Un piloto de videojuegos
De la Rosa remarca la importancia de rodar con el coche real para mejorar el simulador de Ferrari, en el que se pasa d¨ªas
Ferrari anunci¨® a principios de a?o la incorporaci¨®n a su estructura de Pedro de la Rosa, que se hab¨ªa quedado sin equipo despu¨¦s del penoso desmantelamiento de HRT, y que a partir de entonces iba a ocuparse de desarrollar el simulador que la escuder¨ªa italiana posee en su cuartel general. La noticia salt¨® en Madonna Di Campiglio, durante la presentaci¨®n del equipo, aunque Fernando Alonso, principal art¨ªfice de la contrataci¨®n del catal¨¢n, prefiriera relativizar su impacto real, al menos a corto plazo. ¡°Pedro es una gran incorporaci¨®n, pero este a?o habr¨¢ fichajes m¨¢s importantes que el suyo¡±, dijo el asturiano, en una declaraci¨®n que entonces no termin¨® de entenderse y que ahora, cinco meses despu¨¦s, ha cobrado sentido: James Allison, hasta este momento director t¨¦cnico de Lotus, anunci¨® recientemente que deja su puesto, y todo apunta a que pronto se enfundar¨¢ el mono rojo de il cavallino rampante. A las puertas de la revoluci¨®n normativa que se avecina la temporada que viene, Ferrari se rearma todo lo que puede. Si Allison puede jugar un papel fundamental en la aerodin¨¢mica del prototipo de 2014, De la Rosa lleva meses tratando en ¨¦l, o m¨¢s concretamente, en su versi¨®n de videojuegos.
¡°Si tengo el simulador debe asemejarse a la realidad, debo tener fresca esa referencia¡±
En esta F¨®rmula 1 que limita al m¨¢ximo los entrenamientos, los simuladores se han convertido en una herramienta trascendental en el proceso de desarrollo y evoluci¨®n de los monoplazas, y la experiencia de De la Rosa en McLaren fue decisiva para que la Scuderia no dudara en reclutarle. A diferencia de su ¨¦poca en la estructura de Woking (Gran Breta?a), Ferrari le ha hecho cambiar el paso. ¡°Los planes pueden cambiar cada 20 minutos, eso es una de las caracter¨ªsticas de este equipo. Siempre hay que estar disponible¡±, comenta el espa?ol, establecido en Z¨²rich con su familia, y que varias veces por semana coge el coche y recorre los cerca de 500 kil¨®metros que separan la ciudad suiza de Maranello.
Un vez en la f¨¢brica, la jornada de De la Rosa comienza pronto. ¡°La primera reuni¨®n la tenemos a las 8:45 de la ma?ana y me subo a la m¨¢quina una media hora m¨¢s tarde. Estoy en ella hasta las cinco o las seis de la tarde, con un descanso para comer¡±, relata sentado en la carpa que La Rossa tiene instalada en Montmel¨®, donde este fin de semana se celebra el Gran Premio de Espa?a, la primera de las pruebas del calendario europeo. Simplificando un poco, su misi¨®n es una: conseguir que quien se suba al simulador para dar una vuelta experimente exactamente lo mismo que sentir¨ªa de pilotar el coche real. Eso le lleva a mantener un contacto permanente con los miembros del departamento de simulaci¨®n, que modifican los par¨¢metros pertinentes de este tremendo armatoste de dos toneladas de peso, controlado por 10 superordenadores y que cuesta m¨¢s de cuatro millones de euros. ¡°Ellos tocan el software e introducen hardware. La parte f¨ªsica es muy importante porque las reacciones de un monoplaza son muy violentas y se dan en milisegundos¡±, matiza el piloto, que entre China y Bahr¨¦in, las dos ¨²ltimas carreras, volvi¨® a Italia en un viaje rel¨¢mpago para realizar unas probaturas cruciales con vistas a esta cita.
De la Rosa se subi¨® al F138 en Jerez, en la primera tanda de entrenamientos de este a?o, y aunque no tuvo demasiado tiempo (perdi¨® la mayor parte de la jornada al romper la caja de cambios), esos pocos kil¨®metros fueron capitales. ¡°Si tengo que conseguir que el simulador se asemeje a la realidad, debo tener fresca esa referencia. Por eso es tan importante que de vez en cuando me dejen pilotar¡±, zanja Nippon Ichi (N¨²mero Uno, en japon¨¦s), el sobrenombre que a¨²n arrastra de su paso por las carreras en Jap¨®n.
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