La Diputaci¨®n de Bizkaia evita la muerte del Bilbao Basket
Una ayuda econom¨ªca aun no determinada le permitir¨¢ afrontar los pagos inmediatos
No era f¨¢cil para el Uxue Bilbao Basket sobrevivir con una deuda de entre 3 y 5 millones, seg¨²n la fuentes, con las n¨®minas sin pagar, el patrocinador que no sabe o no contesta a los 450.000 euros que deb¨ªa pagar antes de que acabe el a?o y la Diputaci¨®n Foral de Bizkaia que hab¨ªa anulado todos los patrocinios a las entidades privadas (incluido el Athletic, 1,9 millones para el Bilbao Basket en el presente ejercicio). Y no deb¨ªa ser f¨¢cil para la Diputaci¨®n Foral dejar caer el dirigible del Bilbao Basket despu¨¦s delos logros conseguidos y de haber reactivado el placer del baloncesto en una ciudad presuntamente inoculada por el f¨²tbol. El Bilbao Basket se mor¨ªa y la Diputaci¨®n no estaba presupuestariamente para mecenazgos millonarios en tiempos de recortes sociales. La v¨ªa de servicio estaba en un costado: La Diputaci¨®n (el ente recaudador de impuestos en la autonom¨ªa vasca) decidi¨® revocar su decisi¨®n de anular los acuerdos de patrocinio con el equipo de baloncesto vizca¨ªno y concederle una ayuda ¨²nica "cuyo montante se conocer¨¢ en una semana" ante "la grav¨ªsima situaci¨®n y "el riesgo de desaparici¨®n de la entidad". Gorka Arrinda, propietario del club (el presidente es Savovic, exjugador), incid¨ªa en la misma herida, "estamos en una extrema necesidad, de vida o muerte. De no haber sido as¨ª, esta ayuda no se hubiera dado", dijo ayer tras quitarse el primer nudo de la garganta, aunque el segundo est¨¦ a la altura de las am¨ªgdalas.
El Bilbao Basket no se planteaba un futuro peor, sino la desaparici¨®n pura y dura
La Diputaci¨®n ha sido hist¨®ricamente la salvaguarda de un club que naci¨® casi de la nada en busca de un sitio entre los grandes. Lo tuvo en los ochenta con el Cajabilbao y lo recuper¨® en el siglo XXI el Bilbao Basket. El apellido siempre fue el mismo: Jon Arrinda, primero, y luego su hijo, Gorka. El destino hasta ayer parec¨ªa el mismo: la desaparici¨®n o la construcci¨®n de un equipo tan menor que resultara invisible despu¨¦s de haber jugado una final de la Liga Endesa, haber participado en una Euroliga, jugar una final de la Eurocup, y disputar varios play off de Liga y Copa del Rey. La p¨¦rdida de estatus era tan evidente como arriesgada. El Bilbao Basket no se planteaba un futuro peor, sino la desaparici¨®n pura y dura de un club que ha bati¨® el r¨¦cord de asistencia un partido en la Liga ACB cuando jug¨® contra el Baskonia (15.414 espectadores) en el Bilbao Exibition Center en 2007. Luego el Baskonia, en el Buesa Arena, bati¨® sus registros.
Los patrocinadores no han sido afortunados para el Bilbao Basket. Tras la fiabilidad del Lagun Aro (entidad de seguros asociada a la Caja Laboral), Gescrap (un empresa de venta de chatarra) ocup¨® su lugar inesperadamente y acab¨® con el club de forma turbulenta. Uxue, empresa de bioenerg¨ªa, tom¨® el testigo, despu¨¦s de dejar colgado al CAI y bambolearse en la suspensi¨®n de pagos. A¨²n no ha pagado los 900.000 euros presupuestados para esta temporada, ni la mitad en la que se pact¨® su peculio, vistas las dificultades. Pensar en que pagar¨¢ los 1,6 millones por a?o es una quimera. Nadie cree en ello. Tanto es as¨ª que la Diputaci¨®n, implicada en el proyecto desde el principio, se ha visto en la necesidad de acudir al rescate para poner el paraca¨ªdas. Aun as¨ª, el Bilbao Basket deber¨¢ buscar patrocinadores que le aseguren el futuro. Las instituciones le garantizan el presente, m¨¢s o menos. El resto cae de los bolsillos de nuevos (y m¨¢s eficientes) patrocinadores. Seg¨²n Gorka Arrinda, propietario del club, habr¨¢ que buscar algo as¨ª como una UTE (Uni¨®n Temporal de Empresas) para garantizar el presupuesto. La Diputaci¨®n tendr¨¢ que explicar por qu¨¦ acude en auxilio de un grupo de privilegio en detrimento de colectivos de riesgo. El Bilbao Basket deber¨¢ redefinir su futuro. La Diputaci¨®n paga el presente mientras el lehendakari Urkullu trata de convencer a la oposici¨®n para que apruebe los presupuestos m¨¢s restrictivos de la historia.
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