Empate a todo en Valladolid

Un buen empate en un partido malo, intenso a ratos, muy estrat¨¦gico en la primera parte, veloz en la segunda, pero con poco f¨²tbol para lo que aparentan el M¨¢laga y el Valladolid. El equipo de Pellegrini, pese al discurso que da importancia a la Liga, tuvo los pies en Zorrilla y la cabeza en M¨¢laga, pensando en la visita del Oporto el pr¨®ximo mi¨¦rcoles y el Valladolid apareci¨® con la sensaci¨®n del quien tiene casi todo el trabajo hecho, que bastante ha hecho hasta ahora y que la permanencia caer¨¢ en un momento u otro.

El M¨¢laga apareci¨® en el c¨¦sped con la idea fija de pasar un s¨¢bado tranquilo, de medir los esfuerzos, los choques, de reservar para su gran mi¨¦rcoles. No quer¨ªa el mando, casi lo rehus¨® desde el inicio, el gui¨®n y el instinto le indicaban que lo importante no era el Valladolid, que la pelea que merece la pena es la del Oporto. Pero el estilo de Pellegrini est¨¢ tan abrochado a sus jugadores que, a¨²n sin intensidad, les hace superiores a muchos rivales, le dejan controlar los partidos casi por inercia, a veces sin ritmo, a veces un poco atascados, sin Isco o Joaqu¨ªn algo casi normal, pero con el control de todo lo que ocurre en el c¨¦sped. Pero adem¨¢s los equipos del t¨¦cnico chileno dominan como nadie la estrategia, tienen repertorio a bal¨®n parado, y en la primera que tuvieron, la ¨²nica de toda la primera parte Piaz¨®n puso el cuero en el primer palo y Demichelis, abandonado de marca, cabece¨® sin oposici¨®n.

El M¨¢laga, por delante en el marcador y con el partido controlado, se agrup¨® en su centro del campo y se dedic¨® a ensayar la solidaridad, las ayudas permanentes y la presi¨®n m¨¢s asfixiante. ?lvaro Rubio, Bueno, Omar desparecieron en el enjambre del bloque de Pellegrini, tanto que hasta m¨¢s all¨¢ de la media hora no consiguieron disparar a puerta. Pero cuando el Valladolid ya buscaba el descanso lleg¨® un centro perfecto de ?lvaro Rubio, la sorpresa de los centrales del M¨¢laga, la indecisi¨®n de Caballero, un salto imperial de Manucho y el empate.

El Valladolid regres¨® del vestuario con toda la decisi¨®n y el m¨²sculo que le hab¨ªa faltado antes. Obsesionado con desmontar el plan del M¨¢laga, Alberto Bueno y Manucho retrasaron unos metros su posici¨®n, se mezclaron entre los centrales y los medio centros, le pusieron velocidad a todo lo que hac¨ªan y rompieron al M¨¢laga y el partido. Larsson encontr¨® espacios en su banda, Omar en la otra y Demichelis y los suyos tuvieron que trabajar a destajo para escapar del jaleo en que el Valladolid hab¨ªa metido el choque. Sin demasiado f¨²tbol en frente el M¨¢laga se sinti¨® acorralado.

Pellegrini busc¨® soluciones en el banquillo, pero no en un defensa m¨¢s, o en un centrocampista de contenci¨®n, huy¨® del amontonamiento y coloc¨® a Isco al mando de las operaciones, unos metros m¨¢s atr¨¢s de lo habitual, el rival tambi¨¦n estaba roto, y la soluci¨®n funcion¨® r¨¢pido. El Valladolid dej¨® de llegar, el M¨¢laga abandon¨® el pelotazo como ¨²nica v¨ªa de escape, ya hab¨ªa en el campo alguien que sab¨ªa lo que hab¨ªa que hacer, recoger el cuero, moverlo a una banda, a la otra, el juego volv¨ªa a fluir, el bal¨®n a circular hasta que el Valladolid se entreg¨®, el M¨¢laga se reserv¨® y los dos se repartieron un empate que acerca la salvaci¨®n para el Valladolid y que deja en puesto de Champions al M¨¢laga.