Cruce de caminos en Lieja
La reina de las Ardenas atrae ciclistas de todos los pelajes para clausurar la primavera de cl¨¢sicas
En la cartograf¨ªa ciclista de B¨¦lgica, en Flandes y en Valonia, aparte de pav¨¦s y viento, hay muros, cuestas y cols entre bosques de abetos bordeando hermosos valles profundos, y cada uno de los elementos genera a su alrededor una carrera, una cl¨¢sica de fin de semana de invierno y primavera, un ciclismo cada d¨ªa diferente al anterior. Y unos ciclistas que en la fiesta de clausura, el d¨ªa de la Lieja-Bastogne-Lieja, el ¨²ltimo monumento de la primavera, se cruzan, unos de isa hacia las grandes vueltas (el Giro ya asoma su nariz), otros de vuelta hacia su madriguera de reposo. Es la ¡®decana¡¯ (naci¨® en 1892: la 99? edici¨®n se corre el domingo), una prueba abierta a ciclistas de todos los pelajes, sprinters, rodadores, escaladores, clasic¨®manos, hombres Tour, y un palmar¨¦s en el que se mezclan van Looy y Anquetil Merckx, que est¨¢ en todas las salsas, e Hinault, Argentin, Bartoli, Jalabert, Andy Schleck y Valverde, as¨ª lo puede probar.
?El recorrido son 261,5 kil¨®metros por las colinas de las Ardenas, 10 cuestas y el col de la Haute-Lev¨¦e, mucho polvo hist¨®rico y unas cuantas telara?as que la irreprimible evoluci¨®n del ciclismo (una muestra: el desarrollo previsible y decepcionante de las ¨²ltimas Amstel y Flecha Valona) amenaza con acrecentar: viejos nombres que solo suenan a pasado, como Stockeu (a 95 de meta) que hizo grande Merckx (y all¨ª tiene su monumento el can¨ªbal), la Haute-Lev¨¦e (a 89) de la Lieja nevada de Hinault en el 80, La Redoute (a 39) que se convirti¨® en el trampol¨ªn de casi todos los ganadores¡ Lugares que cada vez pesan menos en el resultado de una carrera que cada a?o es m¨¢s controlable por los juegos de equipos y parece decidirse cada vez m¨¢s cerca de la meta (o con intercambio de cheques y favores entre los favoritos, como hace tres a?os, con Valverde como testigo derrotado, entre Vinok¨²rov, obsesionado con ganar el monumento tras cumplir su sanci¨®n por dopaje, y Kolobnev). O lugares que desaparecen, como la Roche-au-Faucons, tan querida por los hermanos Schleck, pues situada a solo 15 kil¨®metros de la ¨²ltima subida a Ans permit¨ªa desencadenar el ataque definitivo. Pero la Roche-au-Faucons est¨¢ en obras y ha sido sustituida por una cuesta de carretera ancha y suave pendiente, nada que ver.
El ciclismo espa?ol, con su alergia a las cl¨¢sicas,? no comenz¨® a descubrir la Lieja m¨¢s que con el cambio de fechas de la ronda espa?ola
El ciclismo espa?ol, entre su alergia a las cl¨¢sicas y sus malas fechas para los que pensaban en la Vuelta, no comenz¨® a descubrir con ganas la Lieja, tan pr¨®xima al esp¨ªritu de los escaladores, m¨¢s que con el cambio de fechas de la ronda espa?ola, que pas¨® a septiembre en 1995. En 2000, David Etxebarria, el vizca¨ªno de Abadi?o que pon¨ªa de los nervios a los especialistas pues esprintaba con las manos en la parte superior del manillar, logr¨® el primer podio espa?ol (y repiti¨® en 2001), al terminar segundo detr¨¢s de Paolo Bettini. Otro podio vizca¨ªno (el de Iban Mayo tras Hamilton en 2003), preludi¨® la primera victoria, la de Alejandro Valverde en 2006. Repiti¨® en 2008 y ah¨ª se acab¨® todo.
?Liderados por el murciano, quien habla de una tercera Lieja con su gente, en 2013 el ciclismo espa?ol en la Lieja ser¨¢n los ciclistas de siempre (los de los ¨²ltimos a?os, todos treinta?eros) contra sus rivales de toda la vida: Valverde, Purito (y su ayudante Moreno), Samuel (quien regresa tras tres semanas de reposo) y Contador, que quiere sentir el v¨¦rtigo de la carrera, la necesidad de afirmarse en una cl¨¢sica. Para todos ellos, Lieja es camino de paso hacia objetivos m¨¢s queridos, el Giro para Samuel o el Tour para el otro tr¨ªo. Y as¨ª es tambi¨¦n para otros favoritos, como Nibali, el tibur¨®n de Messina que llega con el tiempo justo despu¨¦s de apabullar en las monta?as del Trentino al Wiggins traicionado por el cambio electr¨®nico, y al que volver¨¢ a encontrarse en el Giro, o Froome, quien piensa en el Tour y pasa por Lieja para comprobar c¨®mo han ido sus entrenamientos el ¨²ltimo mes. No ser¨¢ as¨ª para Gilbert, el hombre del lugar y campe¨®n del mundo, para quien, tras una triste primavera, la Lieja ser¨¢ un o todo o nada, o para Gerrans. Ni tampoco para los j¨®venes que, salvando a Rolland, el escalador franc¨¦s que llega tambi¨¦n del Trentino, son tres y colombianos, Quintana, Henao y Betancur, y llegan con los ojos bien abiertos y el coraz¨®n acelerado, como aquellos aprendices que superan al maestro casi sin querer.
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