a como siempre", dijo, "quieren mucho bal¨®n. Nosotros nos adaptamos. Nuestro juego es el mismo, solo que hemos podido concretar las oportunidades que hemos tenido. La Liga no es tan importante ahora. Nos podemos centrar en la Copa y la Champions¡±.

Los 39 goles en todas las competiciones que suma Cristiano esta temporada le sit¨²an como el delantero m¨¢s productivo de Europa despu¨¦s de Messi. Una cifra tremenda. N¨²meros que hablan de un futbolista gigantesco que en el cl¨¢sico consolid¨® su jerarqu¨ªa. Si el partido destil¨® una consecuencia, adem¨¢s de la emergencia definitiva de Varane, fue la necesidad que el Madrid tiene de su goleador. En el Camp Nou se pone de manifiesto como en ninguna otra parte. Lo agradeci¨® el Madrid y lo padeci¨® el Bar?a, que cada cl¨¢sico que pasa siente m¨¢s la presi¨®n del siete.