El mot¨ªn del ¨¦xito
Hay instituciones deportivas que construyeron un relato hist¨®rico a partir de la grandeza del club frente a la peque?ez del equipo, propuesta que los rivales definieron en su momento como victimismo. Ninguna adquiri¨® seguramente la dimensi¨®n del Bar?a. Los t¨ªtulos de la entidad azulgrana no estaban en consonancia con el impacto social de la entidad. El desajuste se agrav¨® con el paso del tiempo hasta alcanzar un punto insostenible durante el mandato de N¨²?ez.
La derrota por penaltis en la final de la Copa de Europa disputada en Sevilla contra el Steaua de Bucarest en 1986 gener¨® un explosivo caldo de cultivo que culmin¨® con el Mot¨ªn del Hesperia, del que hoy se cumplen exactamente 25 a?os. La plantilla pidi¨® p¨²blicamente la dimisi¨®n del presidente en una nota de siete puntos que fue le¨ªda por el capit¨¢n Alexanco. Los futbolistas denunciaron que hab¨ªan perdido la confianza en N¨²?ez y en una junta que estaba deshumanizando al club: ¡°Nos ha decepcionado como persona y humillado como profesionales (...) Ha intentado comprarnos y separarnos (...)¡±.
Hoy se cumplen 25 a?os del Hesperia, momento decisivo en la historia azulgrana
El comunicado curiosamente no se refiri¨® expl¨ªcitamente al desencadenante del conflicto: qui¨¦n ten¨ªa que afrontar los pagos por las retenciones de los contratos de imagen, una f¨®rmula menos gravosa para completar las fichas de los jugadores. Hacienda constat¨® que hab¨ªa diferencias sustanciales entre las declaraciones de los futbolistas y los tributos del club despu¨¦s de publicarse el contrato de Schuster. Una vez demostrado que las retenciones no hab¨ªan sido las correctas, se impon¨ªa resolver qui¨¦n se hac¨ªa cargo de las multas y cantidades reclamadas por el fisco. El acuerdo al que creyeron haber llegado los futbolistas con el vicepresidente Gaspart fue desmentido despu¨¦s por N¨²?ez. ¡°Yo¡±, proclam¨®, ¡°administro el dinero de los socios, que es sagrado, y no el m¨ªo¡±.
No hubo arreglo posible y despu¨¦s de m¨¢s reuniones que entrenamientos, los futbolistas se plantaron tras ganar la Copa a la Real con el entrenador de su parte: Luis se sent¨® con los capitanes y por el contrario no comparecieron L¨®pez L¨®pez ¡ªconvaleciente de una operaci¨®n¡ª, Lineker ¡ªde regreso en un partido con Inglaterra¡ª y Schuster, que acabar¨ªa fichando por el Real Madrid.
La respuesta de N¨²?ez, consecuente con el mot¨ªn, result¨® tan contundente e ilustrativa como decisiva para el futuro del Bar?a. Irreductible ante el plantel, el presidente contrat¨® a Cruyff despu¨¦s de solucionar precisamente sus problemas con Hacienda, cosa que no consigui¨® la oposici¨®n, que se guardaba al as volador como carta electoral. El club despidi¨® a m¨¢s de la mitad de los jugadores en n¨®mina (14 de 26) y fich¨® a un equipo completo (11), negociaciones de las que no fue ajeno Clemente, amigo de N¨²?ez. El presidente, sin embargo, se recogi¨® en el palco como signo de rendici¨®n, despu¨¦s de una d¨¦cada de err¨¢tica pol¨ªtica deportiva: ocho entrenadores y jugadores de todos los colores para celebrar solamente una Liga, dos Copas del Rey y dos Recopas.
Cruyff le dio estilo al Bar?a y cre¨® el dream team como paradigma del f¨²tbol azulgrana, coronado con la Copa de Europa ganada en Wembley 92. A partir de aquel 28 de abril de 1988, la entidad azulgrana ha conquistado 11 de los 21 campeonatos de Liga ¡ªest¨¢ a punto de alcanzar el 12?¡ª, cuatro Copas de Europa y dos Copas del Mundo.
El relato del equipo se ha situado finalmente a la altura del club y hoy el Barcelona ya no solo se explica a partir de su fuerza y din¨¢mica social sino tambi¨¦n de sus ¨¦xitos deportivos. Aunque son muchos los que intervinieron en el proceso, la historia tiene un hilo conductor: Andoni Zubizarreta, presente en el mot¨ªn, capit¨¢n con el dream team y actualmente director deportivo del club.
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