Un rato de ¨¦pica no basta
El Madrid roza el milagro tras un arranque explosivo y un ¨²ltimo asalto descomunal, pero el Borussia le super¨® un largo trecho Chamart¨ªn, como en las grandes noches, vuelve a golear para su equipo (2-0)
El f¨²tbol puede ser apote¨®sico. Casi lo fue ayer para Chamart¨ªn en una noche vibrante, pero desoladora para un Madrid que tuvo ¨¦pica al principio y al final. La hora restante fue del Dortmund. Con la grada encendida y la eliminatoria cardiaca, el Madrid muri¨® con la heroica, con su vieja gen¨¦tica y con el Bernab¨¦u como dicta su historia, como un teatro de los horrores para sus visitantes. Al abrigo de ese m¨¢gico romance de este escenario con la Copa de Europa, el equipo espa?ol encontr¨® el sue?o con Benzema al frente, se?alado como su futbolista menos sangu¨ªneo, y con Sergio Ramos, un coloso. Toda una secuela del linaje de los Pirri, Camacho y compa?¨ªa. Talento y coraje, identidades blancas de toda la vida.
Al Madrid, que debe reprocharse su atrofia en Alemania, no le alcanz¨® para la epopeya. Tampoco con Jos¨¦ Mourinho, un lector de resultados que lleg¨® al club con la Champions como objetivo indiscutible. Hoy, como mucho, dejar¨¢ la instituci¨®n con una Liga y quiz¨¢ dos Copas, poco bot¨ªn para su celebridad y su eg¨®metro. Por tercer curso consecutivo, el Madrid se extravi¨® en semifinales, lo que no puede ser el list¨®n para un club que ya ha disputado 12 finales de Copa de Europa. Para una entidad que despidi¨® de mala manera a los dos t¨¦cnicos que ganaron sus tres ¨²ltimas Champions: Heynckes y Del Bosque. No vale con ser cabeza de serie, a lo que quiso agarrarse Mourinho. Lo cierto es que su equipo recurri¨® a lo hom¨¦rico porque tres temporadas despu¨¦s cuesta concretar su idea futbol¨ªstica. Habr¨¢ que ver ahora si Florentino P¨¦rez cambia el registro con un nuevo salto con p¨¦rtiga.
REAL MADRID, 2- BORUSSIA, 0
Real Madrid: Diego L¨®pez; Essien, Varane, Ramos, Coentrao (Kak¨¢, m.57); Xabi Alonso (Khedira, m.67), Modric, Di Mar¨ªa, ?zil; Cristiano Ronaldo e Higua¨ªn (Benzema, m.57). No utilizados: Casillas; Albiol, Pepe y Morata.
Borussia: Weidenfeller; Pisczeck, Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender, G¨¹ndogan, G?tze (Grosskreutz, m.14), Balszczykowski (Santana, m.90), Reus; y Lewandowski (Kehl, m.84). No utilizados: Lankerak; Leitner, Sahin y Schieber.
Goles: 1-0. M.82. Benzema. 2-0. M.88. Ramos.
?rbitro: Howard Webb (Inglaterra). Mostr¨® tarjetas amarillas a Coentrao, Higua¨ªn, G¨¹ndogan, Bender y Khedira.
Lleno en el Santiago Bernab¨¦u.
El Borussia sigui¨® la estela del Bar?a y el Bayern, aunque estuvo a un paso del descalabro, desvalido de entrada y sometido a una ¨²ltima descarga brutal. Tuvo mucho gobierno y un notable cat¨¢logo de ocasiones en el segundo acto, pero Lewandowski no fue el mismo, se le desvi¨® el punto de mira y dio vidilla a un enemigo al que ha superado en toda la competici¨®n. Quiz¨¢ porque su t¨¦cnico, el club en general, concibe este juego como un objeto de pasi¨®n, no de puro consumo. Le falta chequera, pero tiene olfato para bucear en el segundo escal¨®n del mercado. Si algo le falta es experiencia, y en Madrid casi lo paga al subir y bajar la persiana.
No hubo tanteo inicial. El Madrid se lanz¨® desde La Castellana, oleada tras oleada. Los mejores presagios para el equipo espa?ol, que arranc¨® como esos boxeadores que no tienen miramientos desde el primer asalto. Sobrecogedor para el Borussia, sonado y a punto de irse a la lona frente a un regimiento desbocado. Higua¨ªn, Cristiano en dos ocasiones y ?zil se quedaron a un dedo del gol. Si los tantos son hijos del juego, bien que los mereci¨® el Madrid en ese primer cuarto de hora.
Sin tregua, con la presi¨®n muy alta y una circulaci¨®n de la pelota tan vertiginosa como precisa. Nada que ver con el Madrid que levit¨® en la ida. Mejor reseteado con Ramos por Pepe como central y Di Mar¨ªa por Khedira. En Chamart¨ªn, atizada la hoguera ambiental, esta vez apareci¨® un grupo de centuriones. Ramos, por las bravas o por lo civil, no daba aliento a Lewandowski, Modric hac¨ªa de catalizador, ?zil descorchaba el f¨²tbol cerca del ¨¢rea alem¨¢n y Di Mar¨ªa y Cristiano ¡ªmermado f¨ªsicamente¡ª picaban por las orillas, donde m¨¢s sufre el Dortmund. Acogotados, a los chicos de Klopp les entr¨® un ataque de p¨¢nico, m¨¢xime tras la lesi¨®n de G?tze en plena manada madridista. Como si la historia del Madrid se le hubiera ca¨ªdo encima, con el reloj de reojo desde muy pronto. A un soplo del desplome rival, el Madrid se vio incapaz de sostener el trepidante comienzo.
Con Ramos como tit¨¢n y la frialdad de Benzema, los blancos acariciaron el sue?o
Lejos de tramitar un respiro, el Madrid se torn¨® confuso en la misma medida que se agigant¨® su rival, ya liberado de los esp¨ªritus esc¨¦nicos. A hombros de G¨¹ndogan, un excelente mediocentro, resistente y geom¨¦trico, y de Reus, que ocup¨® el sitio de G?tze, el Borussia poco a poco anestesi¨® al conjunto local. El Madrid perdi¨® expresividad y mostr¨® su versi¨®n m¨¢s rasa. Al rev¨¦s que al principio, recul¨® m¨¢s, se olvid¨® de las orillas y se empecin¨® en enredarse en el embudo central del Dortmund, mucho m¨¢s c¨®modo en esa habitaci¨®n cerrada que genera por el eje central para encapsular al contrario. Bascular le cuesta m¨¢s, mucho m¨¢s. Cegado el Madrid, Di Mar¨ªa, que hab¨ªa partido como un avi¨®n, se descontrol¨®, lleg¨® el alboroto, los pelotazos kilom¨¦tricos. Por esa v¨ªa, el equipo blanco se fue alejando de Wembley. El sue?o pareci¨® esfumarse del todo cuando el Borussia se puso su frac habitual en el segundo tiempo. Lewandowski, por dos veces, una de ellas con un remate explosivo al larguero, y G¨¹ndogan ¡ªal que respondi¨® Diego L¨®pez con un parad¨®n¡ª hicieron tiritar al Bernab¨¦u. El Dortmund se desplegaba con el vigor que le ha caracterizado durante toda la competici¨®n, en la que ayer perdi¨® por primera vez.
Mourinho agit¨® el curso del juego con la entrada de Benzema y Kak¨¢ y un nuevo molde defensivo, con solo tres zagueros: Essien, Varane y Ramos. El Dortmund se ve¨ªa en Londres. Pero hay algo que no cambia en el Madrid, tampoco se rinde en estos tiempos. Donde no le llegaba el f¨²tbol, tir¨® de agallas y logr¨® que al Borussia le entrara el segundo mal de altura de la jornada. Ayud¨® Klopp, que retir¨® al magullado Lewandowski y el equipo se atrincher¨®.
Al toque de corneta de Sergio Ramos, el Madrid encontr¨® a Benzema y lleg¨® la algarab¨ªa total en Chamart¨ªn, que antes del descuento estaba a un gol de la remontada. Al Borussia se le vino encima la caballer¨ªa, se vio incrustado en la barricada de Weidenfeller. Pero el Madrid muri¨® en la orilla. Esta vez, ninguna actitud que censurarse. Lo entienda o no Mourinho, el madridismo se llev¨® un desenga?o porque no le basta con las semifinales. Por eso es un club especial. Esa era y es su gloria centenaria. Nadie es m¨¢s especial que el propio Madrid. Una d¨¦cima siempre ser¨¢ m¨¢s importante que una tercera.
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