Un instante para el futuro

Un instante lanz¨® al Madrid hacia los cuartos. Cuando m¨¢s angustiado estaba, abajo en el marcador y sin masticar del todo el partido, Nani no vio llegar a Arbeloa y le golpe¨® con la pierna por las nubes. En un encuentro de colmillo limpio, era la segunda entrada desproporcionada de la noche. La primera la hab¨ªa protagonizado tambi¨¦n Arbeloa, con un plantillazo a la rodilla izquierda de Evra. Cuando faltaba m¨¢s de media hora, el ¨¢rbitro subi¨® el list¨®n y exili¨® a Nani, al no interpretar juego peligroso. Ah¨ª sucumbi¨® el United; ah¨ª remont¨® el Madrid, que por fin entr¨® en el partido. Primero porque sin paisaje para contragolpear se qued¨® en la nader¨ªa en muchas fases del juego y luego porque un desafortunado despeje de Sergio Ramos hacia su red le dej¨® contra las cuerdas. Sin embargo, contrariado el Manchester por la expulsi¨®n, Modric, con un gran disparo enroscado desde fuera del ¨¢rea, y Cristiano, puntual tras una asistencia de Higua¨ªn, lanzaron al Madrid. Matices de una victoria. Un triunfo que revitaliza a¨²n m¨¢s a un equipo que, aunque anoche no fuera superior en l¨ªneas generales, se ha ganado la senda del esplendor. Y lo ha hecho en una semana triunfal en la que ha tenido que gestionar dos empates caseros en territorios ajenos como el Camp Nou y Old Trafford, pura dinamita. Mucho m¨¦rito. El Madrid vuelve a imponer, ha dado un giro sideral al curso porque se ha corregido a tiempo.

En Manchester padeci¨® hasta que al United le dio un ataque de c¨®lera con el ¨¢rbitro y otro de p¨¢nico con el Madrid. Si al m¨¢s alto nivel el f¨²tbol se reduce a una cuesti¨®n de detalles, el de la rigurosa roja a Nani fue un cap¨ªtulo definitivo. Para el United esa ser¨¢ la huella de la eliminatoria. Para el Madrid, un paso m¨¢s hacia la d¨¦cima. Y no un paso cualquiera. El United le exigi¨® en Chamart¨ªn y en Old Trafford, pero encontr¨® recursos para sobrevivir en las malas y descorchar la eliminatoria con sus individualidades, en ataque y en defensa. La entrada de Modric ¨Csus mejores minutos con el Madrid- le dio otra partitura y sin Nani tuvo br¨ªo, se volvi¨® en¨¦rgico. No fue Modric el ¨²nico solista. En el Teatro de los Sue?os se gradu¨® Diego L¨®pez. Contra diez y con 1-2, el Madrid, al que le hab¨ªa costado una barbaridad descoser a su rival, tampoco pudo respirar. El United no es un equipo que se rinda f¨¢cil. Jam¨¢s. Su hinchada, capaz de ovacionar a Cristiano ¨Caclamado por megafon¨ªa justo al inicio del choque-, no se lo permite. As¨ª que el Madrid tuvo que encomendarse a su portero, firme cuando fue menos exigido y soberbio en el tramo final, cuando el United empotr¨® en su ¨¢rea al equipo espa?ol. Con todo, el Madrid pudo en el alocado trecho final ampliar su ventaja, ya fuera en varias contras como en un penalti de Rafael, que despej¨® con la mano sin que se enterara el colegiado.

El arrebato ¨²ltimo del United nada tuvo que ver con el partido contenido planteado por unos y otros. Ferguson adelant¨® la primera intriga de la noche. La sorprendente titularidad de Giggs en detrimento de Rooney dispar¨® todo tipo de lecturas. Parece arriesgado afrontar un duelo de tanto hueso con un futbolista que en noviembre cumplir¨¢ 40 a?os. Si se trataba de un homenaje por su partido mil con el United, pocos carteles mejores. M¨¢s extra?a que la alineaci¨®n de Giggs fue la suplencia de Rooney y, m¨¢s si cabe, que el gal¨¦s fuera quien auxiliara a Rafael en el marcaje a Cristiano. En Manchester, Ferguson es emperador y a Rooney no le rescat¨® del banquillo hasta que su equipo iba en desventaja. Demasiado tarde, por m¨¢s que Giggs resistiera con clase y empe?o hasta el final.

El eterno t¨¦cnico del United disfraz¨® a los suyos con el traje del Madrid en el Camp Nou. Dos muros muy juntos en el medio, que ocurriera lo menos posible y, de suceder algo epis¨®dico, alg¨²n contragolpe local. En definitiva, anestesiar el partido. Al contrario, eso s¨ª, que el Madrid en su tr¨¢nsito copero por Barcelona, el Manchester no llev¨® la presi¨®n hasta la defensa madridista. M¨¢s que el quite, buscaba que su adversario no tuviera salidas. No le va al Madrid lo de atacar en est¨¢tico, el tener que manejar m¨¢s de una marcha. Api?ado el United, la pelota circul¨® m¨¢s de la cuenta por los pies de los zagueros madridistas. Esa era la primera intenci¨®n inglesa.

Al Madrid le costaba un mundo dar con una rendija, localizar siquiera a Cristiano. El encuentro se le hizo espeso. E inquietante, porque Welbeck siempre fue una amenaza para Ramos y Varane, forzados una y otra vez por un futbolista de gran carrocer¨ªa y potente zancada. De no ser por Welbeck, todo un primer tiempo de f¨²tbol raso en las ¨¢reas, salvo un cabezazo al larguero de Vidic tras un c¨®rner lanzado por Giggs. El rechace le cay¨® a Welbeck, que en fuera de juego fall¨® mansamente ante un Diego L¨®pez vencido sobre la raya de gol. Tambi¨¦n un saque de esquina, amag¨® el Madrid, pero una falta de Ramos a Van Persie evit¨® el gol de Higua¨ªn. Al instante cay¨® Di Mar¨ªa, lesionado, y lleg¨® el turno de Kak¨¢, sin hueso el resto del encuentro.

Welbeck, c¨®mo no, alter¨® el guion al inicio del segundo acto. Choc¨® y trab¨® con los defensas visitantes hasta que la pelota qued¨® dividida entre Varane y Nani. La gan¨® el portugu¨¦s y su centro lo ara?¨® Welbeck y luego Ramos. Una carambola imposible para Diego L¨®pez. Todo a merced del United. Al Madrid le tocaba remar y remar. Lleg¨® la severa expulsi¨®n de Nani, Modric le dio otra chispa al equipo. Liber¨® a Xabi Alonso, produjo una circulaci¨®n m¨¢s r¨¢pida, y todo dio un revolc¨®n. El Madrid encontr¨® en detalles el f¨²tbol que le falt¨®. Es su asignatura pendiente, c¨®mo atacar sin espacios. Pero mientras aprueba ese examen, hoy tiene todo un futuro por delante.