El fin de los Spurs
Una vez m¨¢s, los Spurs de San Antonio encabezan la Conferencia Oeste de la NBA. Una vez m¨¢s, est¨¢n preparados para alcanzar los playoffs. Una vez m¨¢s, Tim Duncan, Manu Ginobili, y Tony Parker son los mejores jugadores del equipo.
Pero no por mucho tiempo. En alg¨²n momento, y probablemente sea pronto, Duncan y Ginobili ser¨¢n (finalmente) v¨ªctimas del Padre Tiempo. Una lesi¨®n de tobillo de Tony Parker ser¨¢ su ¨²ltima lesi¨®n. A Gregg Popovich le pondr¨¢n de patitas en la calle. Esta encarnaci¨®n de los Spurs de San Antonio llegar¨¢ a su fin. Y esto me hace pensar en la muerte de mis padres.
Para m¨ª, pensar en la muerte de mis padres es un ejercicio te¨®rico porque mis padres siguen vivos. Mi padre tiene 70 a?os, anda tres kil¨®metros todos los d¨ªas y pasa gran parte de su tiempo trabajando en la historia geneal¨®gica de mi familia. Mi madre tiene 60 a?os y termin¨® un m¨¢ster en sanidad p¨²blica hace solo cinco.
Los finales no son tristes en s¨ª mismos. Cuando Tim Duncan deje de jugar, probablemente ser¨¢ el momento de que Tim Duncan deje de jugar.
Pero alg¨²n d¨ªa, mis padres ya no estar¨¢n. Me parece aterrador. No me parece aterrador el hecho de que vayan a morir. Todo el mundo muere. Me parece aterrador porque me da miedo arrepentirme de no haber pasado m¨¢s tiempo con ellos mientras estaban vivos y sanos y de no haber apreciado los buenos tiempos mientras duraban.
Creo que sentiremos algo parecido con esta versi¨®n de los Spurs de San Antonio. Desearemos poder volver a la ¨¦poca de nuestras vidas en la que Tim Duncan lanzaba tiros a tablero, Manu Ginobili tiraba tiros de tres desequilibrado y Gregg Popovich lo observaba todo con una sonrisa reacia.
Puede parecer que le estoy dando demasiada importancia a esta ¨¦poca de los Spurs, o que trato de atenuar el impacto emocional de la muerte de mis padres. ?Pero acaso no es nuestra reacci¨®n ante cualquier tipo de p¨¦rdida un anhelo de hacer que vuelva el pasado? Todos mis abuelos est¨¢n muertos, pero no deseo que est¨¦n vivos, no que tengan 97 a?os y est¨¦n decr¨¦pitos. Me gustar¨ªa que estuviesen vivos como cuando mi abuelo me dejaba dormir en su autocaravana aparcada en la entrada de su casa, o como cuando mi abuela me dejaba ver el canal MTV, o como cuando lleg¨¢bamos la ma?ana del d¨ªa de Navidad y ve¨ªamos las tarjetas con nuestros nombres colocadas sobre la mesa, igual que el a?o anterior.
Los finales no son tristes en s¨ª mismos. Cuando Tim Duncan deje de jugar, probablemente ser¨¢ el momento de que Tim Duncan deje de jugar. Cuando mis padres mueran, cuando yo muera, cuando ustedes mueran, ser¨¢ el momento (esperemos) de esas muertes.
Lo que ser¨¢ triste ser¨¢ lo que lamentemos de la ¨¦poca en la que nosotros ¡ªo ellos¡ª est¨¢bamos vivos.
?Qu¨¦ hay que hacer entonces? Lo que hay que hacer es disfrutar mientras ello dure, independientemente de lo que ¡°ello¡± sea para cada uno.
Si sus padres est¨¢n vivos, vayan a comer con ellos. Si sus matrimonios funcionan, saboreen cada momento. Si su grupo favorito sigue junto, vayan a verlo en persona. Y si echan por televisi¨®n el partido de los Spurs de San Antonio, v¨¦anlo y recuerden que alg¨²n d¨ªa mirar¨¢n hacia atr¨¢s y desear¨¢n estar aqu¨ª otra vez.
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