Y, entre Mourinho y Guardiola, Tito

Tito Vilanova utiliza el plural cuando habla del trabajo de entrenador del Barcelona y se refiere a los a?os que lleva como t¨¦cnico. Nadie dir¨ªa que ha debutado esta temporada en el banquillo del Camp Nou. No es que haga ver como si todo siguiera igual que el curso pasado, sino que pretende reivindicar la tarea de cuantos contin¨²an en el Bar?a despu¨¦s de la salida de Pep Guardiola. Tito, al fin y al cabo, no estuvo en la despedida de Guardiola el 27 de abril del a?o pasado porque en el mismo acto dej¨® de ser su ayudante para convertirse en su sustituto, escena a partir de la cual se explica el enfriamiento de las relaciones entre dos ¨ªntimos amigos.

El propio Vilanova, quien en su presentaci¨®n afirm¨® que perder¨ªa todas las comparaciones con Guardiola, recuerda: ¡°Ya era yo quien preparaba el trabajo de campo cuando est¨¢bamos los dos¡±. Y si se le pregunta por la autogesti¨®n del equipo mientras a principios de a?o era tratado de su enfermedad en Nueva York, replica con iron¨ªa: ¡°Si la hubo, la hicieron muy bien porque coincidimos en las alineaciones y los cambios¡±. Hoy ya no necesita ni mentar a Guardiola sino que se refiere al ¡°anterior entrenador¡± para definir la sensaci¨®n de que a su partida parec¨ªa que ¡°se iba a hundir el mundo¡±. Tito y su cuerpo t¨¦cnico se la jugaron por el Barcelona y reclaman su cuota de protagonismo en una obra colectiva que tiene su continuidad en el club con la conquista de Liga. No es solo una cuesti¨®n de autoestima.

Aunque pluralice, la intervenci¨®n de Tito ha sido decisiva. El equipo se comport¨® de manera diferente en funci¨®n de si estaba o no el entrenador. Hasta Navidad, el Bar?a funcion¨® como un tiro: le alcanz¨® con una primera vuelta de r¨¦cord para desfondar al Madrid: 18 victorias y un empate precisamente en el Camp Nou contra el equipo de Mourinho. Los azulgrana plantearon los partidos como un intercambio de goles y Tito tuvo respuesta para las muchas lesiones que provocaron incluso la alineaci¨®n de Adriano como central en el cl¨¢sico.

El partido de referencia bien podr¨ªa ser el 4-5 de Riazor. A cambio de perder control y presi¨®n, de ser m¨¢s largo y vulnerable, el Bar?a ha ganado verticalidad, llegada y remate por el gatillo de Messi (46 goles) y la ofensiva de los laterales, aumentada por la entrada de Alba en lugar del hoy recuperado Abidal. Vilanova utiliz¨® a menudo la misma alineaci¨®n. ?nicamente ha habido dos debates: Cesc e Iniesta se alternaban al inicio como interiores hasta que llegaron a formar juntos y despu¨¦s Villa recuper¨® la titularidad en detrimento de Cesc porque favorec¨ªa el juego de Messi.

Al equipo, pese a todo, le ha costado medirse a los grandes en el cuerpo a cuerpo

La inestabilidad fue manifiesta cuando recay¨® Vilanova de su enfermedad y en enero tuvo que ser tratado en Nueva York. Revent¨® el equipo por su esfuerzo en la Liga (ha cedido 12 puntos y tomado 37 goles) y penaliz¨® en la Copa y la Champions. A pesar del 4-0 con el Milan, al Bar?a le cost¨® enfrentarse a los grandes en el cuerpo a cuerpo y responder en las citas solemnes: el Madrid le gan¨® en la Copa y la Supercopa y el Bayern le gole¨® en la Champions. Alcanzado el ¨¦xito en la Liga, al final se mantienen las dos dudas del inicio: c¨®mo encajar a Cesc y qui¨¦n debe acompa?ar a Messi.

Hay grises que no conviene olvidar en la victoria, sobre todo por la divisi¨®n entre suplentes y titulares y la dificultad de adaptaci¨®n de los fichajes y de ganar jugadores de la cantera. El n¨²cleo duro del equipo, sin embargo, respondi¨® estupendamente, sobre todo Iniesta, hilo conductor. A Vilanova le disgusta que le hagan seg¨²n qu¨¦ reproches porque entiende que ciertos defectos de hoy son los mismos que ya ten¨ªa ayer con Guardiola. Interpreta que se quiere quitar m¨¦rito al triunfo por haber ganado el t¨ªtulo por anticipado y despu¨¦s de la dimisi¨®n del Madrid de Mourinho.

El final que protagoniza el portugu¨¦s en Chamart¨ªn aumenta el m¨¦rito de Vilanova despu¨¦s de la salida de Guardiola. La normalidad y naturalidad frente a la emotividad y la tensi¨®n. As¨ª que es l¨®gico que Tito se reivindique y, de acuerdo con sus cuentas, el Bar?a suma 15 t¨ªtulos por tres del Madrid desde 2008, el a?o en que lleg¨® como t¨¦cnico al Camp Nou. No se tratar¨ªa por tanto de una transici¨®n sino de autoafirmaci¨®n barcelonista por m¨¢s que se diga que el juego perdi¨® calidad y pasi¨®n. No ha habido m¨¢s equipo en la Liga que el Bar?a.