Cristiano lo explica todo
El portugu¨¦s ha sido decisivo en cada uno de los torneos que gan¨® el Madrid desde que asumi¨® Florentino P¨¦rez Sus goles mantienen al equipo en Copa y Champions
Ronaldo Nazario par¨® el reloj del f¨²tbol en la noche del 24 de mayo de 1997. Derribado por Mauro Silva, aquel delantero que parec¨ªa irrompible se incorpor¨® y prosigui¨® su carrera contra toda la defensa del Depor: un toque con la izquierda para que rodara el bal¨®n, otro con la derecha para disparar, y el gol. Su ¨²ltimo gol con el Bar?a en el campeonato. El n¨²mero 34. La marca del nueve cuya potencia, velocidad y precisi¨®n parec¨ªan fundar una ¨¦poca irrevocable en el f¨²tbol mundial hoy solo es un recuerdo entra?able. Diecis¨¦is a?os m¨¢s tarde aquello que se juzg¨® inaccesible para las generaciones futuras forma parte de la vida cotidiana de Messi y de otro Ronaldo ¡ªel destino es circular¡ª. Un Ronaldo m¨¢s resistente, m¨¢s regular, m¨¢s obstinado en afrontar las cosas menos gratas de su oficio con la fiebre de un pr¨®fugo.
El ¨ªmpetu del nuevo Ronaldo es el motor del Madrid de Florentino P¨¦rez. Desde que el presidente asumi¨® el cargo en 2009, cada t¨ªtulo que ha ganado el equipo ha llevado el sello imprescindible del atacante. Si esta temporada todav¨ªa puede disputar dos trofeos es gracias a sus goles. Marc¨® el gol decisivo en la final de Copa en 2011; anot¨® el tanto de la victoria en el Camp Nou en el partido que asegur¨® la Liga en 2012; meti¨® los dos goles en el Camp Nou que permitieron al Madrid alcanzar la pr¨®xima final de Copa; meti¨® el gol decisivo en Old Trafford para pasar a cuartos de la Champions y encaden¨® el triplete al Galatasaray para clasificar al club en las semifinales que se jugar¨¢n a partir de la semana que viene. Hay que remontarse a Di St¨¦fano para encontrar un jugador que por s¨ª mismo explique los ¨¦xitos del Madrid con parecida contundencia.
Ander Herrera abandon¨® San Mam¨¦s el domingo con la t¨ªpica frustraci¨®n del futbolista derrotado por este Madrid. ¡°Nosotros fuimos mejores que ellos en la primera parte¡±, dijo, ¡°pero el partido lo desequilibr¨® Cristiano¡±.
Solo Di St¨¦fano sustent¨® los ¨¦xitos del Madrid con parecida contundencia
Herrera padeci¨® la confusi¨®n habitual. No se sabe exactamente qu¨¦ significa ser mejor que el Madrid porque una parte importante de su programa consiste en dejarse dominar deliberadamente. Pero esta apariencia de p¨¦rdida de control, de renuncia al bal¨®n, a veces se ha convertido en un serio problema para el propio Madrid. Ni siquiera el ardor competitivo que lo defini¨® hasta 2012 es hoy una constante. Si acaso, la l¨ªnea argumental m¨¢s s¨®lida, la que sostiene todo el discurso, es Cristiano. El balance total del portugu¨¦s desde que se visti¨® de blanco explica el modelo: 196 goles en 192 partidos dan para sellar unas cuantas brechas.
No se sabe si el Madrid fue inferior o superior al Athletic. La cuesti¨®n es irrelevante porque apenas necesit¨® administrar el bal¨®n para situarse por encima de su oponente. Le bastaron dos acciones de juego detenido. Dos gestos de Cristiano. En el primero marc¨® de falta en el minuto uno del partido. En el segundo remat¨® de cabeza una falta indirecta: 2-0. Dos suertes, el golpe franco y el cabezazo, que Cristiano ha ido perfeccionando con otras facetas t¨¦cnicas en su arte de definidor.
Cristiano siempre destac¨® como cabeceador pero esta temporada es dif¨ªcil imaginar uno mejor que ¨¦l en Europa. Lleva cuatro tantos en Liga y uno de sus goles decisivos al Manchester fue el resultado de un salto perpendicular al suelo de m¨¢s de un metro. Su gol al Athletic despu¨¦s de una carrera lateral que le sirvi¨® para deshacerse de Ramalho resume su habilidad para acompasar el vuelo de la pelota con su movimiento de desmarque.
El juego del equipo desde 2009 se define por por sus 196 goles en 192 partidos
Los lanzamientos de falta directa reflejan la serenidad espiritual con que vive desde el oto?o. Su gol de tiro libre al Athletic fue el tercero en esta Liga. A este ritmo va a superar su mejor marca en el Madrid: cuatro goles de falta directa en una temporada. Se advierte un cambio en la mec¨¢nica. A diferencia de lo que hab¨ªa hecho en otros a?os, obsesionado por la potencia, por el efecto espectacular, ahora Cristiano acaricia m¨¢s la pelota. Usa menos el empeine. Se perfila unos grados m¨¢s. Parece preocupado por superar la barrera controlando la direcci¨®n y ha situado en un segundo plano la violencia.
En la Liga, Messi no ha marcado de cabeza, ha metido seis goles con su pierna de palo, la derecha, y 37 con la izquierda. El argentino comprende mejor el juego pero Cristiano es m¨¢s vers¨¢til en el empleo de las herramientas de remate: 17 goles con la derecha, diez con la izquierda y cuatro con la cabeza.
Quiz¨¢s, como dijo Ibrahimovic, el goleador del Madrid sea el producto de un largo trabajo de campo de pr¨¢cticas, de horas y horas de tediosa repetici¨®n. Messi tiene un don. Ronaldo Nazario tambi¨¦n lo ten¨ªa. En la temporada que milit¨® en el Bar?a hizo 34 goles en 37 partidos. Se perdi¨® cinco partidos.
Cristiano es un motor que no se detiene. En el Madrid solo se ha perdido 14 encuentros de Liga de 145. Cuando juega, es pertinaz. Este curso liguero lleva 31 goles en 30 partidos; en Copa suma seis en seis partidos; y en Champions 11 en diez partidos. La ¨²ltima vez que Cristiano no jug¨® un partido fue en enero, en Pamplona. El Madrid empat¨® a cero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.