¡°Lo necesitaba tanto Be?at¡­¡±

Ni en Castilla hay curvas, caballero, ni en el Giro jornadas de transici¨®n, mucho menos en Ivrea, donde ebrios se lanzaron pendiente abajo superado el puerto de Andrate por las colinas de la Morenica, un anfiteatro natural entre casta?os y curvas, una cuesta fatal para Mauro Santambrogio, que no aguant¨® el ritmo de los mejores, sus mofletes hinchados como si fuera un globo; una llegada feliz para Be?at Intxausti, que gan¨® y sonri¨® por fin, t¨ªmido y fino. Acompa?¨¢ndole, o m¨¢s bien, cortej¨¢ndole en su camino triunfal sobre el pav¨¦s de la ciudad abierta, los mejores de la general (salvo Santambrogio, claro, el hombre de Bardonecchia y el Jafferau, que de cuarto baja a sexto en la general), guardias de corps hermosos y fuertes, selectos: Nibali de rosa al frente, Ur¨¢n, Evans, Scarponi, Betancur, tan lindo y pimpante en su maglia blanca, Majka, el polaco impenetrable, Niemiec, el polaco al que los italianos llaman perejil, Navardauskas, el lituano que es un tren AVE en s¨ª mismo, Samuel, el acr¨®bata de los descensos, Kangert, el estonio que da lecciones de gregariaje para Nibali¡­

¡°Necesitaba Be?at una victoria como esta por fin, la necesitaba¡±, dice Eusebio Unzue de su ciclista de fuego, tantas veces anunciado los ¨²ltimos a?os, tan pocas veces presente. ¡°Hasta ¨¦l mismo hab¨ªa empezado a dudar de si ser¨ªa tan bueno como le dec¨ªan¡­¡± Unzue, el director del Movistar, busca acomodo en su ¨¢nimo elevado a varias satisfacciones simult¨¢neas, la de la tercera victoria de su equipo en el Giro 13 y un d¨ªa de rosa (Intxausti bendito), la primera de un espa?ol suyo y absoluto (las otras dos de su equipo fueron del ingl¨¦s Dowsett y del siciliano Visconti), la primera a brazos alzados en sus tres a?os en el equipo de Unzue. ¡°Este Giro ya cree en ¨¦l [en la general, adem¨¢s, Intxausti es tambi¨¦n el primer espa?ol, noveno, a 5m 47s de Nibali], esa es una buena noticia¡±, contin¨²a Unzue, que espera poder anunciar pronto la oficializaci¨®n de la continuidad de Movistar como patrocinador al menos dos a?os m¨¢s, hasta 2015 incluido. ¡°Pero mejor es a¨²n pensar que por fin, dos a?os despu¨¦s del accidente, ha asimilado ya el trauma psicol¨®gico que le supuso estar ah¨ª al lado, ver morir desangrado a su compa?ero Xavi Tondo y no poder hacer nada por evitarlo¡±.

La llegada a Ivrea, su forma de resolverla, can¨®nica y fr¨ªa (manej¨® el vizca¨ªno a la perfecci¨®n las ansiedades y dudas de sus dos compa?eros finales, Kangert y Niemiec: arranc¨® una vez, arranc¨® sin mirar atr¨¢s, sin frenar hasta cruzar la l¨ªnea), presagia grandes d¨ªas de Intxausti tambi¨¦n para lo que queda. No tanto para la llegada palladiana de hoy a Vicenza, sino para el tr¨ªptico dolom¨ªtico final, el ¨²ltimo paseo triunfal del superior Nibali, la cronoescalada de Polsa el jueves, el Stelvio y Val martello el viernes, las Tres Cimas de Lavaredo el s¨¢bado.

• Etapa 1: 181 elevado a la 25=Wiggo en rosa
• Etapa 2: Wiggo viste de rosa a un amigo siciliano
• Etapa 3: Lo viejo, lo nuevo, lo rosa
• Etapa 4: Robinson en los Apeninos
• Etapa 5: Wiggo y la soledad del sir
• Etapa 6: La sal del Giro
• Etapa 7: El fin del mundo en San Silvestre
• Etapa 8: Nibali en rosa, comienza la carrera
• Etapa 9: Insidias en la dulce Toscana
• Etapa 10: Ur¨¢n gana y Nibali confirma que el peligro es Colombia
• Etapa 11: Intxausti y los peque?os detalles
• Etapa 12: Santa Mar¨ªa de la derrota
• Etapa 13: Sin Wiggo ya, el Giro llega a la nieve
• Etapa 14: El ¨²nico patr¨®n es Nibali
• Etapa 15: ?pica siciliana en la nieve