El silencio de los lobos
La Real siempre ha triunfado cuando el entorno se aleja de los focos del campeonato El equipo est¨¢ en ¡®zona Champions¡¯ con 15 canteranos que penaron en Segunda hasta hace dos cursos
¡°Mira, cuanto m¨¢s silencio haya en torno a la Real mejor va el equipo. Cuanto m¨¢s ruido, peor¡±, repet¨ªan una y otra vez los dirigentes del equipo guipuzcoano, tras ganar dos Ligas a principios de los ochenta, y lo siguen repitiendo los actuales responsables de la entidad y los exfutbolistas de aquella ¨¦poca. ¡°Somos como es la sociedad guipuzcoana, silenciosa y poco dada a los eventos o a los oropeles¡±, afirma Lorenzo Juarros, Loren,director deportivo de la Real. ¡°Las turbulencias siempre le han venido mal a este club, estando arriba o abajo¡±, asegura. ¡°El ruido nunca nos ha gustado¡±, afirma Roberto L¨®pez Ufarte, enamorado del actual juego de la Real, cuyo m¨¦rito imputa a partes iguales a la juventud y al talento, proveniente en su gran mayor¨ªa de la factor¨ªa de Zubieta.
¡°Ahora mismo estamos jugando con 17 jugadores surgidos de la cantera¡±, afirma Loren, que reconoce que en su d¨ªa se apost¨® por una generaci¨®n que proviene del equipo que se purg¨® en Segunda Divisi¨®n. ¡°Entendimos que era mejor apostar por la cantera que por el dinero. Con dinero a veces las cosas se hacen m¨¢s r¨¢pido, no siempre, pero con la cantera suele ser m¨¢s duradero. Por eso se agradece el compromiso de los futbolistas por renovar en su inmensa mayor¨ªa¡±.
Loren: ¡°Con el dinero a veces se llega m¨¢s r¨¢pido; pero la cantera es m¨¢s duradera¡±
La Real es el equipo silencioso que, sin embargo, ha provocado un estruendo en la Liga. Comenz¨® mal, con el p¨²blico encima del entrenador y el regusto amargo de los a?os anteriores en el infierno de Segunda. Montanier estuvo en la picota del p¨²blico, por su falta de ambici¨®n ante los grandes, por su alteraci¨®n de alineaciones en funci¨®n del rival y por su matem¨¢tica en los cambios, nunca antes del minuto 70, si no mediaba lesi¨®n o espect¨¢culo en el marcador. Anoeta no estaba con ¨¦l porque se sent¨ªa ninguneado con la falta de autoestima del equipo. Se entend¨ªa que un equipo miedoso era un equipo sin futuro. Y Montanier no era precisamente el sastrecillo valiente. No se hablaba de los futbolistas, solo del entrenador que tiraba los grandes duelos y sorteaba los peque?os. Sin embargo, en la Real se segu¨ªa la m¨¢xima que recuerda Loren: ¡°Trabajar sin que parezca que est¨¢s trabajando. Y eso es lo que ve¨ªamos en Zubieta con un entrenador que ven¨ªa con un concepto nuevo de la formaci¨®n de futbolistas y con un perfil muy franc¨¦s que al principio le pas¨® factura por inexperiencia en el campeonato espa?ol¡±.
A Montanier le sobrepas¨® el tacticismo y la exigencia del f¨²tbol espa?ol. Desconoc¨ªa el f¨²tbol t¨¢ctico en Espa?a y le cost¨® aprenderlo. Cuando se quiso dar cuenta estaba con pie y medio en la calle. Nunca se sabr¨¢ si fue el club o fueron los futbolistas los que se elevaron por encima de la rutina y empezaron a creer en ellos mismos o si fue Montanier, el acad¨¦mico, quien quiso ir m¨¢s lejos de lo que la experiencia le dictaba para que el equipo cambiase de forma radical. En la segunda vuelta solo ha perdido en Madrid y su golpeo es absoluto. Lo mismo mata al M¨¢laga en 15 minutos que al Rayo en 12, destroza San Mam¨¦s en un ratito o voltea al Bar?a. Quiz¨¢s ese d¨ªa, cuando liquid¨® al Bar?a, comenz¨® su autoestima a no caberle en el cuerpo.
Desde entonces ha ido a gatas, convirtiendo el sue?o de la permanencia en el sue?o europeo como si entre medio solo hubiera un rellano. Ahora tiene una alineaci¨®n que, lesiones aparte, se sabe de carrerilla, dos laterales que son los m¨¢s centradores de la Liga incluso de Europa, cuando antes solo parec¨ªan dos meritorios con m¨¢s defectos que virtudes; dos centrales egregios, tres delanteros (Xabi Prieto, Agirretxe y Vela) que te matan en un segundo y, sobre todo, un tipo, Illarramendi, que gobierna el escenario del f¨²tbol con la sabidur¨ªa de Xavi y el poder¨ªo de Xabi Alonso. ¡°A¨²n me acuerdo de cuando le tuve en el infantil¡±, recuerda Loren, ¡°con aquella melenilla a lo Schuster. Luego, sin melena, me sigue recordando a Schuster. Ahora se ha vuelto m¨¢s reflexivo en el campo. El a?o pasado era m¨¢s impulsivo, fruto de la juventud. Ahora se dosifica y juega mejor¡±.
En cierto modo, se piensa que la Real ha exprimido lo mejor de los grandes: maneja el bal¨®n al estilo del Bar?a, adormeciendo al rival, como dici¨¦ndole que no hay partido, que solo hay elaboraci¨®n, pero pasado el medio campo se comporta con la verticalidad del Real Madrid. Ni lo uno ni lo otro al 100%, pero quiz¨¢s sea el resumen de lo uno y de lo otro.
Todos sus futbolistas parecen mejores de lo que eran, siendo 15 de ellos los que purgaron en Segunda Divisi¨®n en los a?os de plomo hasta conseguir el ascenso en 2009-2010. Solo Carlos Vela, Ifr¨¢n, Chory Castro y Jos¨¦ Angel se incorporaron despu¨¦s y solo Vela, la luz de la Real, es titular. ¡°Todos han evolucionado individualmente y como equipo¡±, reconoce Loren, ¡°pero todos son el fruto de la paciencia partiendo del convencimiento de que el talento estaba ah¨ª¡±. Al pelot¨®n que ascendi¨® de Segunda se han sumado dos chicos de enorme proyecci¨®n: ??igo Mart¨ªnez y Rub¨¦n Pardo.
Todos sus futbolistas parecen mejores de lo que eran, siendo 15 de ellos los que purgaron en Segunda Divisi¨®n
Montanier se ha mantenido fiel a la ley del silencio: trabajar y callar, aunque muchos piensan que la autogesti¨®n de los futbolistas tiene mucho que ver con el tr¨¢nsito de la Real desde el s¨®tano al ¨¢tico de la Liga, desde el infierno a la probable Europa, de nuevo con otro entrenador franc¨¦s amante del silencio, como era Denoueix (que lleg¨® a ser segundo en 2003).
L¨®pez Ufarte considera que es un grupo de gente joven que ¡°principalmente juega muy bien al f¨²tbol¡±. ¡°Y tiene¡±, prosigue, ¡°un grand¨ªsimo portero, una defensa asentada, un centro del campo equilibrado y una delantera en la que cualquiera puede hacer gol¡±. Desde Agirretxe, el nueve cl¨¢sico hasta ??igo, el central cl¨¢sico, habitual en los goles desde la lejan¨ªa o en los saques de esquina.
Sin embargo, la Real sigue reclamando el silencio de la ciudad discreta. El silencio de los lobos cuando acechan a los corderos, enga?¨¢ndoles con su baile inicialmente insulso, ritual, pero con la dentellada de Vela, el zigzagueo de Griezmann (otro que ha hecho del silencio su mejor futuro), el talento de Xabi Prieto o el fulgor de Illarramendi. Muchos ases para el p¨®quer europeo de la Liga.
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