Cortocircuito de Ferrer
El alicantino, a dos puntos de la victoria, cede 4-6, 7-6 y 6-0 ante Nadal, citado en semifinales con el sorprendente And¨²jar
El miedo tambi¨¦n juega el partido. En cuartos del Mutua Madrid Open, Rafael Nadal remonta 4-6, 7-6 y 6-0 a David Ferrer un duelo que es casi siempre de su contrario. Es Ferrer quien manda, Ferrer el que decide, es ¨¦l quien va por delante y sufre un cortocircuito. Con 6-4, 6-5 y 15-30, el alicantino tiene un remate franco que le da dos puntos de partido. Nadal lo recupera de espaldas a la red (6-4, 6-5 y 30-30). Gana el punto. Mucho antes de que todo termine, ah¨ª vence Nadal el partido. Da igual que un par de veces se caiga sobre el albero. Poco importa que se mueva sin soltura, a trompicones, con la rodilla izquierda sempiternamente vendada. Acaba siendo irrelevante que casi se abra una brecha en el rostro de un raquetazo. Pesa mucho m¨¢s otra cosa: que Ferrer ha perdido 13 de los 14 precedentes; que Ferrer tiembla, duda y sufre cuando Nadal ense?a sus colmillos. Desde hoy, el n¨²mero cuatro mundial del alicantino, que ambiciona su perseguidor de cara al sorteo de Roland Garros, est¨¢ en peligro.
"Por muchos momentos quiz¨¢s David ha merecido m¨¢s que yo estar en las semifinales, pero as¨ª es el deporte: he salvado por suerte esa pelota [la del 6-4, 6-5 y 15-30] y se ha venido un poquito abajo", valora luego Nadal, al que en semifinales espera el conquense Pablo And¨²jar (6-3 y 7-5 al japon¨¦s Nishikori, vencedor de Roger Federer la v¨ªspera), el n¨²mero 113 del mundo, tenista de bello rev¨¦s a dos manos y emociones desatadas: tarda 13 minutos en cerrar la primera manga, donde Nishikori le obliga a remar contra siete bolas de break; pierde el saque cuando sirve por el partido la primera vez, y casi (bola de break), cuando lo hace lo segunda. Ya ganador, extasiado, levanta los dedos al cielo. En su primera semifinal de un torneo de la categor¨ªa, le espera Nadal, el ogro de la tierra.
Por muchos momentos quiz¨¢s David ha merecido m¨¢s que yo estar en las semifinales, pero as¨ª es el deporte: he salvado por suerte esa pelota y se ha venido un poquito abajo Rafael Nadal
Antes, el mallorqu¨ªn compite desabrido. No media hombrada de Ferrer en ese marcador que casi le conduce hasta la l¨ªnea de meta. Sin chispa en las piernas, apoyando siempre con precauci¨®n sobre la izquierda, el mallorqu¨ªn vive de su genio, agarrado a la inspiraci¨®n de sus tiros, pero sin la continuidad necesaria para desbordar a un tenista con los pulmones del alicantino. El n¨²mero cuatro mundial, claro, es mucho m¨¢s que piernas. Arriesga un par de pelotazos con rev¨¦s paralelo que le ponen en franquicia. Resta a la altura de su fama. Juega duro. Contra todo eso el mallorqu¨ªn ofrece tes¨®n, deseo, y esp¨ªritu competitivo, pero a veces sin las piernas necesarias.
¡°?Rafa!, ?C¨¦ntrate hombre!¡±, se atreve a gritarle alguien desde el p¨²blico, donde es mayoritario el apoyo que le da el gent¨ªo. ¡°?Vamos Rafa!¡±, le animan en Madrid mientras va sumando errores no forzados, el fruto de una ecuaci¨®n tr¨¢gica para el mallorqu¨ªn: lento de reflejos, a veces llega tarde a la pelota cuando intenta rodearla para cubrirse el rev¨¦s con el drive; y le cuesta m¨¢s de lo habitual recuperar pelotas con su derecha, porque se tiene que apoyar sobre la pierna izquierda, la de la venda. En consecuencia, defiende mal en carrera, pierde mordiente en los tiros y le falta dominio del juego.
El agresor es Ferrer. El que manda es Ferrer. ?l es el que dicta el juego, ¨¦l el que lleva el volante en los peloteos. Nadal le ofrece la r¨¦plica en los di¨¢logos, pero nunca llega a escribir el guion del partido. Para sus tiros tiene siempre un escudo el alicantino, que revolotea por la pista con zapatillas aladas. Nadal le prueba de esquina a esquina. Siempre encuentra a Ferrer donde deber¨ªa haber un hueco, aire puro, ox¨ªgeno en el atolladero. ¡°?Va t¨ªo!¡±, se dice en el segundo set, cuando por tres veces cede break de ventaja.
El n¨²mero 113 tarda 13 minutos en cerrar la primera manga, donde Nishikori le obliga a remar contra siete bolas de break; pierde el saque cuando sirve por el partido la primera vez
El t¨ªo, el jefe, es en ese momento Ferrer, que manda 6-4 y 4-2, y que luego olfatea el triunfo con ese 6-4, 6-5 y 15-30. Ah¨ª aparece el punto de inflexi¨®n. El golpe imposible de Nadal, de espaldas a la red, con todo perdido. Ferrer nunca digiere la oportunidad que se esfuma. Disputa el tie-break de m¨¢s a menos, enfrentado a un Nadal de granito: el que no regala ni entrega nada, el que compite como los fuertes en los d¨ªas sin brillos. El n¨²mero cinco mundial aprieta el partido. Lanza un mensaje: para ganarme tendr¨¢s que sufrir un mundo. Demasiado para Ferrer, que se inclina. En Madrid, Nadal sigue vivo. Ahora, le mide And¨²jar.
And¨²jar: ¡°Aqu¨ª se nota menos qui¨¦n es m¨¢s malo¡±
J. J. M.
El partido es en altura, sobre los 655 metros de Madrid. Se juega al mejor de tres sets, no al mejor de cinco como en los grandes. Vive un sue?o, con las primeras semifinales de un masters 1000 en su carrera. A los 27 a?os, esos son los argumentos con los que Pablo And¨²jar, el n¨²mero 113 del planeta, afronta el reto de Rafael Nadal el s¨¢bado. ¡°El favorito es ¨¦l¡±, resume con una sonrisa amplia. ¡°Sabiendo eso, creo que tengo m¨¢s opciones aqu¨ª [que en Roland Garros, donde perdi¨® en 2011], porque por la altura es un poquito m¨¢s r¨¢pido y porque es a dos sets y se nota menos qui¨¦n es m¨¢s malo. Se puede despistar. El que es inferior tiene m¨¢s posibilidades de dar la sorpresa¡±.
And¨²jar, doble campe¨®n en el torneo de Casablanca, era uno de los jugadores llamados a renovar el tenis espa?ol. Alcanz¨® el n¨²mero 33, apunt¨® cosas interesantes sobre cemento y luego se sali¨® del top-100. En Madrid, mientras su m¨®vil se inundaba de mensajes, hasta 62 cont¨®, incluido uno de Nicolas Mahut, el hombre que perdi¨® en Wimbledon con Isner el partido m¨¢s largo de la historia, recuerda sus problemas.
¡°Soy s¨®lido de fondo de pista¡±, describe. ¡°Necesito jugar, jugar, jugar, ritmo, puntos largos. Perd¨ª la confianza un poco a final del a?o pasado. Entrenaba, entrenaba, entrenaba, y no me sal¨ªan las cosas. Las sensaciones no eran buenas¡±, prosigue. ¡°Decid¨ª cambiar de entrenador en febrero, no porque ¨¦l [Jos¨¦ Luis Aparisi] fuera la causa, sino porque necesitaba un cambio en mi vida ten¨ªstica¡±, a?ade. ¡°Cog¨ª a David S¨¢nchez, con el que me met¨ª en el top 100. Segu¨ª entrenando. Esa cara nueva, un t¨ªo pausado, calmado, me ha dado esa calma. Llevaba dos meses que notaba que iba a jugando mejor. Yo ya estaba jugando bien, en el camino que hab¨ªa deseado durante seis meses de agon¨ªa en cuanto a mi nivel ten¨ªstico¡±.
De la agon¨ªa al sue?o. De estar fuera del top-100 a cruzarse con Nadal. La odisea de And¨²jar, un jugador inquieto, que se intersa por la polit¨ªca y la actualidad, que habla ingl¨¦s y franc¨¦s, y que ahora se enfrenta a uno de los mayores retos que hay en su deporte: jugar sobre tierra contra el heptacampe¨®n de Roland Garros.
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